El Real Valladolid vuelve a Primera

Sábado, 22 de mayo de 2021, estadio José Zorrilla, una derrota ante el Atlético de Madrid dio cierre a posiblemente la temporada mas triste y amarga que recuerdo en mis 14-15 años que llevo siendo aficionado de este equipo. Ni la temporada que estuvimos cerca de bajar a Segunda B me causó tanto daño. Sin la posibilidad de ir al campo, vi como un entrenador llamado Sergio González parecía que hacía todo lo posible por bajarnos y no lo contrario, y junto a una plantilla llena de jugadores indolentes ante esta situación nos bajaban al infierno de segunda. Indolencia, esa es la palabra, la que define perfectamente ese año. 5 victorias en 38 partidos, muchísimos puntos perdidos en los últimos minutos porque se jugaba mas a especular que a ganar, titularidades de jugadores que eran absurdas, temporada muy dura.

Todo cambia con el descenso. Borrón y cuenta nueva. Fran Sánchez se convierte en el nuevo director deportivo y en el banquillo ahora se sienta José Rojo Martín "Pacheta". De manera increíble se reduce una plantilla que se iba a mas de 30 fichas, se mantiene a la gran mayoría de pesos pesados y se ficha en verano a algún que otro jugador que ni de broma pensábamos que iban a jugar en este Real Valladolid, siendo parte vital del ascenso incluso. Pero somos el Real Valladolid, un equipo que, por norma general, si tiene la mínima posibilidad de que le pase algo malo, le pasa. Una pretemporada muy atípica, por no decir casi inexistente debido al COVID, hizo que el Pucela de Pacheta arrancase sin fuelle, incluso llegándose a decir que las primeras jornadas eran nuestra pretemporada. Y un 15 de agosto de 2021 arrancaba la temporada 21-22 con un objetivo claro, subir otra vez a Primera.

Y esta no empezó muy bien. Si, los tres primeros partidos sumas 4 puntos de 6, pero luego se juegan tres partidos muy flojos, uno de ellos una goleada por 0-3 de parte del recién ascendido Burgos. El Real Valladolid se topa con un problema grave, no hay rodaje, no hay idea clara, el plan de Pacheta no arranca. El entrenador burgalés apostó por una línea de tres centrales con carrileros largos para jugar, pero se encuentra de primeras con que esta idea no funciona. Buscaba un ataque muy fuerte con protagonismo de los carrileros y guardarse atrás con tres centrales pero se encontró con que esa formación le daba mas dolores de cabeza que otra cosa. Se topó con un problema básico de este sistema: si el equipo no está 100% coordinado y centrado en esta forma de jugar, se cae por su propio peso. Y eso pasó, partidos con buena cantidad de desbarajustes defensivos hicieron que la línea de cinco no funcionase. Vuelta al 4-4-2.

Pero este no era el único problema, tampoco encontraba la tecla con su plantilla. Se veía muy claro, el 11 inicial era muy top para la categoría, pero si te tocaba tirar de suplentes todo se iba al garete. Muchos intentos fallidos de meter en dinámica y motivar a jugadores que difícilmente iban a dar el nivel o que tampoco lo querían dar. Se quería jugar con una línea de tres y solo funcionaban tres de los centrales, Janko se perdía en el campo cada vez que salía a jugar, Olaza es que ni quería estar en el verde, y otros nombres como Kike, Fede y Alcaraz se veían mas fuera que dentro del equipo. Pero el trabajo de un míster es jugar la mejor mano posible con las cartas que tiene. Y a pesar del arranque tan dubitativo, eso hizo Pacheta con ayuda de Fran Sánchez.

Un cambio de sistema a un 4-4-2, o un 4-3-3 en las ultima fase de la liga, hizo que encontrase ese equilibrio defensa-ataque que tanto buscaba. Un equipo atrevido y ofensivo que buscaba no pasarlo mal cuando no tuviera el balón. Portería para Masip que salvo momentos de la temporada, ha respondido a la altura. Un El Yamiq titánico apoyado por un gran trabajo de Joaquín o Javi Sanchez hicieron que la defensa no sufriera santo, incluso Josema en los pocos minutos que ha disputado ha cumplido. Luis Pérez y Nacho por los laterales con esa aportación ofensiva que buscaba al principio de temporada. Roque acompañado de un estelar Aguado, el cual ha conseguido que su carrera resurja como ave fénix, formaban en el medio campo, variando entre 2 y 3 mediocampistas cuando entraron en dinámica Monchu e Ivi Sanchez. Dos puestos de banda alternados por Toni, Plano y el espectacular Plata. Y arriba la sorpresa tan grata de Sergio León junto al killer del equipo Shon Weissman, 20 dianas esta temporada. Y no olvidemos a Anuar, primera espada del banquillo que ha jugado de todo y dando todo lo que tenía. Ese once titular fue posible gracias a Fran Sánchez, que transformó ese equipo con un banquillo muy flojo en una batería de 15-16 futbolistas dispuestos a dar todo y a un gran nivel sin importar si titulares o salían desde el banquillo. Dio salida a Olaza, Kike, Fede, Alcaraz y Queirós terminando su cesión para traer a Josema, Morcillo y, sobre todo, a Iván Sánchez y a Monchu, jugadorazos que han dado mucho para pelear el ascenso.

Aún así, con todo este cambio a mejor, el Pucela no tenía ni la suerte ni el acierto para meterse en ascenso directo. O porque cuando tenías que ganar no lo hacías o porque ni Éibar ni Almería pinchaban ya por buen trabajo o por un poco bastante de suerte. El Real Valladolid solo ha estado 5 jornadas en ascenso directo esta temporada, pero gracias a una bendición divina en forma de gol de Zarfino en el 91, el Real Valladolid se colaba en ascenso directo justo en la última jornada, que es la que importa de verdad. Almería líder con 81 y mismos puntos para el Real Valladolid que acababa segundo cerraban el ascenso directo a primera. Éibar lo perdía todo en el último día, solo un punto por debajo, todo esto por salir especular contra el Alcorcón, colista de la categoría y descendido desde hace semanas.

29 de mayo, un domingo con nervios a flor de piel, 90 minutos en el José Zorrilla atento a tu partido y a la radio por si había gol en Butarque o Santo Domingo. Y tras esos 90 minutos mas el añadido, un pitido final que hace que el estadio estalle de alegría, que la ciudad entera se vaya de fiesta un domingo por la noche y que esta no pare hasta el martes. Pero sobre todo, lo que importa de verdad, un equipo, el Real Valladolid, de vuelta a la división en la que se merece estar, de la que nunca tuvo que irse. Nos vemos en agosto de 2022 para una nueva temporada que espero que nos dé muchas alegrías.

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