El pilar de AEW

Los cuatro pilares de AEW, cuatro luchadores jóvenes considerados el gran futuro de no solo la compañía, sino del mundo del pro wrestling. Con mayor o mejor criterio, esos cuatro son Sammy Guevara, el joven "Jungle Boy" Jack Perry, el temerario Darby Allin, y el polémico pero sensacional MJF. Cuatro talentazos lo cojas por donde lo cojas. Aun así, existe la opinión de que no solo son esos cuatro los cimientos de la compañía, luchadores como Wheeler Yuta o Lee Moriarty podrían encontrarse en ese grupo también. Otros dicen, con mucha razón también, que no solo deben ser hombres, mujeres como Britt Baker o la invicta Jade Cargill deberían de entrar. Pero no solo eso, hay gente que declara que el verdadero pilar es "Hangman" Adam Page, ya que no es solo el futuro sino el presente de la compañía. Sin embargo, yo tengo un concepto de pilar distinto a este. Para mí el pilar de una compañía es ese luchador que, en las mejores y en las peores situaciones, siempre cumple, que te da lo mejor de sí contra el rival que sea, siendo el campeón mundial o un luchador que abre el show. Un luchador que, independientemente del estado de la compañía, siempre está ahí para dar todo. Y ninguno de esos nombres representa mejor esta descripción que Jon Moxley.


Jonathan Good, su nombre real, debutó en las indies americanas en el año 2004 a la edad de 18 años bajo el nombre de Jon Moxley, donde hizo carrera durante unos cuantos años. Se labró un nombre en la escena independiente gracias a sus actuaciones en CZW, empresa conocida por sus combates ultraviolentos. Rings donde las cuerdas eran alambre de espino, era normal romper luces fluorescentes en la espalada y/o cabeza del oponente, se usaban cualquier cosa punzante como elemento para hacer daño y había mucha, pero muchísima sangre. Algo que a mí me desagrada por completo, pero hay que ser lo suficientemente tarado y valiente por partes iguales como para plantearse hacer algo como esto y, claramente, hacerlo. Una etapa donde cosechó campeonatos en distintas compañías, incluida wXw en Alemania, además de ganar los campeonatos mundiales de FIP y de la propia CZW. Este periplo termina en 2011, cuando firma un contrato con el magnate del entretenimiento deportivo, la WWE.

Atrás queda Jon Moxley, hola a Dean Ambrose. Dos años en FCW y NXT, los territorios de desarrollo de la compañía, donde su paso fue algo intrascendente, aunque en realidad ambas marcas eran bastante intrascendentes por aquel entonces. El salto importante lo da a finales de 2012, concretamente noviembre, cuando debuta en el roster principal junto a Roman Reigns y Seth Rollins como The Shield. Durante algo más de dos años, estos tres se convirtieron en una de las fuerzas más dominantes de la WWE, y posiblemente sea recordada como una de las mejores facciones de la historia. Pero todo en esta vida acaba, y el escudo también, cuando Seth Rollins traiciono a sus compañeros para unirse a Triple H, lo que era mejor para el negocio. Aquí empezaba la andadura en solitario de Mox, o Dean en este caso, en la WWE. El luchador violento nacido en CZW no podía existir en WWE, así que Dean Ambrose se convirtió en un loco con tintes violentos y algún que otro segmento de comedia, "The Lunatig Fringe". Y no le fue mal, la verdad, dos veces campeón intercontinental y una vez campeón de la WWE. Pero todo esto sufrió un parón repentino, una lesión en el tríceps le alejó de la competición por 9 meses, una lesión que fue el principio del fin de Dean Ambrose.


Regresó en agosto de 2018, sin esa melena, con barba y un físico muchísimo más logrado. Si antes lucía como un tipo loco, ahora era la imagen de un tipo duro, violento, de estos que no quieres encontrarte en una calle poco transitada a las tantas de la madrugada. Regresó, y con él The Shield. El regreso del escudo estaba siendo algo increíble, Seth y Dean eran los campeones por parejas, Rollins era el campeón intercontinental y Roman era el campeón universal. Toda iba viento en popa a toda vela, pero en la misma noche en la que Roman Reigns anunciaba que tenía que dejar el wrestling en stand by por una dura batalla contra la leucemia, Dean traicionó a Seth. Ahora, siendo el malo, con una fachada que sí le hacía ver como un loco violento, volvía a la acción individual. Una rivalidad contra su antiguo compañero al que le devolvió la traición que culminó con Dean ganando por tercera vez el campeonato intercontinental, reinado que duró poco menos de un mes. Un reinado que fue el último gran momento de Dean, porque a partir de aquí fue todo en picado. Ningún rumbo fijo, unas promos increíblemente lamentables y derrotas absurdas hicieron ver a Dean Ambrose que su etapa en WWE había llegado a su fin. El 30 de abril de 2019, Dean Ambrose dejaba de existir.

Dean estaba "muerto", pero ¿y Mox? El 25 de mayo de 2019, tras unos 8 años desaparecido, Jon Moxley regresaba al ring atacando a Kenny Omega en el primer PPV de la recién creada All Elite Wrestling. Volvía Jon Moxley, pero esta vez no era un chaval que usaba tubos fluorescentes como armas y sangraba porque sí, esta vez volvía como un hombre violento, un hombre que con sus propias manos te podría dejar muy dolorido, al borde de la muerte. Por fin, Mox era la personificación de la violencia. Una etapa que va desde 2019 que comenzó con un brutal combate contra Kenny que continúa hasta el día de hoy, estando también en el roster activo de NJPW y ganando el campeonato estadounidense de la compañía nipona y también un periplo por las indies donde se ha llevado algún campeonato que otro, como el campeonato mundial de GCW. Una etapa en AEW donde ha sido el segundo campeón mundial de la compañía en el que posiblemente sea el reinado más importante y vital de los cinco que ha habido en AEW, el reinado del Daily's Place sin público, el reinado en la época del covid.


El reinado de Mox, de 277 días, se topó de lleno con la pandemia, y no tuvo más remedio que defender su correa frente a un público formado por luchadores y empleados de la compañía, un público sin fans. Un reinado que, a pesar de las circunstancias, nos dejó auténticas joyas como las rivalidades contra el difunto y tan querido Brodie Lee, MJF y Eddie Kingston, esta última siendo la mejor de su reinado y una de las mejores de la historia de la compañía. Un reinado que acabó en noviembre de 2020 cuando perdió el campeonato contra Kenny Omega. Aun así, él no paró, siguió este gran ritmo de combates, luchando junto a su antiguo rival y gran amigo Eddie, enfrentándose a leyendas de la lucha libre japonesa, invadiendo las indies, etc. Todo redondo, pero tuvo otro bache en su carrera, esta vez no por lesión, ya que estuvo fuera de acción meses para lidiar con sus problemas de alcoholismo, una decisión que no puedo hacer más que aplaudir, porque no hay nada más valiente en este mundo que admitir que tienes un problema y luchar por ser mejor persona.

Pero esto no le detuvo, siguió con su increíble trayectoria. Fundó el Blackpool Combat Club junto a las leyendas de Bryan Danielson, a quien se enfrentó en un combate brutal, y William Regal. Un BCC al que sumarían después a la joven promesa de Wheeler Yuta y al superhumano de Claudio Castagnoli. Un BCC que tuvo una rivalidad increíble contra The Jericho Aprpeciation Society. Una carrera en AEW, NJPW y las indies que, recientemente, llegó a un tope con el combate contra Hiroshi Tanahashi, el evento principal del primer show conjunto entre AEW y NJPW. Una victoria que le ha hecho tocar techo, si, pero de cristal, y como ha demostrado mil y una veces, no es que lo vaya a romper, lo va a destrozar.


Tres años de carrera reciente como Jon Moxley, tres años excelsos en donde ha demostrado que es la definición de workhorse, en donde ha demostrado que es un top mundial en esto de la lucha libre, donde ha demostrado que está a la altura de cualquier rival y tipo de combate. Un Jon Moxley que ha demostrado que es posiblemente uno de los mejores, si no el mejor, brawler de toda la historia. Un Jon Moxley que ha sido importante tanto en el evento principal como campeón mundial como en el midcard siendo parte de una lucha por equipos. Un Jon Moxley que, claramente, es el pilar de AEW, por que sin el, la compañía no sería de Elite.

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