Breath Of The Wild y el verdadero mundo abierto

Por fin, cinco años después de su salida, me compré una Nintendo Switch. Años queriendo tener la consola pero era un joven sin dinero que no podía permitirse todo lo que quería comprar. Hoy sigo siendo bastante joven, algo menos que un chaval de 18 años, y con un poco más de pelas, así que decidí saciar mi hambre de videojuegos japoneses surgida hace poco comprándome la consola nipona por excelencia. Muchas ganas de jugar a juegos como Shin Megami Tensei V, Xenoblade, Kirby, Pokemon, algún que otro Super Mario y otros como Nier, 13 Sentinels o el último Monster Hunter. Pero claro, si compras una Switch hay cosas que tienes que jugar obligado, y una de ellos es la última entrega de la saga de The Legend Of Zelda. Publicado en 2017, mismo año de la salida de la consola, Breath Of The Wild es la última gran entrega de la saga en consolas de sobremesa desde Skyward Sword, publicado para la Wii en 2011, un juego que da el salto al mundo abierto. Un juego que todo el mundo dice que es una auténtica obra maestra así que tuve que probar el famoso último Zelda, y que puedo deciros, me ha enamorado, así que hoy hablaré de como The Legend Of Zelda: Breath Of The Wild no es una oda al medio, sino que también es el mejor representante del concepto de "mundo abierto".


Si sois un poco fans de la saga sabéis que The Legend Of Zelda tiene una cronología un poco liosa, sería un buen dolor de huevos para algunos, pero como yo he vivido cosas como la historia del Black Ops Zombies pues esto es un campo de rosas para mí. Una línea general que empieza en Skyward Sword y se diverge a partir del Ocarina Of Time dando lugar a dos líneas temporales: el héroe es derrotado y el héroe vence, la primera dividiéndose en muchas distintas y la última dividiéndose en dos según Link sea niño o adulto. Breath Of The Wild se sitúa, según sus creadores, en la que tú quieras, lo que significa que han hecho la historia de cero y si tiene algo que ver con alguna línea temporal pues es coincidencia o algo del estilo. La historia empieza con Link despertando de un letargo de 100 años y se encuentra con que el reino de Hyrule ha sido destruido. Ganon resurgió y nuestro protagonista junto a la princesa Zelda y cuatro héroes de leyenda de distintos poblados que comandan a las denominadas bestias divinas le hicieron frente. La misión fracasó, Ganon tomó el control de las bestias divinas, los cuatro héroes perecieron, Link es gravemente herido y Zelda se ve aprisionada en el castillo en un estado de letargo mientras intenta contener el poder del villano. Tu misión al despertar de tremenda siesta es derrotar a Ganon para liberar a Zelda de su prisión voluntaria y así poder restaurar el reino de Hyrule. La historia es sencillita, y el juego lo es más.

¿Qué el juego es sencillo? Mejor dicho, el juego es simple. Nada más empezar, el propio Breath Of The Wild te dice "derrota a Ganon", así de claro. Durante todo el transcurso de la partida vas a tener una misión principal con dicho nombre, no hace falta hacer nada previamente, puedes coger y nada más salir de la cueva donde descansabas ir al castillo de Hyrule y vencer al malo final. Es prácticamente imposible por su dificultad, pero puedes hacerlo, puedes pasarte el juego en una hora. Vamos a suponer que no eres un loco suicida o un speedrunner y sigues una línea argumental lógica, decides liberar a las cuatro bestias del control de Ganon para que te ayuden y te resulte más sencillo derrotar a Ganon. Eso si quieres, porque puedes apaciguar a una o dos y tirar como un loco a por el malo. Vamos a suponer que apaciguas a las cuatro, tendrás que ir bien equipado y armado ¿no? Una mierda, puedes ir en calzones con un palo y pegarte de guantazos con el villano. Vale vale lo pillo, quieres ir bien armado y equipado a vencer al jefe final, pues te aseguro que no vas a ir lo mejor armado posible porque el mundo de Breath Of The Wild esconde armas y equipamientos legendarios por todos y cada uno de los recovecos posibles y existentes de su mapa. ¿Vas entendiendo de que va esto? Exacto, Breath Of The Wild es un juego en el que puedes pasártelo como quieras, cuando quieras y haciendo exactamente lo que quieras.

Breath Of The Wild es un juego muy bueno en sus apartados gráficos, de sonido y diseño, pero lo que le hace tan especial es la completa libertad que te otorga a la hora de jugarlo. Uno de los problemas de los juegos de mundo abiertos es que no son "abiertos" como tal, dependen de una linealidad, si quieres acceder a ciertas misiones o regiones debes de pasar unos ciertos niveles o quests de la historia principal o si quieres derrotar a ciertos enemigos necesitas un equipamiento concreto. En este juego nada de eso existe, puedes pasártelo sin necesidad de obtener cierto equipamiento o de jugar ciertas misiones, puedes pasarte el juego sin explorar todas las ubicaciones del mapa porque el juego te da esa libertad. Puedes pasarte el juego sin mejorar armaduras, sin tener armas de gran daño o sin necesidad de objetos de curación porque te basta con un escudo y una espada para esquivar y hacer parries. El juego es perfecto para esta libertad, cada boss fight está hecha para que la puedas hacer de todas las maneras posibles. Yo me quedé sin flechas contra uno de los jefes del juego ¿Sabéis como le vencí? Lanzándole las armas de mi arsenal para hacerle daño, usando una lanza o un mandoble como de una jabalina se tratase. Pero la libertad no va solo en el combate, está de lleno también en la exploración. Pasarás por ciertas zonas del juego con distintas condiciones climatológicas, un desierto donde tu barra de stamina se agotará más rápido, una zona volcánica donde el calor te matará o una zona nevada donde el frío te irá quitando vida y la nieve te ralentizará. Te las puedes pasar como quieras, con una armadura que prevenga del frío o del calor, con pociones temporales o literalmente sufriendo daño constante y consumiendo comida para ir reponiendo los corazones. Pero hay más, porque el mundo de Hyrule está lleno de secretos. Por ejemplo, para derrotar a Ganon te recomiendan usar la icónica Espada Maestra, pero no la venden en ningún lado ni hay una misión para encontrarla, porque para conseguirla tienes que ir a una ubicación que únicamente sabrás de su existencia por conversar con NPCs, algo surrealista.

Para mí, este juego es increíble, pero no me despertó la emoción que me despertaba jugar a otros juegos como Persona 5 ni me generaba las ganas de estar horas y horas jugando como puede ser un finde de puro Warzone, pero eso también está bien. No me generaba nada de eso, pero para mí es un 10 de 10, porque si el juego se juega como tú quieras, al final se juega también cuando tú quieras. Un día me podía tirar un par de horas explorando para encontrar secretos ocultos y desbloquear regiones del mapa, otro día podía jugar un rato porque quería pasarme una bossfight para luego no tocarlo durante días y volver otra vez con ganas de explorar. Incluso ahora que me he pasado el juego, quiero jugarlo más, porque a pesar de que he encontrado la famosa espada más el escudo Hyliano y a nuestro fiel caballo Epona, sé que no he hecho ni la mitad de lo que tiene el juego. Me faltan templos por encontrar y completar, me falta descubrir regiones, me faltan completar muchísimas misiones secundarias muy interesantes y, sobre todo, me falta encontrar todos los recuerdos de Link con Zelda. Un juego que puedes pasarte en una hora o en cien, un juego que cuando lo acabas simplemente tienes tanto por hacer, un juego que te permite jugarlo como quieras, un auténtico mundo abierto.

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