El futbol rock 'n' roll del Pucela llega a primera

La temporada 22/23 empezó este viernes con una victoria del Osasuna frente al Sevilla por 2 goles a 1. Una temporada que arranca con mi equipo, el Real Valladolid, en la máxima categoría del futbol español después de un descenso con sabor mas que amargo y un ascenso a la temporada siguiente, una temporada de infarto donde se coló en la última jornada en el ascenso directo después de estar siendo el tercer clasificado durante toda la temporada. Empieza la temporada para los chicos de José Rojo Martín “Pacheta”, primera temporada del de Salas de los Infantes en primera con el Pucela, temporada donde veremos qué tal funciona ese futbol rock 'n' roll al que nos tuvo acostumbrados en segunda.


La temporada pasada fue algo extraña y convulsa durante la gran mayoría de jornadas. Un equipo que ascendió de manera directa cuando, curiosamente, ocupó durante más tiempo la tercera plaza que alguna de las dos primeras que da ese ascenso directo. Tan solo cuatro jornadas en esos puestos, ninguna de ellas como primero, una de ellas siendo la segunda jornada y otra de las cuatro la última, la que dio al Pucela el ascenso. Una temporada donde la irregularidad y el cambio fueron la tónica del equipo, uso de varios y distintos sistemas de juego y muchos partidos donde el equipo llegaba con una dinámica ascendente donde ganar les ponía arriba y acababan por perder o no materializar esos puntos necesarios. Una temporada no solo marcada por ese ascenso "suertudo" en la ultima jornada, que de suertudo nada, porque sí que perdió partidos vitales, pero una liga donde los dos primeros ascienden con 81 puntos en la última jornada, un punto más que el tercero, siendo el tercer clasificado el equipo que estaba liderando hasta casi la última jornada, no es que sea todo menos de suertudo. Pero a pesar de como de tétrico suena este ascenso, es para mí todo lo contrario, un trabajo encomiable.

Primero te encuentras en una segunda división que si de normal es dura y complicada, también sabes que la parte alta va a ser extremadamente competitiva. Tienes de rivales al Almería, un equipo con dueño saudí y proyecto de ascenso fuerte desde hace años, al Éibar, recién ascendido que se reforzó con la gran mayoría de jugadores punteros de segunda, y otros huesos duros de roer como Tenerife, Girona, Las Palmas o Ponferradina. Un reto que tenía también una dificultad extra, la plantilla. No voy a ir con falsa modestia, porque si, teníamos una de las mejores plantillas de la categoría, con muchos jugadores que ni deberían haber jugado en segunda, pero es que ese conjunto de jugadores era un equipo "perdedor". Aquí Pacheta tenía trabajo pendiente, coger a un plantel derrotista acostumbrado a recibir un mazazo tras otro en los últimos minutos de cada partido y transformarlo en un equipo peleón, correoso, que siempre da el 110%, un equipo Pacheta. Y el trabajo se le atraviesa nada más empezar, una racha de derrotas muy catastrófica lleva al Pucela hasta mitad de tabla, falta de hambre, jugadores rotos y sin fuerzas o por fantasmas del pasado o por propia gana, una imagen muy dura. Pero aquí se demuestra de que pasta están hechos los entrenadores, porque no solo importa la táctica, la gestión del grupo es casi igual o más vital en ciertas situaciones, y esta era una. Y Pacheta, junto a la dirección deportiva en invierno con refuerzos, y junto a los jugadores, pasaron de ser ese equipo con tintes dramáticos a jugar un futbol rock 'n' roll.

Un futbol vertical, ofensivo, donde primaba el principio de "si yo genero constantemente peligro ellos no van a poder generarlo". Partidos donde buscaban llegar rápido al área contraria y generar la mayor cantidad de ocasiones posibles. Un futbol muy arriesgado ya que como te pillen en un renuncio te pueden desmontar todo el plan, pero nada, el miedo a encajar no existía. Si que hubo momentos donde el gol era algo que no llegaba y hubo partidos donde se sufrió mucho más de lo normal, pero el Pucela encontró la forma de jugar. Aprovechando tener unos centrales donde defender a campo abierto no les suponía una dificultad, unos laterales con mucha proyección ofensiva, un medio campo con habilidad y buen golpeo, unas bandas o con un buen manejo del balón el 3/4 de campo (Toni Villa) o con una habilidad pura de regate (Gonzalo Plata) y un killer que todo lo que enganchaba iba para dentro. Y no solo eso, casi todos los que salían desde el banquillo lo hacían enchufados. Si es que teníamos a Anuar de jugador número 12, salía en la posición que fuera e, independientemente de su habilidad y calidad, se dejaba los cuernos en cada balón. Una temporada que, personalmente, la gocé por el futbol tan entretenido que vimos.

Ahora llega otra temporada, esta vez en primera. El Real Valladolid pasa de ser favorito al ascenso en segunda a ser uno de los que pelee por no descender a la categoría de plata. Dos divisiones donde los puntos son vitales, eso sí, por contextos completamente distintos. Una temporada donde perder un punto por ser demasiado arriesgado puede significar un descenso, algo que una parte de la afición teme y, por ende, valora si de verdad merece la pena que Pacheta cumpla la promesa de "seguir siendo un equipo valiente". Pero claro, si ser demasiado valiente es arriesgado aquí hace no mucho hemos visto un descenso por ser un equipo que jugaba demasiado seguro, que jugaba atesorando un empate en vez de perseguir los tres puntos. En mi opinión, no es lo mismo primera que segunda, en la categoría de plata muchos de los equipos juegan juntitos y con el bloque mas bajo, estilo mas defensivo y a esperar a asestar un golpe para cerrar el partido. Primera es distinto, hay más variedad, más manejo de balón, más calidad, te dejan jugar más, pero claro, en la vida todo es una de cal y otra de arena. Si en LaLiga Smartbank te podía resultar más difícil desplegar un futbol más ofensivo porque había conjuntos correosos defensivamente hablando también había equipos que no golpeaban tan duro, y en LaLiga Santander hay muchas más oportunidades de lucir un juego ofensivo, sí, pero como te pillen te matan, no te avisan. Así que, con tantas pegas, con ese miedo de que si eres muy ofensivo te maten fácilmente o si te arropas atrás seas incapaz de sumar puntos con holgura, prefiero morir matando. El Real Valladolid de Pacheta ha demostrado que se le da bien generar peligro y, a pesar de una pretemporada muy pobre ofensivamente, en esta se ha visto que existe solidez defensiva y que están listos para este nuevo reto.

Una temporada que arranca hoy contra el Villarreal, manteniendo el grueso del ascenso y sumando unos cuantos fichajes de nivel, y que, personalmente, espero que Pacheta cumpla su promesa de ser valientes. Siempre he creído que se va a llegar más lejos arriesgando que siendo precavido, es más fácil soñar con cosas grandes cuando tu equipo juega a ganar y no a sumar puntitos de oro, y si toca descenso que al menos sea porque hemos sido valientes. Veremos qué tal esta temporada, que por fin esta sea la que el Pucela se establece en la máxima categoría, que sea la base de un buen proyecto de futuro, pero eso está por ver si ocurre, de momento a salir a ganar contra el Villarreal.
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