Ao Ashi, un spokon futbolero fuera de la norma

"El futbol es un deporte donde juegan 11 contra 11 durante 90 minutos y siempre ganan los alemanes". Gary Lineker definió de esta manera el futbol, uno de los delanteros más icónicos de la selección inglesa, 48 goles en 80 partidos con la selección de los "three lions". Frase acuñada después de una eliminación bastante dolorosa por parte de su selección a manos del combinado germano en la semifinal del mundial de 1990, no entendía como siempre Alemania encontraba la forma de ganar los partidos. Posiblemente la frase más icónica para describir este deporte, pero para mí hay una mucho más acorde. Johan Cryuff, leyenda del futbol tanto en el verde como en los banquillos, describió el balompié de la siguiente manera: "jugar al futbol es muy sencillo, pero jugar un futbol sencillo es la cosa más difícil que existe". Como persona que juega a nivel amateur, disfruta viendo todo tipo de futbol y quiere entrenar en un futuro, esta frase es la más correcta que existe. Dar patadas a un balón es relativamente sencillo, darle una patada al balón para que llegue a tu compañero en el momento perfecto al lugar perfecto no lo es tanto. Paradójicamente, esta frase se puede adaptar a los spokon ambientados en este deporte: hacer un anime/manga de futbol es sencillo, pones 11 contra 11, un protagonista que supere adversidades y sea el mejor de su equipo y unas cuantas remontadas, pero hacer un buen anime/manga de futbol en su base no lo es tanto. Y aquí entra Ao Ashi, una obra sobre el deporte rey que sabe lo que tiene entre manos, un anime que sabe cómo funciona el futbol durante los 90 minutos que dura cada partido, así que acompañadme en un análisis tanto táctico como técnico de los 24 episodios de este anime y de su curioso y tan diferente personaje principal.


EL DEPORTE EN SU BASE

Gente de mi edad hemos crecido con Oliver y Benji o con Inazuma Eleven. Cuando yo era un criajo que sabía lo que era un balón y ya veía la llamada Captain Tsubasa en tierras niponas, esos campos más largos que la meseta castellana y unos disparos a puerta que convertían el balón en una tortilla de patata. A mí me pilló con su secuela, "Campeones hacia el mundial", donde Oliver jugaba en las versiones de mentira del Santos o de FC Barcelona, mientras Mark Lenders hacía lo suyo en Italia con la Juventus, Tom Baker en Francia con el PSG y Benji Price en Alemania guardando las redes del Hamburgo. Mas tarde llegó Inazuma Eleven, que, aunque no me gustaba mucho la acabé viendo por mis colegas. Futbol fantasía con poderes, la mano celestial o el tornado fénix entre otros. Muy guay para chavales de 10 años, pero yo siempre he sido más raro que un perro verde y nunca me gustó eso de los poderes, yo quería futbol, no magia. Me aferraba a Oliver y Benji, pero según crecía, más me daba cuenta de que de realista tenía lo superficial. Casi ningún anime planteaba un partido bien tácticamente, casi ningún jugador usaba conceptos básicos de circulación de balón o posicionamiento, eso hasta ahora, porque Ao Ashi hace todo eso.

Episodio uno, y te pone en situación: Aoi Ashito es tu protagonista, supercrack de su equipo de instituto que juega de atacante goleador, con un temperamento muy malo y poca disciplina. Es básicamente la trama de típico shonen, protagonista con habilidades que destaca pero no lo suficiente y que quiere llegar a la cima. Pero todo este cliché parece cambiar un poco cuando aparece en escena Tatsuya Fukuda, entrenador del juvenil de un equipo profesional de la J-League, la primera división japonesa, y exjugador con carrera en el futbol europeo e internacional con la selección nipona. Solo bastó una escena ambientada en una playa donde Aoi se encontraba tras disputar un partido para descubrir que nuestro protagonista tiene un potencial enorme. Pero lo mejor de todo es que no descubre su talento viendo lo bien que juega, no, lo descubre al colocar en un campo improvisado en la arena de la playa 22 monedas a modo de jugadores cuando Fukuda le pide repasar y explicarle jugadas del partido con esas monedas, un talento oculto, una enorme visión de juego. Y de aquí en adelante, nos cuentan la vida de Aoi mientras da todo lo que tiene dentro para convertirse en el mejor delantero de la historia de Japón, o eso creía él.

Desde el primer episodio nos dejan claro que esto no es lo de siempre. Desde ese episodio hasta el final, Ao Ashi hace hincapié en muchísimos conceptos del futbol que forman parte de la base más absoluta, de la base que luego grandes equipos profesionales sacan oro de ellas. Desde una explicación de un concepto tan simple como un control orientado hasta la generación de pases y espacios a través de la triangulación. Pero no solo en la parte ofensiva, en la parte defensiva se manejan conceptos como hacer coberturas o el cerrar las líneas de pase interiores (siempre es mejor que el rival llegue por fuera que por zonas centrales). Conceptos que encajan tanto para los fans como para los desconocedores del deporte, porque para los novatos están tan bien explicados que son muy fáciles de entender, y para los conocedores del deporte son conceptos explicados sin ninguna falla y usados correctamente. Pero ya no solo los conceptos técnicos son correctos, la parte táctica también. Nuestro protagonista aprende el concepto de triangulación en un partido donde juega 4-3-3. Él es el extremo, y esa circulación de balón la hace con el lateral y el volante de su banda, una circulación que hace que puedan avanzar espacios por ese carril izquierdo, además de asociarse múltiples veces con otros compañeros para formar otros triángulos, como puede ser realizar una triangulación extremo-delantero-medio. Pero no solo eso, mi ejemplo favorito es como explican la defensa en zona: un partido de 11 contra 21 donde el equipo con la superioridad no gana ¿Y por qué ocurre esto? Porque el equipo de 11 opta por esa mencionada defensa en zona, repliegan y cierran espacios para evitar movimientos a la espalda y circulación fácil del contrario con y sin balón, porque pueden ser 11 o 100 que si no hay huecos para mover el balón en zona de ataque al final da igual, va a ser imposible que marques un gol. 24 episodios donde explotan todas y cada una de estas cosas, donde se demuestra que el mangaka sabe de futbol y los que llevan el anime también.


UN PARTIDO NO ES DAR PATADAS A UN BALÓN

La primera parte del anime se centra mucho en la parte técnica de manera bastante correcta, aunque se ve obligado a ello debido a que es la parte del anime que donde se relatan las pruebas de acceso al Tokyo Esperion mas todo el entrenamiento previo de Aoi antes de su debut liguero, lo que viene siendo una pretemporada de toda la vida vamos. Pasando todo esto, ¿Qué tal son los partidos de futbol dentro de Ao Ashi? Obviando el lento ritmo narrativo japones, son geniales, y para explicar el por qué vamos a analizar el partido final de la temporada, el Mushashino – Esperion FC. Partido de la séptima jornada de la liga juvenil de Tokio, el Mushashino llega invicto y con Akinori Kaneda como estrella y máximo goleador de la competición. El Esperion llega en un momento difícil, un equipo con dudas debido a que no logran obtener resultados debido a la falta de rendimiento de ciertos jugadores más un estilo de juego que no saben trasladar al verde. Partido que abarca tres episodios y medio de los últimos cuatro, partido que deja cosas muy interesantes.

Antes de todo el partido hacen un repaso del rival para ponernos en contexto, hablándonos de su punto fuerte, y no es su nueve, sino su gran capacidad de grupo, ningún jugador destacable pero un grupo fortísimo que sabe plasmar de manera precisa el plan de juego que presenta su entrenador y que tan bien le sienta a su equipo. Pero este plan es solo para 10, porque Kaneda no lo sigue, algo que beneficia al equipo ya que esta anarquía y esa tremenda capacidad goleadora causa estragos en las defensas rivales. Un equipo ordenado y un delantero letal es una combinación espectacular, y si no mira como está ahora el Manchester City. Nuestro equipo, el Esperion, forma con un 4-3-3 con el protagonista como lateral izquierdo

El partido empieza claro a favor del conjunto local, el Mushashino apuesta por su estilo característico de presión alta y robo rápido, un estilo que funciona bien contra un equipo que busca llegar al área a través de mantener el balón como es el estilo del Esperion, pero esto no les funciona porque, sabiendo que algo de esto podía pasar, el combinado visitante cambia de plan y pasa de retener balón a buscar pases largos a la espalda de la defensa para generar ocasiones de peligro. Un plan que funciona y que pronto queda inservible, el Mushashino decide retrasar la línea defensiva y juntar espacios, los balones largos deja de funcionar ya que la defensa rival resuelve a su favor todos esos duelos. Aprovechando que dicha estrategia genera que ciertos jugadores abandonen sus puestos por buscar esos huecos, el Mushashino responde con contras duras y aprovechando que tienen al delantero perfecto, rápido, fuerte y con hambre de gol, y si no es porque Aoi está rápido en el repliegue el primer gol en contra hubiera caído. Evitar un gol a cambio de una falta peligrosa y una amarilla para el lateral izquierdo en el minuto 15, muy pronto para que un defensa sea amonestado. A partir de este momento llega un cambio de plan, el equipo local, vistiendo rayas horizontales blancas y azules, cambian de una presión alta a una defensa con la línea más abajo y a esperar al error rival, y que bien les funciona, porque teniendo a Kaneda como nueve es una estrategia válida. Robo de balón por un pase que se queda corto y disparo al larguero, el Esperion está sufriendo y mucho.

Cambio de planes, Kuroda decide marcar al hombre a Kaneda, el pivote se encargará de impedir esos avances rampantes desde atrás del delantero contrario, y a pesar de que roba el balón bien, Kaneda es un bicho y esa velocidad y fuerzas que tiene hace que el balón le dure poco al “cinco” del Esperion. Un robo que hace que Kaneda se convierta en un tanque y que, a base de un despliegue físico absurdo, genera un disparo que vuelve a estrellarse en el larguero pero que hace que el rebote sea cazado por su capitán, el 1-0 sube al marcador. Resultado adverso y cambio de planes, la formación pasa de ser un 4-3-3 a un 3-4-3, los laterales se convierten en carrileros muy largos y aumenta la producción ofensiva, pero lo que causa un cambio es Tachibana. El atacante del Esperion llevaba un arranque liguero lamentable, cero goles y un aporte ofensivo nulo, pero un cambio de mentalidad hace que tanto el cómo el equipo resurjan y avasallen al rival. Y al final, tras un centro lateral de Aoi y un despeje muy endeble del portero rival, Tachibana engancha el rechace y pone el 1-1 en el resultado. Ahora quien cambia de planes son los locales, el Mushashino vuelve a la presión alta y apuestan por la trampa del fuera de juego ante los balones largos del Esperion, algo que les funciona a la perfección. Los locales vuelven a la línea de cuatro en defensa y hacen sufrir al rival, pero el Mushashino tiene un nueve letal, y un pase largo para que Kaneda se haga hueco entre los dos centrales pone el 2-1 en el resultado. Un resultado que podía haber sido 3-1, la estrategia de meter balones entre la pareja de centrales tan descoordinada del Esperion funciona, pero el gol es evitado por Kuroda, quien se abre la cabeza con el poste al salvarlo. Final de la primera parte.

La segunda empieza y la imagen cambia radicalmente, esa pareja de centrales desconcentrada se convierte en una línea de tres que funciona perfecta. Aprovechando la increíble colocación y lectura de espacios de Takeshima y gran despliegue físico de Togashi, la dupla de centrales consigue descentrar al nueve rival, incluso forzando que este reciba una amarilla por contestar al árbitro fruto de la frustración. El partido continúa, y en una jugada que parte con Aoi en zona ofensiva de la banda izquierda y una incorporación al ataque por dentro del otro lateral es el fruto del 2-2, uno contra uno frente al portero gracias a un movimiento de balón sublime. Un 2-2 que se convertirá en un 2-4 gracias a la genialidad de nuestro protagonista, esos laterales largos funcionan y hacen mucho daño a través de entradas desde fuera hacia dentro en diagonal, marcando así Aoi el tercero para su equipo tras cazar un rechace a la madera en una jugada en la que el mismo fabricó. Y el 2-4 también es gracias a él en parte, arrastra a dos defensores a banda ante el miedo a otra internada que resulta en un hueco enorme por dentro que culmina con el segundo gol de Tachibana en su marcador particular. El partido finaliza, el Esperion desarticula por completo al Mushashino.

Es un partido bastante palomitero la verdad, pero es un ejemplo perfecto de lo que es un partido. Planteamientos de partidos tanto para hacerte sentir como jugando como para sorprender al rival, variaciones de la táctica y del sistema durante el encuentro y, sobre todo, lo más importante, las individualidades. Casos como el capitán del Mushashino, su delantero o Tachibana son perfectos. El 10 de los locales es una figura importante en este deporte, un jugador que organiza al equipo y que mantiene la calma y la intensidad en momentos adversos, y tanto Kaneda como Tachibana demuestran como tener un jugador diferencial al resto te hace ganar partidos o como el estado anímico de un jugador puede causar cambios muy grandes en su forma de jugar. Un partido largo, como este análisis yo ya lo siento, que deja claro que Ao Ashi se conoce y domina todas las dimensiones de un partido de futbol.


EL PROTAGONISTA

Pero la guinda a este pastel no es nada de esto, es el propio protagonista. Inazuma Eleven, a pesar de todos sus poderes, tenía un encanto: su protagonista era portero. Era una de las pocas cosas que me gustaban, porque en verdad estoy bastante harto de que el protagonista sea el 10 superestrella que recuerda a Leo Messi o el delantero goleador al más puro estilo Van Nistelrooy. De pequeño te gusta Mark Lenders, a lo mejor de mayor te gusta más Benji Price o incluso Clifford Yuma. La gracia de Ao Ashi reside en eso, en concreto en algo que pasa en su segunda mitad. Doce episodios aguantando al protagonista decir que es el mejor atacante de la historia, el nuevo Batistuta, verle jugar de extremo izquierda cuando claramente tiene habilidades de mediocentro organizador al más puro estilo Xavi (el cual tiene una referencia muy guay en el episodio 15). Pero ni una ni otra, nos pillaron a todos, porque Aoi Ashito va a llegar al éxito internacional siendo lateral izquierdo. Exacto, lateral izquierdo, ni extremo, ni delantero centro, ni volante, ni mediapunta, nada de nada, jodido lateral izquierdo. Algo que a mí me cabreó, es que tiene perfil de jugar en medio campo, pero incluso el creador de esta historia me pilló por sorpresa en un ámbito en el que manejo demasiado.

"Pero como va a ser lateral alguien que sabe ver dónde están los otros 21 jugadores y sabe identificar que van a hacer, eso es puro Xavi, es mediocampista", eso decía. Incluso un personaje secundario del propio anime dice lo mismo que acabo de decir, como si el mangaka supiera que esa iba a ser la reacción, pero el creador apostó por un perfil de jugador que a mí me encanta y que cuando se reveló solo pude decir "esto es la ostia de bueno", Aoi Ashito sería un lateral creador de juego. Fukuda lo sabía desde ese día en la playa, Aoi no tenía cualidades de atacante, era la pieza perfecta que le faltaba en su puzle, el jugador que le faltaba en su once, un lateral de corte ofensivo capaz de mover la bola y generar jugadas de peligro desde atrás. ¿A los fans del futbol nos va sonando este perfil? Exacto, es el perfil que patentó Phillip Lahm y que ahora ha alcanzado su máximo esplendor a través de las botas de jugadores como Trent Alexander-Arnold. El lateral derecho del Liverpool es posiblemente de los mejores en su posición, el scouser es un medio reconvertido a lateral, un jugador con una capacidad de pase increíble, ya sea en corto o a través de centros, una visión de juego que nadie en el mundo posee en esa posición. Una posición patentada por Lahm, jugador que hizo carrera en el Bayern jugando por ambas bandas y en el medio campo, un perfil de jugador que Kimmich intentó llenar cuando este se retiró. Un perfil usado en equipos de alto nivel durante ciertos tramos de un partido, como cuando Toni Kroos, centrocampista del Real Madrid, bajaba a la posición de lateral izquierdo para ayudar a los centrales a sacar el balón desde atrás, desplazándose el lateral al medio campo o a posiciones más ofensivas. Aoi encaja dentro de este rol, sumándole además una capacidad de participación en el juego ofensivo muy grande al saber leer espacios, permitiéndole tanto asistir como marcar cuando sube al ataque. Que le jodan al mediapunta jugón o al delantero goleador, quiero protagonistas distintos, quiero un Aoi Ashito.


Aun así, con todo esto, este anime no es ni de lejos perfecto. Sufre de muchos problemas como el tener un protagonista que es, durante toda la primera mitad de la temporada, el jugador más individualista y el protagonista más desgastante que recuerdo en mucho tiempo. Incluso sufre el gran problema narrativo japonés de explicar en exceso ciertas cosas, dedicar mucho tiempo a que Aoi interiorice un concepto y lo aplique está muy bien, que tarden algo en explicar el porqué de una jugada también si no es mucho tiempo, tirarse varios minutos explicando algo del pasado, los pensamientos del protagonista o el porqué de un pase raso a tu compañero que se encuentra a cinco metros pues no está tan bien. Incluso con todos estos clichés típicos de un título de demografía shonen y algún que otro problema de ritmo narrativo, el anime está brutal tanto para los fans de este deporte como para la gente que no le haga tanta gracia el futbol pero que aun así quieran disfrutar de un spokon bien centrado en el deporte que practican. Esperemos que este título tenga y obtenga la popularidad que, en mi humilde opinión, se merece. Espero con muchas ganas cosas como que el manga llegue a España, que Crunchyroll lo tenga en cuenta para una tercera tanda de doblajes en castellano y que, por supuesto, tenga una segunda temporada.

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