GHDPW vol.1: Kazuchika Okada vs. Kenny Omega

Hoy, o mejor dicho, el día en el que estoy escribiendo esto, estaba viendo combates clásicos o de años recientes como me suele gustar hacer en estas fechas. Para quien no lo sepa, en nada y menos tenemos ante nosotros otra edición de Wrestle Kingdom, el mayor evento de la lucha libre japonesa y uno de los mas importantes a nivel mundial. Pero este año decidí revivir antiguas historias mas que combates nuevos, ya que gracias al regreso de Kenny Omega a NJPW tras cinco cuatro años de su marcha quise rememorar la época donde mas disfruté de este deporte. Quise visitar el 2017 y el 2018 de New Japan y volverme a ver la que es la mejor saga de encuentros de la pasada década y una de las mejores y más icónicas rivalidades del siglo XXI. Hoy, aprovechando todas estas cosas, vengo a hablar de la saga de Kazuchika Okada vs. Kenny Omega, cuatro combates que son la base del pro wrestling moderno, cuatro combates que cambiaron la lucha libre para siempre.


La carrera de ambos son polos opuestos, una es el puro éxito desde el día uno y otra son años y años de esfuerzo para llegar a la cima. Kazuchika Okada llegó al dojo de NJPW en 2007 a la edad de 20 años, donde se pasó tres años entrenando hasta que tuvo su periodo de excursión (es tradicional que los luchadores del dojo antes de debutar luchen en otra empresa durante un tiempo para adquirir experiencia), uno bastante cuestionable no por su calidad sino por cómo le usaron. Su debut ocurrió un 4 de enero de 2012 en Wrestle Kingdom VI contra YOSHI-HASHI. Un combate horrible donde Okada cosechó una actuación poco mas que lamentable. Aun así, tuvo el valor de retar por el campeonato peso pesado IWGP al campeón Hiroshi Tanahashi justo después de que este venciera a Minoru Suzuki en el main event del show. A nadie le gustó la decisión, ¿cómo un debutante tan malo podía retar al campeón máximo y al luchador más grande de Japón por aquel entonces? Es que no solo le retó, le venció. El 12 de febrero se convierte en el nuevo campeón después de dar una masterclass de pro wrestling, toda esa mala actuación en el Tokyo Dome era solo una farsa para que el campeón se confiase. Los siguientes años fueron puro éxito, cuatro veces campeón máximo de la compañía, una New Japan Cup y dos victorias en el G1 Climax lo ponían en el mapa como el nuevo número uno de NJPW y uno de los mejores luchadores del mundo.

La otra cara de la moneda es Kenny Omega. El canadiense se pasó la década de los 2000 en el ostracismo, recorriendo la escena independiente canadiense y estadounidense sin mucho éxito, incluso planteándose el retiro, pero probar suerte en Japón le cambió la carrera. En Japón luchó durante años en DDT con algún que otro periplo en AJPW y NJPW, cosechando éxitos como ganar el campeonato de peso junior de AJPW, el campeonato junior por parejas de NJPW y unos cuantos títulos en DDT. Esta última fue su casa, donde se convirtió junto a su compañero de equipo Kota Ibushi en los dos hombres más vitales de la compañía, teniendo un combate en el Nippon Budokan que es considerado unos de los mejores de su carrera. Pero al final su éxito era menor comparado al de Okada, así que al final decidió dar un giro a su carrera separándose de su compañero Ibushi y firmando por NJPW, convirtiéndose en “The Cleaner”. Debutó como nuevo miembro del Bullet Club a finales de 2014 y durante ese año y el siguiente se convirtió en campeón junior IWGP por dos veces. Pero, al igual que Okada, el año donde se forja la leyenda sería 2016.

El año empieza fuerte, Kenny Omega, tras cubrir al campeón intercontinental Shinsuke Nakamura en el show posterior a Wrestle Kingdom 10 en un combate por parejas junto a AJ Styles, traiciona a su compañero y líder del Bullet Club para convertirse en el nuevo líder, declarándose contrincante número uno por el campeonato intercontinental, título que AJ no pudo obtener un día antes. El motivo de este ascenso es la marcha de AJ Styles a la WWE, una ausencia de una cara gaijin (término japonés para referirse a alguien extranjero) para liderar el Bullet Club, una facción claramente americana/extranjera. Era la tormenta perfecta, Kenny se encontraba en el lugar idóneo en el momento ideal, y eso hizo que se convirtiera en campeón intercontinental IWGP tras vencer a Hiroshi Tanahashi el 14 de febrero de 2016 en el show de The New Beginning. Un reinado que le duró hasta junio tras perder el campeonato en Dominion frente a Michael Elgin en el primer combate de escaleras celebrado en la compañía, un reinado que le estableció como uno de los mejores luchadores in-ring que tenía la compañía.

Dominion 2016 es el día en el que Kenny pierde la correa blanca y Okada gana el campeonato máximo por cuarta vez tras vencer a Tetsuya Naito, un reinado que sería posiblemente uno de los reinados más legendarios de la historia de este deporte. Ambos luchadores entran al G1 Climax 26 y tras vencer a Hirooki Goto en la final, Kenny Omega se proclamaba vencedor de la competición, el primer gaijin en ganar el torneo más prestigioso de todo el pro wrestling, una victoria que le otorgaba un combate titular por el campeonato peso pesado en el evento más grande de NJPW, Wrestle Kingdom.


4 de enero, Tokyo Dome, Wrestle Kingdom 11, el evento principal enfrentaba a Kazuchika Okada y a Kenny Omega por el campeonato peso pesado IWGP frente a más de 25.000 personas, el primero entraba como campeón y el segundo como aspirante. La lucha empezaba como cualquier lucha de alto calibre, intercambio de locks y pins más alguna que otra contra. Los fans estaban metidos en la lucha desde el minuto uno y empezó a despegar poco a poco, después de una dropkick de Okada la lucha se llevó al ringside, donde este mismo aplicó un DDT con ayuda de las barricadas externas hacia el suelo cubierto del exterior seguido sobre su famoso crossbody sobre estas hacia la zona del público. De vuelta al ring ambos intercambiaban movimientos característicos, y con Kenny Omega dominando decidió realizar su famoso Terminator Dive (un tope con giro al exterior del ring) de manera impecable. De vuelta al ring y Kenny Omega en un intento de asesinato conecta una diving dropkick brutal desde la tercera cuerda, y digo brutal porque ambos pies impactan de manera violentísima en la nuca del campeón, aunque Okada se libra de la cuenta de tres gracias a que consiguió llegar a la cuerda inferior. Vuelta a la tónica de antes, intercambio de movimientos hasta que Kenny Omega manda otra vez al ringside a Okada con otra tremenda dropkick, y esta vez no venía un tope con giro, sacando de la manga un triangle moonsault hacia el exterior brutal, por encima de las ya mencionadas vallas que separan el público del ringside e impactando de lleno contra Okada y la mesa de comentaristas, brutal. 

Pero esto no era suficiente, Okada seguía en pie a duras penas y con ayuda de una mesa, Kenny Omega realizó un doble pisotón desde el borde del ring hacia afuera atravesando la mesa y a su rival que se encontraba debajo. Omega seguía castigando a su rival con todo, pero Okada sobrevivía y obtiene la ventaja. Kenny entonces pensó “yo tengo una mesa por ahí… hmm”, se percató, la colocó y le salió rana porque quien acabó estrellándose de manera brutal contra ella fue el propio Omega, volatilizando la mesa al impactar desde el ring hacia afuera. El combate llegaba a la fase final, golpeando ambos con lo que podían y sabían. Okada buscaba su letal Rainmaker y Kenny escapaba de cualquier manera, encontrando una opción fallida de ganar el combate en un brutal dragon suplex desde la tercera cuerda. Esto ya era una guerra, Okada buscaba el Rainmaker y Kenny esquivaba, aplicaba su brutal rodillazo llamado V-Trigger para intentar doblegar a Okada pero respondía con tremendas dropkicks. Esos fueron los últimos minutos, esquivar y golpear duro. El combate parecía acabar, Kenny conectaba su V-Trigger y buscaba el One Winged Angel, evitándolo el campeón e impactando de lleno con su brazo derecho en el movimiento llamado Rainmaker, un lariat que es su arma mas letal. Parecía que esta guerra llegaba a su fin, pero Kenny se libraba de manera sorpresiva una y otra vez. Los compases finales fueron un festival de resiliencia puro, todo parecía impredecible hasta que, tras momentos de incertidumbre e intercambio de duros golpes, Okada conectaba otro Rainmaker para retener el campeonato. Un combate que removió todo el panorama de la lucha libre mundial. 

Este combate puso en el mapa mundial a NJPW y a ambos luchadores, recibiendo una valoración de 6 sobre 5 estrellas por parte de Dave Meltzer, uno de los periodistas más prestigiosos del medio. Esa nota se convirtió en la más alta jamás dada, esta lucha se convirtió en la más grande del siglo XXI, la saga de Okada - Omega había empezado. El año continuaba y Kazuchika Okada seguía reinando, mientras que Kenny Omega se alejaba de los cuadriláteros por unos meses. Ese descanso llega a su fin en junio de 2017, NJPW anunciaba que la saga entre Okada y Omega tendría una segunda entrega, una revancha se celebraría en Dominion. Kazuchika Okada volvía a entrar como campeón y Kenny Omega como aspirante en el que es, posiblemente, el mejor combate de la historia de este deporte, y sin ninguna duda mi lucha número uno de todos los tiempos.

El combate empezaba prácticamente idéntico cambiando unas cosillas, Omega ya no llegaba confiado y lleno de orgullo como la anterior vez, ya no se chuleaba tanto, conocía a Okada y sabía lo que tenía que hacer distinto y mejor para llevarse la victoria. En vez de centrarse puramente en desgastar a su oponente a base de impactos violentos decidió centrarse en su pierna izquierda. El combate seguía teniendo los elementos de la lucha anterior, como el trasladarse al ringside, la mesa o un moonsault perfecto al exterior por parte del canadiense, pero se notaba que era una versión mejorada de la lucha anterior, el ritmo era mucho mejor y los movimientos eran más brutales y precisos que los del combate de enero, algo dificilísimo porque ya eran casi perfectos de por sí. Era el mismo guion pero mejorado, el mismo comienzo, mitad y cierre, salvo por una cosa, cuando tenía que acabar no acabó, la lucha seguía, ambos resistían, y aquí es donde empieza lo sublime. 

Quedaba media hora todavía y se convirtió en una guerra, era todo o nada. Kenny golpeaba y Okada respondía, incluso en un momento de la lucha parecía que era el final del canadiense, llevando a un maravilloso momento: Cody quería tirar la toalla para detener el combate y que la masacre que su amigo estaba recibiendo terminase, pero sus compañeros del Bullet Club se lo impidieron, momento justo en el que Kenny resurge con tremendo V-Trigger seguido de un poisonrana. Inmediatamente después volvemos a lo anterior, ocurre un intercambio de finales falsos y contraataques brutal que llevaron a un One Winged Angel de Omega sobre el campeón, parecía el fin, nadie se había librado de ese finisher y, cuando parecía todo perdido, Okada agarra la cuerda inferior y se libra de la cuenta. Y tras unos minutos de tirar todo por la borda, de intentar acabar con su oponente como fuera y de dar lo poco de energía que quedaba, la campana sonó, la hora que marcaba el límite de tiempo había terminado, el combate acababa en empate. No se le escapó la victoria a uno, ninguno sobrevivió al otro, simplemente Okada no fue mejor que Omega y Omega no fue mejor que Okada, maravilloso final. Un combate que volvió a romper la escala de Meltzer, esta vez la nota era de 6,25 estrellas. Okada y Omega volvían a hacerlo, volvían a poner todo patas arribas, volvían a la cima.


La vida seguía, y ambos seguían sus carreras. Okada seguía reteniendo el campeonato y Omega se convertía en el primer campeón estadounidense IWGP después de vencer a Tomohiro Ishii en las finales de un torneo de ocho hombres tan solo un mes de Dominion, aunque se volverían a ver las caras de nuevo ya que en el G1 Climax 27 coincidieron en el mismo grupo. Un combate completamente distinto al resto, 24 minutos de dinamismo puro y total, alto ritmo y alto impacto que, aunque fuera para mí el peor de los cuatros, fue otra masterclass de cómo hacer pro wrestling. Un combate que se llevó Kenny Omega tras aplicar su One Winged Angel en el medio del ring para sumar dos puntos que luego servirían para ganar el bloque B con 14 puntos e ir a la final del torneo. Un combate tan bueno que fue puntuado con 6 estrellas por parte de Dave Meltzer. Tres combates ya no solo considerados los mejores del año, son los mejores de la década, posiblemente los mejores del siglo XXI y entran dentro del partenón de la lucha libre, una trilogía que es de las mejores de toda la historia, una trilogía que nos dejó con ganas de más, con ganas de un ganador.

El año continuaba y cada uno seguía con sus historias. Kazuchika Okada seguía sumando días y defensas a sus campeonatos, buscaba romper todos los récords de longevidad y poco a poco se acercaba a su objetivo, superar el reinado más largo con la correa, reinado que poseía Shinya Hashimoto con 489 días, y, sobre todo, superar las 11 defensas exitosas de Hiroshi Tanahashi, la última piedra en el camino del Rainmaker para superar al Ace y convertirse en el más grande de la historia de NJPW. Kenny Omega también seguía con lo suyo, defendiendo su campeonato estadounidense y lidiando con problemas internos dentro del Bullet Club. Llegaba Wrestle Kingdom 12, y Okada defendía con éxito el campeonato frente a su gran rival Tetsuya Naito en un combate espléndido. Omega mientras tanto tenía posiblemente el combate más grande de la historia del show mediáticamente hablando, la leyenda viva de Chris Jericho sería su rival en la que era su primera lucha en NJPW y su primer combate en Japón tras más de 20 años, donde retuvo el campeonato. Aunque los problemas empezaban a llegar.


Kenny Omega fue traicionado por Cody y abandonado por los Young Bucks la noche que perdió su campeonato frente a Jay White. Cody había orquestado el golpe de estado perfecto, se volvió el líder y manipuló a los hermanos Jackson para que abandonaran a su mejor amigo. El Bullet Club estaba en guerra, y aunque parecía que Kenny se quedaba solo, su antiguo compañero Kota Ibushi fue al rescate para reformar los Golden Lovers y restaurar una amistad que quedó abandonada hace años. La historia continuaba dentro del Bullet Club y la guerra continuaba, los Golden Lovers vencieron a The Young Bucks en un combate espectacular en Long Beach, al cual le siguió un combate entre Kenny Omega y Cody en Supercard Of Honor, saldándose con derrota para el canadiense. Kazuchika Okada por su parte seguía avanzando como campeón, ya habiendo superado el récord de longevidad de Hashimoto, avanzaba sin parar hacia el récord de defensas consecutivas de Tanahashi, aunque lo hacía a duras penas, acumular más de 500 días como campeón estaba destrozando físicamente a un campeón que acumulaba combates contra los rivales más duros y exigentes disponibles. Aun con todo esto, Kazuchika Okada conseguiría su decimosegunda defensa exitosa el 4 de mayo de 2018 tras vencer a Hiroshi Tanahashi y superar el récord establecido previamente por su oponente. Tras todo esto y un tour de redención del canadiense, Omega retaba a Okada una vez más, esta vez a un combate al mejor de tres caídas sin límite de tiempo, la cuarta y última entrega de la saga era una realidad.

9 de junio de 2018, Dominion, Osaka-jo Hall, un combate por ver quien era el campeón y, sobre todo, por quien saldría victorioso en esta rivalidad. Este combate pasa a ser una guerra entre viejos conocidos, ambos se saben los trucos del oponente. La primera caída seguía el transcurso natural de los tres combates anteriores, cayendo está a favor de Okada casi al término de la media hora tras una secuencia donde consiguió un pin después de que Omega intentase revertir un Rainmaker en una cuenta rápida. Tras un breve descanso la segunda caída empezaba y no se andan con chorradas, con media hora de rodaje y desgaste esta segunda parte empezó rápido y fuerte con dominio del campeón, aunque todo cambió gracias a un poisonrana del canadiense en el ringside, una segunda caída que ganó Kenny Omega tras, por fin, conectar con éxito su One Winged Angel a los 50 minutos del combate. Faltaba la tercera caída, el desempate, un largo combate y ambos hombres destrozados, pero esto tenía que seguir. Y eso aprovechó Kenny, viendo que empezaba la tercera parte y que Okada estaba casi finiquitado conectó un brutal V-Trigger a la nuca del campeón nada más empezar, estaba hecho, solo tenía que conectar otro One Winged Angel, pero Okada lo evita e impacta de lleno con el Rainmaker, dejando a ambos en la lona. Tras esto se vivió un calco de su segunda lucha, ambos solo golpeaban con la poca energía y fuerza que les quedaba para ver si se llevan la lucha. Todo esto era demasiado parecido a ese combate de Dominion, pero cambiaban dos cosas, el tiempo no jugaba en contra del aspirante y el propio Kenny Omega sabía lo que se jugaba, no era el mismo hombre del año pasado. Y tras un combate de 1 hora, 4 minutos y 50 segundos, Kenny Omega conectaba un One Winged Angel, un V-Trigger y otro One Winged Angel para poner el 2-1 en el marcador, por fin lograba la victoria sobre el Rainmaker, Kenny Omega por fin se convertía en campeón peso pesado IWGP. Otro combate brutal, ambos luchadores reventaron la escala de Meltzer del todo y consiguieron 7 estrellas sobre 5, el combate con mayor valoración de todos los tiempos y que más de cuatro años después se mantiene en ese puesto número uno. Aunque personalmente no es mi favorito de los tres, siendo el mío la segunda entrega de la saga, es el número uno para la gran mayoría, el mejor combate de todos los tiempos para muchos, un cierre perfecto para esta rivalidad.



Okada vs. Omega es posiblemente la mejor saga de combates jamás realizada en este deporte en cuanto a trabajo dentro del ring se refiere, una de las mejores de la historia compartiendo olimpo con otras grandes historias como Rock vs. Austin, Triple H vs. Shawn Michales, John Cena vs. CM Punk o la rivalidad de Kazuchika Okada vs. Hiroshi Tanahashi. Una saga que ha cambiado el pro wrestling para siempre: estableció a ambos luchadores como dos de los mejores de todos los tiempos, puso a NJPW en el mapa internacional y sirvió como precedente para crear AEW. Una rivalidad que puso a Kazuchika Okada en ese lugar llamado “leyenda viva” y que dio ese status de “uno de los mejores de todos los tiempos” a Kenny Omega, un luchador que tenía tanto escondido y que se pasó más de 15 años de carrera sin ninguna opción a mostrarlo. Los cuatro combates que establecieron el wrestling moderno y que cambiaron el deporte para siempre.

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