Esto ya lo hemos vivido antes

Hoy el Real Valladolid visita la ciudad de San Sebastián por la vigésima jornada de LaLiga Santander, los blanquivioletas visitarán Anoeta para medirse a una Real Sociedad que en estos últimos tiempos está haciendo las cosas bastante bien. Con una victoria sobre ellos en la primera vuelta y distintas sensaciones acumuladas, el Pucela busca poner tierra de por medio entre ellos y el descenso. Poner tierra de por medio es el objetivo, otra vez, porque ese colchón de seis puntos que teníamos en diciembre ha acabado en tan solo uno nada mas empezar febrero, todo esto por un mes tétrico tanto en lo deportivo como en el mercado. Hoy vengo a hablar de estas últimas jornadas abarcadas entre el fin de la primera vuelta y el parón mundialista, de cómo el Pucela ha cosechado resultados tétricos y de cómo, en cierta medida, a muchos aficionados blanquivioletas nos han venido recuerdos de un pasado no tan amigable.


Todo empieza después del mundial, porque antes de este, aunque nos fuimos con un 3-0 contra el Athletic Club bastante bochornoso, acabamos esas 14 jornadas con 17 puntos y sacándole 6 al descenso. El balance era bastante bueno, 5 victorias y 2 empates y muy buenas sensaciones, pero es que el parón fue absurdamente letal. La vuelta a la competición empieza con una derrota por 0-2 contra el Real Madrid en un partido donde el castigo del resultado y de la expulsión de Sergio León fueron algo desmedidos. Un partido muy correcto, plantándole cara a todo un Real Madrid y mereciendo ir por delante en el marcador unos cuantos tramos de este, de no ser por Courtois otro gallo hubiera cantado. Pero es que a partir de aquí fue todo caída en picado: una derrota en el último minuto contra el Mallorca en Son Moix, otra derrota en casa contra el Rayo y un repaso de manual en el Metropolitano tiraba por la borda todo el trabajo previo. Desde ese día en Bilbao, y contando el encuentro copero contra el Alavés, el Real Valladolid había perdido seis partidos de seis con un balance de 11 goles en contra y ninguno a favor. Te plantas contra el Valencia habiendo marcado tu ultimo gol y habiendo ganado tu último partido el 5 de noviembre del año pasado, todo esto contra el colista del la competición. El partido era clave, ellos llegaban fatal y todo indicaba que el Real Valladolid Club Farmacéutico haría de las suyas de nuevo. No fue el caso, porque un gol heroico de Larin casi en el 90 dio tres puntos y un enorme respiro al Pucela para cerrar la vuelta cerca del descenso pero no dentro.

Seis victorias, dos empates y once derrotas, que giro más duro de los acontecimientos se ha dado en poco más de un mes, de meterle seis puntos al descenso a solo sacarle uno. Una victoria que, salvando las distancias, hace recordar tiempos muy oscuros en Zorrilla. Se parece lo que una castaña a un huevo, pero esta sensación es la de “esto lo he vivido antes”, en concreto en la temporada 20-21. Coinciden un par de cosas, un entrenador reafirmado y respaldado por el club, rachas de resultados desastrosos y una salvada de papeleta a modo de victoria justo en el momento necesario contra el rival correcto. Incluso hubo un momento en el que ya no se volvió tanta broma, Pacheta copiaba los manerismos y la forma de actuar que tuvo Sergio perdiendo el norte con los planteamientos y los cambios, además de las ruedas de prensa bastante tétricas y repitiendo palabras mágicas, si las “sinergias” nos habían abandonado ahora teníamos que recuperar la “alegría”.


Pero aquí no es culpa de Pacheta al 100%, porque también la dirección deportiva ha tenido su parte de culpa o, mejor dicho, su parte de mala pata, al menos, hasta el 1 de enero. Fran Sánchez tuvo un mercado veraniego bastante amargo, agridulce si queremos darle otro sabor, en la teoría fichó jugadores que venían a dar un muy buen salto de calidad y en la práctica no se salvaron de ser un fracaso casi ninguno. Fichajes contrastados en LaLiga y/o con partidos en Europa como Kenedy, Feddal o Asenjo fueron decepcionantes a más no poder. El primero andaba de lesión en lesión, el segundo destacó más por una roja en Mendizorroza que por otra cosa y el ultimo iba a cantada por partido. Incluso un fichaje que tenía que ser clave como el de Plata nos ha dado un jugador que en su primera vuelta ha sido tibio y muy poco transcendental, y no me apetece hablar de Malsa porque es de traca. El único que no ha tenido esta etiqueta de fracaso ha sido Escudero, que lo único que le ha sacado del once han sido las lesiones y un afán absurdo de rotar por parte de Pacheta. Ante esto Fran Sánchez tenía la responsabilidad de darle la vuelta en esta ventana, y bueno, la cosa tiene su miga.

Si pudiera resumir el mercado invernal sería “sin idea y a lo loco”. Dos fichajes han sido tirando de agenda de su etapa en Granada, la otra ha sido una oportunidad de mercado que parece que ha venido más por El Yamiq que por Fran, y el delantero de momento nos está saliendo bien pero tengo la sensación de que fue más un fichaje de ofrecimiento del agente que otra cosa. No voy a mentir, los cuatro fichajes son en papel bastante buenos, pero es que la gestión de plantilla y de ciertos jugadores ha sido demencial. Una revolución en el medio campo para tener chorrocientos jugadores ahí, tener cuatro centrales cuando uno es del filial y el otro no encadena dos partidos seguidos sano, tres laterales derechos y un despropósito en la posición de delantero. Absurdo lo de Fresneda, intentando sacarle por cuatro perras para, seguramente, cuadrar cuentas, y al final tener que quedarse porque el Borussia prefirió esperar, además de que intentaste sacarle al final del mercado a la desesperada con una triste cesión que no convencía a nadie. Si lo de Fresneda no es una masterclass de devaluar a tus grandes jugadores no sé lo que es. Pero lo del nueve es de traca, consigues largar a Guardiola para también echar un poco a malas maneras al ídolo que es Shon Weissman, que los números que tenía esta temporada eran malos pero tampoco son formas. Todo esto para ir al mercado a por un nueve que luego resulta no ser un nueve y que al final no firmas porque pretendiste hacerlo todo en los últimos minutos del mercado. De traca, quedas medio despoblada la posición del delantero e intentas firmar a Jovane Cabral, un tío que no ha jugado casi en ese sitio, para que encima no entre a tiempo. Como si, otra vez más, pareciera que no hubiera ni un plan ni un trabajo previo para reforzar y cubrir al 100% esa posición.

Otra vez esa sensación de deja vu, otra vez echar a un jugador más o menos querido de mala manera, otra vez un mercado donde el sueldo absurdamente alto de Guardiola nos da por saco, otra vez que ponemos a un jugador valioso en el mercado con cartel de descuento y otra jodida vez que firmamos a alguien y se va a la mierda por hacer las cosas a última hora, aunque al menos este ni entrenó ni tuvo presentación oficial. Y lo de Malsa mandando al carajo la opción del Elche vía Twitter fue tétrico, bastante gracioso también, y al menos esta forma de hacer el ridículo fue novedosa.


Resultados malos, sensaciones de que hemos perdido el norte en cuanto a la forma de jugar, un mercado de invierno digno de improvisación y unas cuantas cosas más como el tema del vestuario (ahí no quiero meterme ahora mismo). Pero no todo es malo o negativo, porque también podemos tener una sensación de haberlo vivido antes pero para bien. Porque la temporada pasada también tuvimos una racha muy dura donde nos vapuleaba cualquiera y no sabíamos a que jugar, y le dimos la vuelta. También tuvimos un mercado de invierno raro, pero fichamos gente que luego fueron muy importantes para el objetivo. Y, sobre todo, estuvimos a las puertas de esos puestos de ascenso directo, casi sin lograrlo y apurando todas las opciones, para luego conseguirlo. Claro que se han hecho muchas cosas mal y otras no dejan ninguna buena sensación, pero al final lo que dicta sentencia es la posición que ocupemos en la jornada 38. Veremos si cumplimos el objetivo, si de verdad los de Pacheta vuelven a encontrar esa versión que vimos las primeras 14 jornadas, si no nos crecen los enanos y el ir tan cortos en tema central y delantera no nos pasa factura, si rinden los fichajes y, sobre todo, si al acabar la temporada tenemos otros tres equipos por debajo nuestro. El tiempo dirá, ahora a centrarse en el partido en Donostia, y aúpa Pucela.

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