All Elite Wrestling ha hecho historia

Mañana se hará historia en el pro wrestling, mañana tendrá lugar en el estadio de Wembley uno de los eventos más grandes de la historia de este deporte. Mañana será la segunda entrega de All In, un evento que se convertirá en el show de wrestling que más entradas ha vendido en la historia. Lo sorprendente no es solo esta cantidad de entradas y dinero, lo sorprendente es que este récord no ha sido obtenido por WWE, el récord es de AEW. La empresa de Tony Khan ha conseguido hacer historia de una manera sensacional en un transcurso de cuatro años y ocho meses, pasando en ese tiempo de ser una indie con grandes aspiraciones a ser la primera competencia real de la gran compañía de entretenimiento deportivo en casi 20 años donde esta ha tenido un monopolio y dominio indiscutidos. Pasen y vean, porque esto es histórico.


Si tuviéramos que comentar el nacimiento de All Elite Wrestling con una sola palabra sería sencillo: Twitter. El prestigioso historiador del deporte y periodista Dave Meltzer publicó vía Twitter una respuesta a una pregunta bastante curiosa. El @TheWWEGuy_ (curioso nombre por cierto) preguntó si ROH podría llenar un recinto con más de 10.000 personas, a lo que Dave respondió “not anytime soon”, vamos que no lo veía posible. Ciertas personas se lo tomaron a pecho, entre ellas Cody Rhodes y los Young Bucks, así que los tres junto a Kenny Omega nos presentaron All In, un evento de wrestling independiente americano el cual tuvo un total de 11.263 espectadores en vivo. Esto era 2018, y tan solo unos meses después, el 1 de enero de 2019, nacía All Elite Wrestling gracias a la unión de los miembros de The ELITE con el inversor y gran fan de este deporte Tony Khan. Kenny Omega dejó NJPW tras convertirse en uno de los gaijin más prestigioso de todos los tiempos alcanzando a gente como el gran Stan Hansen, los hermanos Jackson y Cody dejaron atrás un futuro lleno de éxitos en ROH y NJPW, y “Hangman” Adam Page también dio el salto y apostó por alcanzar la cima de otra forma (y lo hizo encima). Todos decidieron aparcar futuros de éxito prácticamente asegurados para formar parte de la historia de una forma completamente inesperada. Junto a una leyenda como Chris Jericho, talento joven como MJF o Darby Allin y gente de renombre como PAC, el resto vino solo: el primer PPV, el primer episodio de Dynamite en TNT, grandes fichajes y una larga lista de éxitos. En tan solo 4 años, AEW ya era no solo considerada la segunda compañía de wrestling en EEUU sino que, además, ha conseguido establecerse como algo más que un rival de WWE, All Elite Wrestling era una de las empresas del negocio que se aseguraron sitio y éxito para rato.

Pero no todo es color rosa, y sabemos que hasta en las situaciones más idílicas siempre surgen problemas, y este tenía nombre y apellidos: All Out 2022. Tras el que es seguramente el regreso más grande e importante de toda la historia del pro wrestling, Punk cosechó unos meses sensacionales donde culminaron con el oriundo de Chicago alzando el campeonato mundial de la compañía, pero una lesión en el pie hizo que ese gran momento se detuviese. Regresó al ring en All Out de 2022 siguiendo una rivalidad contra Jon Moxley por ver quien era el campeón indiscutido de la compañía, volviendo a ganar el campeonato en dicha velada, pero la historia vino después en el suceso conocido como “Brawl Out”. CM Punk dio una de las ruedas de prensa más surrealistas jamás vistas, insultando y menospreciando a casi todo el mundo tanto dentro de AEW como puede ser gente de fuera como periodistas y demás. Esto causó tal revuelo que hubo una trifulca entre los recién coronados campeones de tercias The ELITE y el propio Punk, una pelea que acabó con la suspensión de los cuatro y el despido fulminante de Ace Steel. Este suceso sacudió el vestuario por completo en un momento en el que otras cosas como unos descensos en los ratings no acompañaban. Una situación muy difícil para Tony Khan, quien podría arriesgarse a perder tanto a su gallina de los huevos de oro como al grupo que era el corazón y alma de la compañía a tal nivel que su nombre era parte de las tres siglas de la empresa. Aun así, con un percal asombrosamente imposible de solucionar donde Jon Moxley y Bryan Danielson entre otros tuvieron que sacar adelante una programación semanal con un vestuario fragmentado, All Elite Wrestling salió reforzada de todo este marrón, recuperando y renovando a ambas partes, consiguiendo un tercer show televisivo al cual le está yendo bastante bien y ampliando tanto la plantilla con gente del calibre de Jay White como creciendo en otros tantos aspectos.

Ese último punto es importante, el del crecimiento, porque este es latente y veloz. Pasamos de ver y escuchar preguntas del estilo de “¿de verdad alguien que no sea WWE no será capaz de juntar en un recinto a más de 10.000 personas?” a un “¿de verdad AEW podrá llenar un gran estadio?”. La misma noche que White hacia su debut, Tony Khan revolucionaba el mundo del pro wreslting una vez más diciendo que All In regresaría, esta vez albergándose en Londres, concretamente en el mismísimo Wembley Stadium. No en el Royal Albert Hall, no en el O2 Arena, en el mismísimo Wembley, Tony y la gente alrededor suyo se volvieron locos, haciendo que AEW soltara directamente un “¿No queríais estadio? ¡Pues tomad estadio!”. La evolución tanto de fans como detractores fue curiosa, unos pasaron de calma a euforia y los otros de risas a desesperación. Porque al principio los fans decíamos “si meten 40.000 personas en un estadio que tiene capacidad para albergar más del doble de eso es un éxito rotundo”. Cuando ya pasó esa cifra dijimos “el objetivo tiene que ser 60-65.000, apuntar a los 80.000 sería demasiada fantasía”. Cuando pasaron los 70.000 dijimos “es imposible que vayan a por el récord”, y sí que fueron a por el récord. All In, a un día antes de que suene la campana y según múltiples fuentes, se ha convertido en el evento de pro wrestling con más entradas vendidas de la historia de este deporte. Una empresa que lleva poco menos de cinco años en activo, cuyo gran recinto era el Arthur Ashe Stadium y que ha sido catalogada por muchos como compañía vendecamisetas ha conseguido lo imposible. Un objetivo inicial de cerrar la boca a Meltzer que pocos años después ha llevado a que sean empresa récord. Estos chalados lo han conseguido, All In es historia, AEW ha hecho historia.




AEW All In se ha convertido por cifras y por sensaciones en el evento más grande de la historia del pro wrestling. Por cifras es obvio, récord de asistentes y una caja que sin contar las ventas de PPV y merchandising se estima que ha superado los 9 millones de dólares. Por sensaciones son las ya contadas: una empresa que no llega a los cinco años de vida no ha hecho más que romper barreras hasta conseguir este hito, además de establecerse como una de las compañías top mundiales del wreslting, algo que parece que va a ser para mucho tiempo. Yo solo puedo decir que disfrutar, tenemos ahora mismo el mejor panorama dentro de la lucha libre en mucho tiempo. No hagáis guerra absurda por ver si WWE es mejor que AEW y viceversa, disfruta de la que quieras sin incordiar a los que prefieren la otra o, sencillamente, gózala viendo ambas, incluso ahí tienes a NJPW que nunca defrauda (bueno sí que lo hizo cuando puso a EVIL como campeón mundial). Disfruta, alégrate que esta industria vaya tan bien y que ahora más y más personas tengan mayores oportunidades de ganarse la vida dignamente con su pasión. Simplemente, siéntate a ver wrestling y pasa un buen rato.

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