2023 está siendo un año curioso en NJPW: nuevos
campeonatos, el regreso de varios Young Lion muy prometedores, nuevas caras en
lo alto de cada división, viejos conocidos vuelven a la carga y muchas otras
cosas. Con un panorama revuelto y muchas expectativas por saber que nos depara
este “Road to the Tokyo Dome” se nos presenta la edición nº 33 del G1 Climax, el
torneo más prestigioso en todo el pro wrestling. En su edición más grande, ya
que contará con un total de 32 participantes, entramos en terreno desconocido
debido a las mil y una posibilidades. No sabremos si Okada alcanzará el récord
de victorias, si Ospreay por fin tendrá su merecido trofeo de ganador del G1, si SANADA
será el primero en ganarlo siendo campeón mundial IWGP o si alguien fuera de
las quinielas se llevará el gato al agua. ¿Quieres averiguarlo? Pues aquí te
presento un resumen y opinión de este G1 Climax 33, una edición con unas
cuantas luces pero demasiadas sombras.
GRUPO A
- El bueno - Yota Tsuji: En un
grupo tan increíble tanto por nombres por como lo ajustado que ha terminado, mi
elección al mejor wrestler del bloque no es nada más y nada menos que Yota
Tsuji. En un grupo donde SANADA ha cosechado un pleno de victorias de una
manera sensacional, donde hemos tenido al gran futuro de Pro Wrestling NOAH y donde
Shota Umino ha cosechado una actuación estelar, me he decantado por el nuevo
miembro de LIJ. A pesar de un escaso balance de 3-3-1 que solo le ha dado 7
puntos, ha estado estelar de principio a fin. Ha vuelto a sacar esas cualidades
tan absurdamente buenas que demostró contra SANADA en Dominion, un poderío
espectacular que le da su 1’82m y su pasado como jugador de futbol americano al
que se le suma un ritmo y agilidad sensacionales obtenidos de su pasado luchístico
en México, al que también hay que sumar un carisma natural gigante. Las
victorias han sido dominantes, las derrotas han seguido una historia muy lógica
basada en la sobreconfianza del japones y el empate fue un buen encuentro contra
Ren Narita. Sensacional la actuación del chaval de 29 años camino a los 30, una
superestrella masiva que podría haber recibido el trato que tuvo Okada en su
debut en 2012. Vamos, que si hubiera entrado a este G1 como campeón mundial
IWGP y hubiera arrasado pues no hubiera sido nada descabellado. Tiene un futuro
sensacional, y si no es el máximo campeón de NJPW antes de 2025 la cagada puede
ser histórica. Gran talento pero no suficiente para pasar de fase.
- El malo - Chase Owens: Cortita
y al pie, no pienso demorarme, el peor luchador del bloque A es nada más y nada
menos que Chase Owens. Si la palabra indiferencia tuviera una proyección física
seguramente sería el “Crown Jewel”. Increíblemente insulso en el ring, un físico
mediocre, un carisma inexistente y menos ganas de participar que el ya olvidado Yujiro Takahashi. Tan mediocre e insulso es que cuando le pusieron de
comentarista junto a Kevin Kelly lo hizo tan mal y le puso tan poca gana que
NJPW decidió apostar porque el americano comentase solo cuando no estuviera
Chris Charlton, acabando así con la tradición de tener luchadores en activo
comentando distintas noches de este tipo de torneos. Con participantes así me
pregunto si de verdad no habría sido mejor tener a Tom Lawlor o a Fred Rosser ocupando
su lugar. El hombre de relleno del Bullet Club tenía la labor de realizar esa
misma función en el G1 Climax 33 y ha fallado calamitosa y estrepitosamente.
- La sorpresa - Gabe Kidd: En un grupo tan compacto con tantas sorpresas
como el pase a ronda eliminatoria de Hikuleo ha sido difícil elegir tanto el ya
mencionado MVP como, en este caso, la gran sorpresa, aunque tenemos veredicto. El
elegido es nada más y nada menos que Gabe Kidd. El británico de 26 años miembro
del Bullet Club hizo por fin su debut en el main roster de NJPW hace escaso
tiempo tras periplos por el Dojo y por NJPW Strong. Una actuación en este G1
donde le ha dado igual los resultados obtenidos, obteniendo 5 puntos gracias a
un 2-4-1 de balance, ya que su intención era destrozar y arrollar a sus oponentes. Su G1 se resume en atacar a los rivales durante su entrada, lanzándoles por el ringside y por la
zona del público y siendo el mayor faltón de todo el torneo. Rabia y violencia
pura, y que voy a decir, me ha encantado. Una faena que no haya sumado más puntos,
pero nos quedamos con su gran actuación, tremendos combates como los que ha
tenido contra Yota Tsuji o Kaito Kiyomiya, y su más que visible potencial. El próximo
gran gaijin de la compañía también es británico, y quien sabe, posiblemente el próximo
líder del Bullet Club también lo sea, porque a día de hoy es sin duda el mejor
miembro de esta facción, o al menos el más interesante.
- El combate - Kaito Kiyomiya VS SANADA: El
bloque A, un grupo con una cantidad tan alta de buenas luchas, unos combates
que han hecho que esta elección sea difícil porque hay tantos combates de nivel
que merecen estar aquí, pero solo puede quedar uno, siendo la elección el
encuentro entre SANADA y Kaito Kiyomiya. La gran superestrella de Pro Wrestling
NOAH se enfrentaba al campeón mundial IWGP, un campeón en un reinado dominante
y sensacional que se enfrentaba a un joven luchador que necesita de algo más
para asentarse en ese puesto de “ace” de NOAH. Un encuentro que, dentro de ese margen
de 20 minutos, tachó muchas cosas de la lista. Frente a un encendido público
del legendario Korakuen Hall, ambos luchadores empezaron con calma y sobre
seguro debido a la buena posición en la tabla de ambos (3-0-0 para SANADA y
2-0-1 para Kaito), un combate que fue de menos a más y que contó tanto con el
arsenal más típico de ambos como con cosas fuera de lo típico. Con SANADA intentando
desgastar a su oponente a base de movimientos violentos que dañan la zona de la
espala/cuello y con un Kiyomiya atacando la pierna derecha de su rival, nos plantamos
en una recta final más que sensacional lleno de movimientos de todo tipo,
contraataques variados y finales falsos. Un final que finalizó, valga la
redundancia, gracias a un Shining Wizard de SANADA salido de la absoluta nada para
concluir con una victoria a escasos dos segundos del final. Sensacional.
GRUPO B
- El bueno - Will Ospreay: La elección
es como demasiado obvia, no porque el resto sean demasiado malos sino porque
hay alguien que ha destacado sensacionalmente sobre el resto. Por encima de
gente como KENTA, ELP o el propio Okada, el bueno de Will Ospreay se sitúa como
MVP del grupo y de toda la fase clasificatoria en general. No solo ha tenido
absolutos bangers como contra KENTA u Okada sino que también ha sacado lo mejor
de gente como Tanga Loa. Impecable de principio a fin afianzando un crecimiento
sensacional, estableciéndose por fin como uno de los mejores sino el mejor. Un proceso
que ha costado demasiado, porque cuando todo el mundo decía que su salto de la división
junior a la peso pesado iba a ser sensacional se encontró con muchos muros que
saltar. Empezó sin adecuarse a este nuevo ritmo, con no mucha personalidad y
gastando demasiadas energías en un estilo de wrestling que no encajaba con la división
y que le iba a quitar mucha longevidad a su carrera, a lo que hay que sumar la
absurda comparación de ser el nuevo Kenny Omega. Le ha costado, pero ha crecido
sensacionalmente, su estilo ha evolucionado a algo excelso y único, ya ha
encontrado su sitio en cuanto a gimmick se refiere y ha llegado a unos
niveles de psicología y storytelling dignos de “The Cleaner”. Es el mejor del
mundo ahora mismo, esa comparación ya se ha quedado inservible porque por fin
ha llegado a su nivel sin necesidad de ser una “nueva versión”. Repito, actualmente el mejor pro wrestler del mundo.
- El malo - Tanga Loa: Viendo
los miembros de este bloque B, la elección es increíblemente obvia, siendo galardonado
con “el malo” nada más y nada menos que Tanga Loa. En su regreso tras un año de
lesión debido a una rotura del ligamento lateral interno de su rodilla derecha,
el tongano ha dejado una de las peores actuaciones de todo el torneo sino la
peor. La actuación general no ha sido mala por falta de ganas al contrario que otros, sino que una combinación de ritmo, edad, forma física y poca habilidad para destacar en luchas individuales han sido los causantes. Un año fuera a tus 40 años lastra, más cuando
la lesión es de rodilla y cuando antes de este punto de inflexión el punto fuerte de tu carrera era un muy buen tag team junto a tu hermano Tama Tonga. Muy lento en todos sus combates, sin apenas pegada y
con la sensación de que solo bastaban dos minutos para que Tanga Loa gastase
toda la gasolina que tenía en el tanque. Aun con esas ha sacado la sorprendente
cifra de 6 puntos con un balance de 3-4, venciendo en el proceso a gente como Will Ospreay, pero aun con esas sus
combates han sido muy flojos y durísimos de ver. Triste encontrar a alguien así en
estas circunstancias, esperemos que el siete veces campeón IWGP por parejas esté dentro de no mucho en un estado físico acorde a la empresa en la que trabaja.
- La sorpresa - KENTA: Hay veces
que me da alegría poner a ciertos wrestlers en ciertas categorías, y poner a
KENTA dentro de la sorpresa de este bloque es una de ellas. No me escondo, KENTA
es de mis wrestlers favoritos, su etapa en Pro Wrestling NOAH desde 2005 hasta
2014 es posiblemente una de la mejor colección de encuentros individuales que
se me puedan llegar a ocurrir. Pero esa carrera se fue bastante al garete, estando
5 años perdido en WWE debido a que en esa compañía se encontró con una absurda
cantidad de incompetentes que le vieron solo como un japones pequeñito y no
como uno de los grandes innovadores de arsenal ofensivo de este deporte.
Regresó a Japón en 2019, pero la edad y los problemas físicos eran demasiado lastre.
Por eso me alegra ponerlo aquí, porque durante este G1 hemos vuelto a ver
rastros de ese antiguo KENTA, un KENTA con una ofensiva noqueadora y con una
mentalidad de luchar de tú a tú contra los grandes siendo solo un luchador de 1’74m
y 85kg. Un David que se convirtió en campeón mundial en una tierra llena de Goliats.
Sensacionales encuentros contra Okada y, sobre todo, contra Ospreay, que
llenaron sin duda el medidor de nostalgia.
- El combate - El Phantasmo VS Will Ospreay: Cuando
he hablado del MVP he mencionado sus grandes encuentros del grupo, pero me he
dejado uno a propósito. A pesar de la absoluta pasada que fue ese Okada VS
Ospreay, he decidido salirme de lo marcado como típico y he optado por otro
encuentro, siendo ese la lucha final del bloque B y posiblemente el mejor encuentro
de toda esta fase: El Phantasmo VS Will Ospreay. Llegando a la última noche del
grupo, el main event de la jornada era básicamente una pelea por ver quien
pasaba como segundo, el ganador se llevaba el premio. Un combate que parecía que
iba a empezar lento arrancó con un ELP sensacional marcando terreno, indicándole
a Ospreay que no iba a ser tarea fácil vencerle. Pero el británico sabe también
jugar a esto y ya eran dos para baile. A partir de aquí nos encontramos con un
dominio abrumador de Ospreay durante un buen trecho de la lucha, quien dominaría
a su rival a base de fuerza y contundencia. La cosa se igualaría gracias a un Tornado
DDT fantástico de ELP, siendo a partir de aquí la mejor parte. Unos 10-15 minutos
absurdamente buenos donde ambos demostraron su increíble nivel en esto
del pro wrestling. Una recta final donde ELP parecía que podía realizar la mayor
hazaña del torneo pero que acabó con Will obteniendo la victoria gracias a su
Storm Driver 93 ante un público de Osaka completamente encendido gracias a un
combate simplemente superlativo, uno que os recomiendo mucho ver si no lo habéis
hecho.
GRUPO C
- El bueno - Eddie Kingston: El MVP
de este grupo es Eddie Kingston, fácil y sencillo. Puedo tirarme horas y horas
hablando de como Eddie es uno de mis wrestlers favoritos y una de las personas más
queridas por los fans en esta industria. Eddie es la definición de pelea por tus sueños
aunque estos tarden en cumplirse, porque nunca se es lo suficientemente viejo o es tarde para
alcanzar sus metas. Un Eddie que tras una carrera tortuosa y
sin un éxito que se merecía tener lleva unos tres años de ensueño, pasando de
pensar en el retiro porque no podía ganarse la vida subiéndose a un ring a ser
uno de los favoritos de los fans de AEW y a cumplir sus sueños de conocer a su héroe y
luchar en Japón. No solo ha conocido a Toshiaki Kawada y ha participado en el
G1, es que ha rendido espectacular. Con un estilo muy de la vieja escuela
japonesa ha conseguido enamorar a los fans de NJPW de igual manera que lo ha
hecho con los de AEW, un wrestler que es tan solo un currante de barrio obrero
como tu o yo, la definición de “working class hero”. Con un balance de 4-3 que
no le sirvió para pasar de fase, el “Mad King” ha cosechado un gran torneo donde
el selling de sus lesiones de espalda y codo más esa forma de luchar con mucha inspiración
en la AJPW de los 90 han hecho que sus siete encuentros fueran todos de
bastante nivel. Apunte extra: como me alegra que alguien como Eddie esté cumpliendo
sus sueños, no hay nadie que se lo merezca más que él.
- El malo - EVIL: Señoras
y señores, al igual que Chase Owens, este wrestler volvió a repetir en la categoría,
porque por segunda vez consecutiva tenemos que EVIL ha sido lo peor de este
grupo C. Un grupo donde, junto a David Finlay, han sido los dos participantes
que más pereza me han dado. Una vez más, EVIL sacaba su absurdo y muchas veces inútil
arsenal de trampas, un arsenal que solo consigue que me diga a mí mismo “joder
por fin se acabó esto” cuando pierde o “dios mío que asco” cuando gana. Un
tedio que no surge gracias a un buen trabajo como villano del miembro de House
Of Torture, algo que se aleja muchísimo de lo que verdad ocurre, porque todo
este elemento de asco y pereza surge porque sus combates son intragables y aburridos.
Tanta trampa inútil y repetitiva cansa y yo estoy harto la verdad.
- La sorpresa - Henare: Una elección
difícil la de la sorpresa de este bloque C, hemos tenido dos cabeza huecas con la
única intención de destruir al oponente con tal de ganar y dejando su propia
salud en el ring si hacía falta. Hablo de Henare y Mikey Nicholls, aunque me he
terminado de decantar por el neozelandés de United Empire. A pesar de un corto resultado
de cuatro puntos, “The Face Of Fury” ha dado tal recital de violencia y
brutalidad que me parece injusto que haya puntuado tan poco. El año pasado también
lo catalogué como la sorpresa de su grupo (un poco por descarte pero bueno),
pero el salto que ha dado en este G1 es increíble. Esa violencia y brutalidad
mencionadas han sido sublimes, cada golpe suyo se sentía como si un bloque de
hormigón te golpease, y si a esta ofensiva tan dura le sumas una presentación
que indica que quien tenemos adelante es un guerrero sanguinario te queda un
buen pack. Abrazando de lleno su cultura, la maorí, Henare regresaba con un
tema de entrada de metal maorí perteneciente a la banda Alien Weaponry y con un
tatuaje facial tradicional de su cultura llamado “mataora” que le hacían lucir
cual guerrero ancestral sanguinario. Vamos, el pack completo, un pack que
podría haber rascado alguna que otra victoria más.
- El combate - Eddie Kingston VS Tomohiro Ishii: “Hoss fight” es un término que en el wrestling
se usa para referirse a la lucha entre dos tíos grandes cuyo fin es hundir al
rival a base de ostia pura y dura. Mas o menos es el caso de este Kingston VS
Ishii, porque empezaron con un forcejeo básico natural y a la nada de empezar
ya estaban repartiéndose chops absurdamente violentos, y para que engañarnos, es
lo que quería ver. Unos quince minutos donde un buen cacho fue destrozarse entre
ellos a base de chops al más puro estilo del puroresu clásico y donde el resto
fue destrozarse entre ellos con otro tipo de golpes también bastante violentos.
Combate prototípico de Ishii que tanto nos mola y que tan bien se le da al que
tenemos que sumar a un Eddie Kingston que sacó a relucir su pasión por la AJPW
noventera y que hizo un selling genial de sus problemas físicos que arrastró
antes y durante este G1. No hay mucho más que añadir, dos tipos duros dándose de
ostias en un legendario Korakuen Hall con un público que estaba encantado de
ver lo que ocurría en el ring. ¿El resultado? Brainbuster de Ishii para sumar
sus primeros puntos en el torneo.
GRUPO D
- El bueno - Zack Sabre Jr: Siempre
que está en un torneo automáticamente entra en las listas de todo el mundo a
candidato al mejor participante simple y llanamente porque sabemos que es un
fuera de serie en lo que hace. Hablo de Zack Sabre Jr, uno de los mejores
luchadores técnicos de todos los tiempos, un fuera de serie. Ya en la edición pasada
le nombré el MVP de su grupo, y en esta trigesimotercera edición vuelve a
hacerlo en un bloque con muchas caras conocidas del año anterior. Un registro
de 5-2 le clasifica como segundo empatado contra el primero, diez puntos en
siete combates donde ha exprimido lo mejor de todos y cada uno de sus oponentes
para tener grandes encuentros. Esa es una de sus habilidades menos notorias,
porque el británico es un maestro del locking pero sabe hacer que sus rivales
luzcan bien. Un ZSJ que, otro año más, sigue haciendo que sienta autentico
dolor viendo como hace rendir a sus oponentes con llaves dolorosas y muy
novedosas, como si tuviera un arsenal infinito y cada combate sacase a relucir
armas nuevas para ganar. El líder de TMDK sigue poniendo su firma en el libro de
la historia del pro wrestling, en la parte de “best technical wrestler” siendo
concretos, a ver si le vemos enfrentarse a Bryan Danielson para demostrar de
una vez por todas quien es el mejor luchador técnico de la historia.
- El malo - Hiroshi Tanahashi: Me jode muchísimo tener que escribir esto de
verdad, ojalá pudiera darle este galardón a alguien como Toru Yano (sus
combates de comedia ya son repetitivos y cansan demasiado pero ahí sigue), pero
no puedo porque la verdad es que Hiroshi Tanahashi es el peor luchador de este
bloque D. Me jode decir todo esto porque Hiroshi Tanahashi es legendario, uno
de los mejores pro wrestlers de todos los tiempos, el hombre que elevó NJPW de
la nada absoluta a lo que es hoy en día, el “Ace”, el “Once In A Century Talent”,
pero es que se lo merece. Todos los fans venimos diciendo que ojalá Tanahashi
no participase en este torneo porque venimos viendo en los últimos tiempos
como la leyenda se mantiene a duras penas en el ring debido a una ausencia casi
total de rodillas funcionales. Sus rodillas están tan destrozadas que no puede
correr en el ring, anda a duras penas y ni siquiera puede hacer ciertas cosas
porque el doblar las piernas es tarea casi imposible. Tan imposible es que
siempre necesita que un Young Lion le abra el hueco entre las cuerdas porque si
no es incapaz de entrar. Casi 47 años y mucha tralla encima, todos creemos que
es el momento de que esa llama que Tana tiene dentro y que tanto encendía a los
fans se vaya apagando, porque alguien como el merece un final de carrera digno,
y esto no lo está siendo.
- La sorpresa - Shane Haste: Desde
Australia y pasando por sitios como Pro Wrestling NOAH o WWE entre otros muchos
tantos, “Hysterical” Shane Haste llegaba el pasado 2022 a NJPW, primero en NJPW
Strong y luego a suelo nipón. Junto a Mickey Nicholls de nuevo y
sumando a la causa a Zack Sabre Jr, los tres volvieron a traer a una empresa
japonesa a TMDK. Tras una buena World Tag League junto a Nicholls y varios
intentos fallidos por capturar el campeonato IWGP por parejas, Shane Haste debutaba
como luchador individual en este G1 Climax, y joder que debut. Llegando a la
rueda de prensa previa al torneo con un traje naranja y un sombrero de copa del
mismo color, siguió en el torneo con ese sombrero que a los fans tanto nos ha
molado (y que autografió y regaló a un niño en la última noche de su bloque) y sustituyendo el traje por un trabajo en el ring genial y una energía más
genial aun impulsada en parte por un tema de entrada del rock que mola. En
estas siete jornadas, con un balance de 2-1-5, con una sorprendente victoria contra Naito y un brillante e inteligente empate contra Cobb para ayudar a ZSJ, ha demostrado por qué es un dos
veces campeón GHC por parejas y alguien con cierto reconocimiento en Japón. Actuación solida general, buenos bits cómicos como
el del cubo con Toru Yano o los gorros con Tetsuya Naito, muy buenos
encuentros como el que se saldó con victoria contra el líder de LIJ y, sobre
todo, diversión a raudales. Una muy buena sorpresa para todos, incluso para los
que ya le conocíamos de antes.
- El combate - Tetsuya Naito VS Zack Sabre Jr: ZSJ es
alguien que tiene buena química en el ring con cualquiera, saca un buen
encuentro hasta con el palo de una escoba, pero la química que tiene con Naito
es sublime. Ya no solo es que en el ring ambos casen genial, es que esa energía
de “british dickhead” de ZSJ va a la perfección con el “tranquilo” de Naito. Esto
generó una lucha entretenida por la acción en el ring y a la vez divertida en
todo lo demás gracias al duelo entre ambos por ver quien conseguía sacar de quicio
al rival antes. Ese duelo “tocapelotas” pasó a un enfrentamiento que consistía
en que Naito desgastaba las cervicales de ZSJ y el británico destrozaba el
brazo izquierdo del japones. Aunque todo eso fue en vano, porque a falta de
poco menos de dos minutos Naito ganaba el combate sacándose un pin de la nada
de una forma magistral. Buscando lo que parecía un Swing DDT, Naito transformó
ese movimiento justo antes del impacto en un Inside Cradle maravilloso en una
secuencia sublime para llevarse dos puntos más. Un encuentro que mezcló calma
con ritmo vertiginoso y que nos brindó un poquito de picante extra en forma de
dos fulanos haciendo el capullo con tal de desesperar al rival.
FASE FINAL
Con la fase de grupos ya terminada, queda definido el cuadro en donde los 8 mejores luchadores de este G1 Climax 33 se enfrentarán entre sí. Un cuadro con bastantes sorpresas, la gran mayoría de ellas muy poco agradables (nadie quería ver aquí a EVIL). Abría la fase eliminatoria un Tetsuya Naito contra Hikuleo, un encuentro entre dos wrestlers bastante queridos en Japón. Sorprendente torneo del gigante tongano que pasó a la fase final cuando nadie creía que iba a hacerlo y ha cosechado una actuación general bastante buena, llevándose buenas reacciones del publico nipón. Aun con esas no era suficiente para vencer al líder de LIJ, ya que Naito se llevó este combate de cuartos de final. El siguiente encuentro es duelo de lideres de facciones gaijin, Will Ospreay vencía a David Finlay en el mejor encuentro de cuartos de final. El británico, otra vez mas estando sensacional, sacó lo mejor de un Finlay aburrido y blando que se ha ganado el mote de “Jay White de Hacendado” a pulso. La tercera eliminatoria nos daba la sorpresa dentro de un encuentro que me produce profundo asco, ya que EVIL vencía al invicto SANADA de manera muy poco limpia. Para cerrar estos cuartos, Kazuchika Okada derrotaba a Zack Sabre Jr en un muy buen main event porque, ya sabes, Okada siempre gana. Llegaban las semifinales ya y teníamos dos cruces bastante interesantes, un Kazuchika Okada VS EVIL que sería la antesala de un Tetsuya Naito VS Will Ospreay. El primero ni quiero comentarlo, estoy harto tanto de los asquerosos combates que da EVIL como que Okada gane por el poder de ser el Rainmaker. “Big Match” Okada es simplemente sublime, “ganar porque es el p*to Rainmaker” Okada no me agrada tanto. La otra semifinal es un encuentro con un resultado incomprensible para mí pero que agradezco que ocurriese porque madre mía que pedazo de lucha. Naito vencía a Ospreay en el que es el enésimo combate candidato a lucha del año por parte de Billy, sensacional de principio a fin pero que tiraba por la borda una oportunidad de oro de que el mejor wrestler del momento ganase el torneo más prestigioso del deporte y que, muy merecidamente, ocupase el evento estelar del próximo Wrestle Kingdom en el Tokyo Dome.
Como si de un flashback de hace más de cinco años se tratase, volvíamos a tener en nuestras manos un enfrentamiento entre Kazuchika Okada y Tetsuya Naito por ver quien puede acercarse a la cima de New Japan otra vez. Por un lado Okada tiene una oportunidad de oro para igualar a Masahiro Chono como el wrestler con más G1 Climax ganados, por el otro Naito tenía la que es muy seguramente su última oportunidad de volver a alcanzar la cima de la compañía a sus 41 años. Ambos llegaban después de extenuantes y arduos encuentros de semifinales, Naito ante un Ospreay en el que fue candidato serio a combate del año donde si no tuvo una conmoción cerebral a puntito estuvo y Okada ante un EVIL donde lo de extenuante y arduo no fue para el Rainmaker sino para el fan que se dignó a verlo. Una final de unos 35 minutos entre dos rivales que se conocen a la perfección, una rivalidad que empezó hace más de diez años con victoria de Okada y que vuelve ahora a darse tras un balance de 7-5 a favor del Rainmaker. Unos 35 minutos entre un Okada más violento y agresivo que nunca y un Naito que abraza esa postura de “Tranquilo” ya no solo por personalidad sino porque su cuerpo está dejando de seguirle el ritmo a la mente. Aun con esas, Naito sigue siendo ese wrestler sensacional de los pies a la cabeza, y junto a Okada nos dio una espectacular final de principio a fin. Y tras un encuentro absurdamente bueno (sabíamos que iba a serlo) entre dos luchadores absurdamente buenos (sabemos que lo son), Tetsuya Naito conquistaba su tercer G1 Climax siete años después. Porque estará medio cascado y ya no será el mismo de antes, pero joder Naito sigue teniendo ese carisma insuperable y sigue siendo uno de los favoritos de la fanaticada, nunca nos cansaremos de escuchar a Kevin Kelly gritar “¡¡DESTIIINOOO!!” justo antes de que la campana suene y nombre al ingobernable como ganador. Tetsuya Naito es eterno, o al menos eso parece.
Para cerrar este largo post tanto en cantidad de texto como en días que ha llevado escribirlo por la propia naturaleza de este torneo, quiero rescatar la frase que he usado como título. Una trigésimotercera edición del G1 con unas cuantas luces pero demasiadas sombras en comparación. Las luces son ciertas actuaciones individuales y un resultado sorpresa más que agradable y que ha dejado un sabor de boca muy bueno. A esa victoria de Naito hay que sumarle las buenas actuaciones de wrestlers como Eddie Kingston o Zack Sabre Jr. entre otros y el absurdamente sensacional torneo de Will Ospreay, pero todos esos buenos encuentros son opacados por esas ya mencionadas sombras. Esos puntos negativos son tanto las decisiones creativas del torneo como la composición y duración de este. Juntar a 32 de los mejores wrestlers del mundo en el torneo más prestigioso del wrestling es una muy buena idea, no tan buena cuando en la práctica dejas a mucho talento de calidad fuera para incluir a gente catalogada como “de relleno”. Un torneo al que también le ha pesado para mal esas noches de 8 combates de 20 minutos, dándonos de vez en cuando buenos encuentros pero sintiéndose muy innecesario desde casi el principio con cosas como los chorrocientos empates por ejemplo. Si a esto le sumas el trato que han recibido wrestlers como Kaito Kiyomiya o Yota Tsuji o el más que absurdo pase a fase final de EVIL por encima de Shingo Takagi, por ejemplo, pues el resultado final general no es satisfactorio. En resumen, el G1 Climax 33 quiso apuntar alto y ha acabado cayendo estrepitosamente por su propio peso, salvado por destellos de lucha libre sensacional y una fase final de ocho increíblemente divertida. De manera bastante irónica, cuanta más gente tiene menos grande se siente, haciendo incluso que echemos de menos esos G1 de dos grupos de 10 con solo un ganador de bloque y una final. Para mí es la decisión ideal el volver a ese formato, que esos veinte sean la verdadera elite del puroresu, que no entren los luchadores que se consideren relleno y que los wrestlers de fuera de NJPW sean escasos y se sientan especiales. Que el torneo se vuelva a ver realmente como una pelea en el olimpo por ver quien puede acceder al trono IWGP en el Tokyo Dome en la fecha mágica del 4 de enero. Veremos que nos depara la edición nº 34 en verano del año que viene, de momento a disfrutar de este “Road to the Tokyo Dome” que pinta interesante y emocionante porque, literalmente, no sé qué puede pasar.