Hasta siempre, FIFA

Ya salió el EA Sports FC 24, el primer título del sucesor espiritual y no tan espiritual del famoso FIFA, porque básicamente es lo mismo con otro nombre. Una cosa que es lo mismo con otra presentación, aunque sí que duele un poquito todo este cambio generado por las altas pretensiones económicas de la federación internacional de futbol con la licencia de uso de su sus siglas. Solo cambia el nombre, pero como ya he dicho, duele ese cambio. El FIFA, el nombre que le daba tu viejo a cualquier cosa que jugaras en la Play, como también dicen, es algo tan arraigado en la cultura popular y en la vida de muchos que transciende mucho más allá de ser unas simples cuatro letras. Hoy, de manera cortita y recordando un poco tiempos de mi infancia, escribo esta carta de despedida en honor al FIFA.


Mi andadura por el FIFA y por los videojuegos es la misma, todo empezando por un Javier de 6 años al que su padre le regala un jueguito para el ordenador nuevo. Mi padre por aquel entonces, y también en la actualidad, era un apasionado de los cacharros y la tecnología. Se dejó una pasta en una cadena musical que tiene más años que yo y que se escucha genial, así que por qué no iba a montarse un PC tochísimo. Efectivamente, mi padre formó parte de la ola del “PC gaming” muchísimo antes de que empezase. Ahí empecé yo a cacharrear con el ordenador, y gracias a ese bicho también empezó mi andadura con los videojuegos. Jugaba mucho y variado a cositas que había por ahí, pero el primer gran juego por el cual perdía las horas fue ese FIFA Football 2005. Un “FIFA 05” que tenía a Morientes en portada y que me compré varias veces porque me cargué el disco, un juego al que eché chopocientas horas en el modo carrera con mi Real Valladolid y con el Terrassa o en un torneo navideño con mis primos que fue el inicio de una tradición anual que duró muchísimos años. De ahí pasamos al FIFA 06, el primero que descartaba el “Football” de su nombre, luego al 07, al 08 y pasamos al FIFA 09, el primero que tuve en consola.

Por muy sorprendente que suene, mi primera consola de sobremesa fue la PlayStation 3, sí que tenía otras como la PSX o la PS2 pero no eran mías al uso, jugaba o en mi PSP o en ese querido PC cuando no podía echarle horas a esas consolas. Una PlayStation 3 que me regaló mi tío (que en paz descanse) y que vino con un Little Big Planet al que le eché demasiadas horas y un FIFA 09 goloso. De ahí vinieron las horas de vicio a fuego, jugar al modo carrera como un loco, jugar a los primeros Ultimate Team cuando eran una especie de DLC gratuito que salía en febrero/marzo y viciar con los panas al clubes pro. Joer, que risas me echaba yo con mis buenísimos colegas Ian y Javo jugando al clubes pro o echando partidos amistosos online entre nosotros con equipos random. Junto a eso seguían los torneos de primos en navidad, los torneos de colegas en verano y demás cositas. Pero, como todo en la vida, los años pasan y la inocencia se acaba. Llegaba la PS4 y esa magia seguía, aguantó unos cuantos años más, pero cada vez se hacía más cuesta arriba jugar al juego. Todos tus colegas se iban al Ultimate Team, el clubes pro era algo más de segundo plano, el modo carrera era siempre lo mismo y demás. Eso si tus amigos tenían la consola, porque yo era el friki que se pillaba todo de salida pero los demás o no eran tan jugones o no tenían mi capacidad sobrehumana de ahorro por un cacharro que te permite simular que el Dépor sigue en primera. Ese cuento de hadas color rosa que era el FIFA en nuestra infancia empezaba a quedar atrás.

Los últimos años ya olían a quemado, tanto por circunstancias de la vida como por la franquicia en sí. Los modos de juego un jugador ya no me hacían tanta gracia porque los tíos majos de Electronic Arts dedicaban todo su tiempo a un modo como el Ultimate Team, un modo que también dejó de apetecerme. Mi pasión por catar videojuegos de todo tipo chocaba de lleno con esa mentalidad de “grindear” y “farmear” que tenía el FUT, ni tenía las horas para sacar adelante un equipo competitivo ni las ganas de pasar por tantos partidos tortuosos. Hasta ese modo del Clubes Pro que tanto me alegraba jugar con los panas pasó de ser el vicio típico de los findes a ser algo de “dos tardes cada mes y con suerte” por ganas de jugar y por circunstancias de la vida. Al final fue un coctel perfecto entre eso, entre una franquicia que lleva sin darle una buena capa de pintura a sus modos offline por intentar malvender cartitas en un modo que parece un pseudocasino y entre que ya no soy un crio que puede meterle horas semanalmente sino un adulto con responsabilidades y más cosas que hacer. Para que gastar mi tiempo y mi dinero en un modo carrera que lleva siendo la misma basura desde hace eones con bugs que yo he tardado una tarde en arreglar y EA ha tardado dos entregas en hacerlo.


Aun con todo esto, a pesar de decir todos los años que no toco el ultimo FIFA ni con un palo, ahí seguía comprándolo. Porque si, porque el modo carrera era la misma basura de todos los años, porque no toco FUT ni con un palo y porque el clubes pro cada vez lo juego menos, pero ahí estaba todos los años. Porque hacerte un superequipo con mi Pucela en un transcurso de muchas temporadas es algo genial, porque juntarse con los panas para jugar unos partidillos y echarte unas risas porque sois más malos que el hambre es algo sublime, porque el FIFA tenía esa cosita que molaba. Posiblemente EA FC sea lo mismo (y seguramente sea lo mismo) en cuanto a juego se refiere, solo es un simple cambio de nombre, pero algo se nos va a todos con ese cambio. El “FIFA” era ese término comodín cuando tu padre te veía jugar a la “PlayStation”, aunque estuvieras jugando al Animal Crossing en la DS, era el combo consolita-juego por excelencia. El FIFA son recuerdos de la infancia como lo eran también los del “PES”, el FIFA era más que un nombre de un juego. Habrás sido una saga con unos últimos años llenos de amor-odio, pero eres mi infancia y la de muchos, anda que no te hemos echado horas y risas, te echaremos de menos.

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