New Japan tiene un problema serio con sus campeonatos

New Japan Pro Wrestling lo ha vuelto a hacer, ha cerrado el linaje de un campeonato mandándolo al baúl de los recuerdos para crear otro campeonato más. Es el sexto título creado en poco más de tres años, casi a dos cinturones por año. Esta vez es turno del campeonato estadounidense IWGP, el cual va a ser desactivado vistos los sucesos ocurridos en la última edición de Power Struggle. Los grandes talentos de Jon Moxley y Will Ospreay, también estando por ahí David Finlay, se enfrentarán en Wrestle Kingdom 18 por el enésimo título de la empresa nipona. Y hoy vengo a hablar de eso, del gran problema que tiene NJPW, la cantidad de campeonatos en su plantel, muchos de ellos sin valor y otros pretendiendo reemplazar lo irremplazable.



El origen de todo este infortunio es posiblemente la noche con el cierre a una de las mejores historias en la época moderna de NJPW: Tetsuya Naito salía vencedor del evento principal de Wrestle Kingdom 14 y se convertía en campeón peso pesado IWGP en su Tokio natal. Esa victoria vino durante el primer evento magno del Tokyo Dome que sería celebrado en dos noches consecutivas, siendo esas dos noches encabezadas por un minitorneo de cuatro en donde el vencedor se convertiría en campeón peso pesado a la vez que en campeón intercontinental. Naito lo consiguió, venció en ambas noches para convertirse en doble campeón, pero él no sabía que eso era el principio del fin. Los fans pensamos que, en algún momento, los campeonatos se separarían, pero ese no era el caso. Primero fue EVIL quien ganó ambos títulos, luego los recuperó Naito para luego tener que defender el campeonato peso pesado frente al ganador del G1 Climax, o esa era la teoría. Kota Ibushi rompió todo eso, ya que al proclamarse vencedor del torneo más prestigioso de este deporte decidió retar por ambos campeonatos a la vez, venciendo al ingobernable en Wrestle Kingdom 15 (aunque tuvo ciertos problemillas por el camino causados por Jay White). Esos temores de no volver a ver ambos campeonatos por separado se convirtieron en pesadillas graves, ya que no solo vimos eso sino que presenciamos el nacimiento de un nuevo título: el campeonato mundial peso pesado IWGP. ¿Y qué pasa con los otros dos títulos? Retirados, pasarían a mejor vida. Decisión grande y de peso, una que no sentó bien tanto por lo dejado atrás como por lo nuevo. Decíamos adiós a dos de los cinturones más hermosos en la historia de este deporte para decir hola a un engendro raro que no convencía, decíamos adiós a dos cinturones con una historia icónica para decir hola a uno cuyos dos primeros reinados no superarían los 50 días de duración. No gustó ni convenció, incluso ahora sigue dejando huella.

Viendo esta decisión, el paso estaba claro, New Japan tenía un campeonato top y necesitaba un campeonato secundario a la altura. ¿El problema? Hicieron todo lo posible para que ese no fuera el caso. Primero fue el campeonato NEVER, el cual pretendieron elevar a cuotas más altas con la ayuda de Hiroshi Tanahashi y Jay White pero que ha acabado convirtiéndose en chatarra de poco valor usada como pretexto para llevar a cabo historias poco interesantes (ejem, Finlay VS Tama). El otro campeonato era el estadounidense, que podía haber sido usado como un verdadero puente con el país americano pero que en realidad se convirtió en el campeonato intercontinental 2.0, ya que para ocupar ese puesto de título “yankee” crearon la división NJPW Strong, división que duró viva algo más de un año y de la que solo quedan los títulos, unos sin mucha importancia la verdad. Junto a estos llegaron más campeonatos: el KOPW, título que es más coña que otra cosa; el campeonato televisivo NJPW World, titulo cuyo campeón inaugural va a por el año de reinado; el campeonato femenino IWGP, uno que se ha defendido más en STARDOM; y los campeonatos por parejas y femenino de NJPW Strong, que mucha relevancia no creo que tengan. Estos, sumados a los anteriores títulos, hace que NJPW tenga un total de trece campeonatos, los cuales tienen relevancia de manera continua cinco o seis a lo sumo.

Pero todavía nos falta la gota que colma el vaso, la puntilla, el “coup de grâce” a toda esta situación, el campeonato estadounidense IWGP. Primero que, en vez de ser un campeonato dedicado a crecer hacia América como era su intención inicial, se convirtió en lo que era el antiguo campeonato intercontinental. La cosa es lo que ha ocurrido hace relativamente nada, lo cual es un poco de risa. Señoras y señores, el campeonato estadounidense, rebautizado como campeonato británico por Will Ospreay, será reemplazado por otro nuevo título creado desde cero. Si, como lo leéis, NJPW se calzó los dos títulos más prestigiosos de toda su historia para volver a tener el mismo status quo con otros dos campeonatos nuevos que se llaman distinto y que tienen cero de historia a sus espaldas. De risa la verdad, espero que este nuevo campeonato del cual desconocemos el nombre no sea algo de medio pelo, pero no me extrañaría que sucediera viendo que el campeón inaugural puede ser un David Finlay que venza de manera poco creíble a dos superestrellas como Jon Moxley y Will Ospreay.


En resumen, NJPW ha cumplido la frase de “quien mucho abarca poco aprieta” con sus logros individuales. Cae en el fallo por excelencia que otras empresas japonesas y no tan japonesas de menor nivel cometen: crear mucho título para el poco talento que tienen en comparación. Esta necesidad de éxito artificial se ve en gente como Zack Sabre Jr o Shingo Takagi, los cuales son campeones de títulos terciarios (por no decir de medio pelo) pero a ambos se les tiene en alta estima por ser quienes son, por lo que han ganado y por sus combates, no por esas correas. Esos cinturones, al final, pasan a un plano secundario porque son algo secundario. La clave está ahí, cerrar el cerco a poquitos campeonatos y construirlos alrededor de un valor verdadero. Que el campeonato junior siga siendo el máximo logro de una división de gran valor, que el campeonato NEVER sea el campeonato terciario para la gente joven que necesita empezar un camino hacia la cima y para los veteranos que todavía tienen algo de garra, que el nuevo campeonato sea un título secundario que sea el verdadero escalón previo a la gloria y que el campeonato mundial sea esa gloria. El resto tienen su hueco, la división NJPW Strong en USA y los títulos por pareja que sigan igual, incluso si hace falta abandonar la división femenina para hacer crecer globalmente el pedazo de producto que es STARDOM que se haga. Esperemos que todo esto se calme y vaya a bien, porque necesitamos dejar de ver trozos de metal y cuero que pretender ser grandes premios por los que aspirar.

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