Review AEW Worlds End 2023: ni la recta final pudo salvar este desastre

Termina el 2023, y con ello también termina la cuarta temporada de uno de nuestros shows favoritos de lucha libre: All Elite Wrestling. Una cuarta temporada llena de grandes momentos, escenarios de ensueño, alguna que otra decepción pero también grandes historias. En este show final de año no iba a ser menos, ya que contamos con la final de un torneo de calibre, el duelo encarnizado entre dos grandes amigos convertidos en enemigos y el misterio de un villano enmascarado. Así que lleguemos a este final de año llamado Worlds End, un PPV cuyo nombre nos puede indicar por dónde irán los tiros. ¿Sera el final del año? ¿Puede que sea también el final del mundo para alguien en el sentido figurado de la palabra? Veremos, así que hablemos sobre este último evento de AEW, un que, desgraciadamente, ha presentado una calidad media muy baja que ni la impresionante recta final pudo compensar.


Antes de empezar con el evento en cuestión, como es costumbre comentemos los resultados del preshow. Los resultados son los siguientes:

  • Willow Nightingale derrotó a Kris Statlander
  • Killswitch ganó una Battle Royal para obtener una oportunidad por el Campeonato TNT
  • Hook derrotó a Wheeler Yuta en un FTW Rules Match y retuvo el Campeonato FTW 


BLACKPOLL COMBAT CLUB, MARK BRISCOE & DANIEL GARCIA VS BRODY KING, JAY WHITE, JAY LETHAL & RUSH

Si tienes un torneo al estilo New Japan, ¿por qué no tener un combate de equipos al estilo New Japan? Esto debieron pensar la gente en las oficinas centrales de AEW, ya que armaron este encuentro 4v4 entre los participantes del Continental Classic. En un lado los buenos (hoy el BCC se ha querido portar bien), en el otro los villanos. Y aunque exista la broma de los tropocientos combates por equipo de NJPW, hay que admitir que este fue un buen opener. Juntar a ocho tíos que durante más de un mes han estado dando espectáculo de calibre tras espectáculo de calibre no puede salir mal nunca. Bueno, y si sumas a Nigel McGuinnes insultando a Bryan Danielson desde la mesa de comentaristas pues aún mejor. En resumen, poco más de quince minutos con ocho luchadores de mucho nivel demostrando lo absurdamente buenos que son, habiendo spots geniales y momentitos que pueden dar fruto a nuevas rivalidades (por favor necesito ver un Bryan Danielson contra Jay White). En resumen, encuentro divertido de principio a fin, uno que puso buen tono a la velada y que concluyó otra vez con Danny Garcia robándole la victoria a Brody King. Lo dicho, puso buen tono inicial a la velada, que pena que lo que vendría después lo mandaría a la basura rápido de narices.


ANDRADE EL ÍDOLO VS MIRO

“Oye no te juntes a mi mujer”, la rivalidad. Suena estúpido, sí, pero es que es tal cual. Miro buscaba a su siguiente víctima, y esta se le ponía bastante a tiro después de ser eliminada del Continental Classic. Estamos hablando de Andrade, que tiene de manager a CJ Perry, la esposa del búlgaro. Si juntamos las ganas de violencia del excampeón TNT con el que se juntó a la mujer equivocada te queda este combate. No sé qué fue peor, como se ha montado esto o el encuentro en sí, porque madre mía. Esto era básicamente un segundo pase de Brock Lesnar VS Goldberg en WrestleMania XX, donde ambos iban a abandonar la WWE justo después del encuentro. Pues aquí casi igual, ya que uno parece querer irse y el otro se supo horas antes del evento que está más fuera que dentro. Básicamente, si la estipulación de la lucha fuera un “perdedor abandona AEW” ambos buscarían la descalificación más veloz de la historia de este deporte. Al igual que el encuentro de WrestleMania anteriormente mencionado, la lucha fue mediocre porque a nadie le importó, ni a los fans ni siquiera a los propios wrestlers. No le importo a nadie ni antes, ni durante ni después. Ni siquiera la traición final de CJ Perry causo reacción, una traición que hizo que Miro venciese vía rendición gracias a su Game Over. En resumen, quince minutos de wrestling que, salvo ciertos momentitos, no le importó ni intereso a absolutamente nadie.


AEW WOMEN'S WORLD CHAMPIONSHIP: TONI STORM © VS RIHO

Primera lucha titular del PPV, una que tuvo similitudes y diferencias con el encuentro anterior. La diferencia es que este encuentro parecía importar al personal, ya que Riho está absurdamente “over” respecto con la fanaticada de AEW, además de que se enfrentaban entre si dos wrestlers de muchísimo calibre. ¿Las similitudes? Que también fue bastante decepcionante. No fue tan mediocre como la anterior pero sí que fue mucho peor de lo que esperaba de estas dos luchadoras. Primero la aspirante, porque sí que Riho es un talento descomunal, pero justo este combate fue uno en donde se tiró el 80% siendo vapuleada, solo teniendo dos ratos donde sacó a relucir su gran habilidad. Culpa de eso puede ser de Toni Storm y su personaje de estrella de cine clásico. Fuera del ring es una de las mejores cosas que tiene AEW, pero es que en el ring está siendo flojo flojo. La neozelandesa es muy habilidosa pero se nota que está reflejando demasiado ese alter ego mencionado, haciendo que su wrestling se resienta muchísimo. Repito, el encuentro no estuvo nada mal, pero es que con algo más de tiempo y planteado de otra forma podría haber sido muchísimo mejor.


SWERVE STRICKLAND VS DUSTIN RHODES

Posiblemente uno de los peores encuentros de la noche, uno que se vio creado por pura mala suerte. La historia original era que Swerve Strickland aceptaría un reto de última hora, uno que muchísima gente quería ver. Un reto que era terminar una vieja rivalidad, cerrar una herida todavía abierta. Ese reto era de parte de Keith Lee, y prometía ser un encuentro al menos interesante debido a toda la historia que ambos tenían. Pero lo dicho, la fortuna es una diosa caprichosa y quiso hacer que Lee no estuviera disponible por lesión, así que buscaron un sustituto de última hora, siendo este “The Natural” Dustin Rhodes, y la verdad es que fue un desastre. A pesar de que Swerve es buenísimo y ahora es el luchador más popular que tiene AEW incluso siendo un villano ruin, esto no lo salva ni el más carismático ni el más habilidoso. Primero porque su rival es una leyenda de 55 años cuya época dorada pasó hace mucho, segundo es porque el combate debería haber acabado poco después de empezar. Swerve quiso acabar con esto rápido así que decidió reventar el tobillo de su oponente contra un bloque de hormigón, y este podría haber sido el final pero hubo otros cuantos minutos de wrestling innecesario y triste. Lo dijo hasta Swerve después de ganar, “no me faltéis el respeto con basura como esta”. Pero bueno, es lo que hay, al menos Swerve Strickland sigue siendo el claro favorito a ser el próximo campeón mundial, un pequeño tachón en su historial y a otra cosa.


CHRIS JERICHO, DARBY ALLIN, SAMMY GUEVARA & STING VS BIG BILL, RICKY STARKS & THE DON CALLIS FAMILY

A este desastre consumado le seguía otro desastre aun mayor y más consumado, posiblemente el combate más criticado de toda la noche donde el wrestling sea el ultimo motivo de ello. Primero fue construido sobre una base que parecía un castillo de naipes, ya que Kenny Omega causó baja por motivos médicos y se decidió cambiar el combate ante tan sensible baja y los sustitutos fueron algo raros y estúpidamente elegidos. Primero la reunión de Jericho con Sammy Guevara, que tiene el mismo sentido que el de una brújula desimantada. Luego el incluir a Darby Allin y Sting porque, bueno, es Sting, para que más. Y, por último, para compensar, a los campeones por parejas se les unieron dos miembros de la familia de Don Callis. Si a todo este sinsentido se le suman las graves acusaciones por abuso que recibió en los momentos previos al PPV pues se queda buen coctel, en concreto un coctel molotov porque todo puede saltar por los aires.

Si lo previo era duro de digerir, el combate lo fue aún más. Ni Darby Allin y Konosuke Takeshita haciendo absolutas barbaridades ni Sting siendo Sting pudieron salvar este esperpento. Un esperpento que fue eclipsado por lo mencionado previamente, haciendo que mucha gente no quisiera ver esto y que el ambiente fuera raro, tan raro que contagio a los ocho del ring y que hizo que a partir de cierto punto lo que se hiciera en el ring fuera anticlimático y raro. Un encuentro que aunque estuviera rodeado de polémica fue malo independientemente de estos sucesos, teniendo un final también bastante raro viendo como Starks era quien se comía la cuenta a manos de Sammy Guevara. Repito, combate muy raro y con un ambiente denso casi de trincheras alrededor de este.


TBS CHAMPIONSHIP: JULIA HART © VS ABADON

Si pensabais que habíais visto todo lo malo de la velada, agarraros los machos porque todavía queda fiesta, porque ya lo dice el dicho, “no hay dos sin tres”. Era turno del segundo encuentro femenino de la noche, uno que fue durísimo de digerir y que doy gracias a quien esté ahí arriba de que terminó. Estamos hablando del combate entre Abadon y Julia Hart por el campeonato de TBS, un encuentro de relleno para televisión semanal que no se todavía cómo ha acabado en el PPV. Digamos que fue lo peor de dos mundos, uno en el que tenemos a una Julia Hart que está mejorando a pasos agigantados pero que sigue algo verde en lo de llevar ella el mando cuando la pareja de baile no acompaña, a lo que se le suma una Abadon que no ha estado a la altura de las circunstancias. Combate increíblemente torpe con unos cuantos momentos intranscendentes y botches con un público casi muerto por todo lo visto anteriormente. Victoria para la campeona, una campeona que de verdad tiene nivel y carisma pero que todavía se le nota muchísimo que todavía está verde en ciertos aspectos. Pero tranquilidad, que solamente tiene 22 años y su techo de crecimiento es gigante. Aun con esas, combate muy malo la verdad.


TNT CHAMPIONSHIP: CHRISTIAN CAGE © VS ADAM COPELAND

Casi cuarenta años de amistad unían a Adam Copeland y Christian Cage, una amistad que trasciende mucho más allá de ser simplemente campeones por parejas en múltiples ocasiones. Ese fue uno de los motivos por los que Adam Copeland, conocido por todos como Edge, decidió firmar por AEW, para pasar los últimos años de su carrera con su mejor amigo, con su hermano. Pero la codicia es un mal muy grande, una codicia que hundió a Christian Cage en el mayor de los fangos y que hizo que no solo abandonase a su hermano, sino que también lo apuñaló por la espalda. “Toda mi carrera he estado a tu sombra, ahora te toca a ti pasar por esto ya que el exitoso soy yo”. La soberbia y las ganas de mantener su relevancia en el que está siendo sin duda la mejor etapa de su carrera causaron que Christian traicionase y abandonase a Adam, así que la visión de este cambio por completo: “no quiero retirarme contigo en la cima, quiero retirarte a ti”. De grandes amigos a aun más grandes enemigos, este combate en Worlds End buscará finalizar una de las más grandes historias del wrestling, veremos cual es el resultado.

Ya lo dijo Miguel Ríos con uno de sus álbumes, “los viejos rockeros nunca mueren”, y si esto ya se ha acuñado como un lema típico del castellano será porque tiene razón. Y este es el caso en este combate, porque era el turno de dos señores de cincuenta palos levantaran esto del cementerio. Y joder que si lo hicieron, tanto el anteriormente conocido como Edge como Christian Cage dieron una masterclass de lo que puede ser el wrestling. Este combate sin ningún tipo de regla y sin ningún tipo de respeto ya pintaba bien desde un principio cuando vimos que Adam Copeland vestía igual que cuando se enfrentó a Mick Foley en ese combate legendario en WrestleMania 22, con el detallito de que la hebilla del pantalón era la máscara de El Santo. “Cero mierdas” dijo Adam, cortando la introducción de Justin Roberts y yendo directo a por el patriarca, a quien lanzó contra el escenario LED y golpeó por casi todo el ringside y parte del graderío. Golpiza que, por cierto, nos dejó un momento muy gracioso entre Adam Copeland y Nigel McGuinnes. Lo del graderío, por cierto otra vez, nos dejó con Edge volando desde una altura considerable para llevarse por delante a su rival. Ni cinco minutos de encuentro y esto ya era lo absoluto mejor de todo el PPV. Desde aquí fueron unos veinte minutos más de pelea sin reglas en su mejor definición: Adam con una brecha en la ceja considerable, palos de kendo, sillas, escaleras, una vara de hierro, sangre y mesas. ¿Lo más importante? Las mesas, benditas mesas, sobre todo si tienes combustible para prenderlas fuego. Hablábamos de Mick Foley en WrestleMania y casi nos dan una segunda vez en la que alguien es atravesado contra una mesa en llamas con una lanza. Que faena que no fuera eso, porque fue una “powerbomb”, buenísimo como Adam lanzó contra las llamas a Nick Wayne.

El encuentro fue de lujo, pero siempre que quieras algo bueno debes de darle un final a la altura, y que final. Después de la violencia y las mesas en llamas, Adam Copeland se convirtió en el nuevo campeón TNT después de un Killswitch sobre Cage. Pero, ¿qué mejor que un final feliz para el bueno de la historia? Un final jodidamente horrible donde el malo gana, porque cuando sale bien queda genial. Ese final amargo era volver a ser derrotado por Christian Cage después de que Killswitch atacase al nuevo campeón, cediéndole su oportunidad titular ganada antes del show principal para devolvérsela a su viejo amigo y vencerle con su propio movimiento final. Movimiento de villano definitivo que fue ejecutado a la perfección, haciendo que Adam Copeland fuera campeón durante tres minutos escasos. Combate sensacional, final sensacional, historia sensacional que parece estar lejos de acabada.


JON MOXLEY VS EDDIE KINGSTON

La triple corona americana, el nuevo concepto que ha explotado AEW con la creación de su nuevo gran torneo (uno que he analizado aquí de principio a fin): el Continental Classic. Doce luchadores de máximo nivel, dos grupos, un ganador, triple premio. Un triple premio que consta de no solo convertirse en el primer campeón continental de AEW sino también de llevarse a casa los campeonatos máximos de ROH y NJPW STRONG. Una triple corona que existe gracias a Eddie Kingston, quien buscaba emular a sus grandes héroes y decidió poner en juego sus dos títulos. Un Eddie Kingston que de manera casi milagrosa ha alcanzado la final, sobreponiéndose a dos derrotas iniciales duras y pasando de la fase de grupos de manera apurada, todo ello para vencer a Bryan Danielson en las semifinales y así clasificarse para la final. En el otro lado tenemos al número uno, al “ace” de AEW, a Jon Moxley, un Mox que ha cosechado cuatro victorias de cinco y se sobrepuso a gente de calibre como son Jay White y Swerve Strickland. Antiguos rivales se reencuentran por ver quien se convierte en el nuevo rey continental.

Como ya comenté en el post hablando sobre el Continental Classic, que mejor para la final de un torneo del estilo round-robin nipón que tener un encuentro digno de la AJPW de los noventa. Con un Bryan Danielson analizando de manera brillante el combate en la mesa de comentaristas (este tío hace todo sensacional), Mox y Eddie batallaron en una pelea que tuvo wrestling a ras de lona al principio para luego convertirse en un intercambio constante de golpes durísimos. Un intercambio brutalmente bueno que Eddie cerró con victoria vía Uraken tras un spot final sensacional donde durante mas o menos medio minuto ambos luchadores intercambiaron sopapos brutales a mano abierta. Un final perfecto para un torneo perfecto, Eddie cumple su sueño y apuesta personal de ser campeón triple corona frente a un público que estalló de alegría cuando esto ocurrió y frente a un Jon Moxley que no solo aceptó la derrota sino que no dudó en abrazar de alegría a su viejo amigo. Cierre genial para un torneo aun más genial.


AEW WORLD CHAMPIONSHIP: MJF © VS SAMOA JOE

406 días, mucho tiempo que da para muchas cosas. En este contexto, ha dado mucho a una persona en concreta: vencer a tres de los mejores luchadores de todos los tiempos, sobreponerse a tus compañeros de promoción, pasar de villano odiado a héroe amado por todos, cerrar el evento más grande de la historia reciente del wrestling, encontrar a tu mejor amigo y, sobre todo, convertirse en el campeón mundial más longevo de AEW. Para esto han dado los 406 días como campeón de MJF. Pero todo tiene un final, y posiblemente el nombre de este PPV sea una premonición. Max está posiblemente en el peor momento de su reinado, uno en el que está lidiando con graves lesiones a la vez que se enfrenta a unos enmascarados desconocidos cuando tiene enfrente al rival más temido de todos: Samoa Joe. Aun así, siempre en estos momentos es cuando brillan las leyendas, y que mejor escenario para superar todas las adversidades que el Nassau Coliseum con su mejor amigo en su esquina y en su ciudad natal.

Sonaba la campana y empezaba la fiesta, una a la que Samoa Joe estaba deseoso de participar y una a la que MJF llegó destrozado físicamente pero con todo en el tanque emocional para sacar adelante todo. Esto fue el encuentro, un MJF destrozado como nos hacía ver su hombro plasmando en el ring la pasión propia y los ánimos de los fans frente a un Samoa Joe que buscaba arrasar para convertirse en campeón. Por esto mismo me pareció un gran encuentro visto lo visto. Max hizo lo mejor que pudo con su estado físico, uno en el que se veía de manera clara que su lesión en el hombro no es fingida y que de verdad es algo medianamente grave. No solo supo trabajar con un hombro dañado, sino que vendió esto a la perfección durante el combate con pequeños gestos como puede ser usar su otro brazo para subir el dañado para realizar ciertos movimientos. ¿Y Samoa Joe? En su línea, la de villano violento con mirada asesina e intenciones aún más asesinas, y joder como de bien se le da hacer eso. Con esto hicieron suficiente para dar un buen combate, incluso con spots brutales en la línea de asesino demente de Joe como fue ese Muscle Buster en el borde del ring. Pero ahí estaba MJF, peleando para sobrevivir, luchando para ganar, y como buen “babyface” que entraba al combate como el menos favorito acabo… ¿!perdiendo!? Si, como lo leéis, MJF perdió en una de las decisiones más impactantes (no por ello menos buena) que recuerdo en mucho tiempo. Samoa Joe consiguió vencer gracias a su Coquina Clutch en un final sublime si de finales con villanos venciendo se tratase. El silencio en la arena cuando sonó la campana fue sepulcral, tal fue la sorpresa que ni Bryce (el árbitro del encuentro) supo cómo reaccionar cuando se encontró con que MJF había perdido el conocimiento, dudando de si mandar sonar la campana porque no creía lo que sus ojos veían. Señores, Samoa Joe se proclamaba campeón mundial en uno de los mejores finales que recuerdo en un combate de PPV, el supervillano vencía en casa del héroe.

MJF lo intentó pero no pudo con Joe, no pudo con las lesiones, no pudo retener su campeonato, uno que tuvo en sus manos durante 406 días, el reinado más largo de dicho título. Ni su mejor amigo pudo contentarlo, pero la tristeza duró poco ya que los enmascarados de The Devil regresaban. Atacaban los enmascarados, MJF pedía que le golpeasen a él y que dejasen en paz a Adam Cole, y justo cuando pronunciaba dichas palabras el recinto se oscurecía. Tras varios segundos de incertidumbre, volvía la luz y se revelaba el gran misterio: Adam Cole era The Devil, siempre lo fue. Rodillazo de Roderick Strong, ataques al hombro por parte de Mike Bennett y Matt Taven, y una bomba brutal de Wardlow. Todo cuadraba, las pruebas tomaban sentido y la devastación llegaba. MJF lo perdía todo, primero a su título y luego a su mejor y único amigo, en el que es para mí uno de más devastadores pero mejores finales de un PPV de All Elite Wresting.


Como he comentado a lo largo de este post, la recta final dada por los últimos tres combates fue sensacional, pero eso no hace que nos olvidemos del resto del show, uno que, a excepción de lo comentado y el opener, bastante lamentable. Esto no va de puntos de vista o de si ciertas decisiones nos gustan más o menos, fue lamentable debido a que todo aquello fue construido de muy mala manera y fue respaldado en el ring también malamente. Vale que en los últimos momentos se haya caído gente de peso en la cartelera, pero el resto fue montado horrible. Solamente tuvieron una construcción, un encuentro y un final a la altura los tres últimos combates. Ni Sting regresando porque patata pudo compensar tanto desastre. Si a esto le sumas las gravísimas acusaciones contra Chris Jericho y todo lo que hay alrededor a ello pues menuda nochecita te queda. En mi opinión esto debería de ser un toque de atención para AEW y Tony Khan, ya que es un ejemplo perfecto de lo todo lo malo e incongruente que tiene la compañía ahora mismo. Pero también es un ejemplo de todo lo bueno que pueden hacer, visto en los últimos tres combates. 2024 debe ser el año de AEW, e incluso con los momentos tan malos que ha tenido 2023 se les ha dado muy bien, pero este quinto año debe de ser el bueno después de todo lo negativo del anterior. De momento arrancan con buenas ideas detrás, con un campeón mundial que luce como el jefe final definitivo, con gente super “over” como Swerve Strickland, con caras nuevas de muchísimo calibre como Will Ospreay (y espera que no firmen a Mercedes Mone) y con los shows de Revolution y All In vendiendo entradas como churros. Decepcionante final de año, sí, pero que no nos haga olvidarnos de una cosa: AEW lo tiene todo de cara para romperla una vez más, esperemos que no caigan en errores clamorosos del pasado.

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