Xbox, ¿camino a convertirse en distribuidora?

La industria de los videojuegos ha tenido unos últimos años vertiginosos cuanto menos. Hemos tenido auténticas obras de arte del género, el boom internacional merecido de IPs de cierto nicho, grandes anuncios, muchas malas noticias y auténticas bombas de relojería. Hemos visto el nacimiento de auténticas joyas como Baldur’s Gate 3, el salto masivo e internacional a múltiples plataformas de la saga Persona, los despidos masivos realizados por los titanes de la industria y, como no, la compra de Activision-Blizzard-King. De algo relacionado a esto último quiero hablar hoy, y no es revisar el tema de la compra porque es algo que ya he hecho y que está quemado, quiero hablar de Xbox y su futuro en la industria. Con la casi confirmación de la llegada de Hi-Fi Rush y Sea Of Thieves a otras consolas, han empezado a saltar múltiples rumores sobre otros juegos de la rama de Microsoft que podrían dar el salto a la competencia, incluida la valoración de si próximos títulos deberían de ser exclusivos al ecosistema de Xbox. Con esto se ha abierto uno de los melones más grandes e interesantes de los últimos meses, ¿es el fin de Xbox como empresa de hardware? ¿Dará por fin el salto a la distribución masiva de sus títulos? ¿Cederá Microsoft una vez más al software abandonando el hardware como ya ha hecho múltiples veces? Analicemos, pensemos y veamos no solo como de factible es sino los beneficios y/o contras que trae tanto empresarialmente como para el fan.


Si tenemos que arrancar por algún lugar para dar contexto a esta historia, tenemos que indicar como Xbox llegó a convertirse en cuestión de años en la empresa de videojuegos más grande en cuanto a distribución y desarrollo se refiere, tenemos que empezar por ZeniMax y Activision-Blizzard. La estrategia de Xbox de comprar estudios no es nueva, tanto para ellos como en la industria en general. En la historia reciente primero fue Mojang, luego le siguieron Ninja Theory y Obsidian, luego fue el notición de ZeniMax y luego Activision-Blizzard. En 2020 se produjo la primera de las dos mencionadas, cifrada en 7.500 millones de dólares, una compra que fue considerada en su momento como una de las más impactantes de la historia de los videojuegos. Xbox se hacía con no solo una gran cantidad de IPs sino con una alineación de estudios asombrosa entre los que se encontraban Bethesda, idSoftware, MachineGames y Tango Gameworks. Pero esto se quedó en nada comparado con el bombazo supremo que se produjo tan solo dos años después: Microsoft compraba Activision-Blizzard-King por una cifra cercana a los 70.000 millones de dólares. Una compra que se convirtió en la más grande de la historia de la industria, vapuleando la compra de Zynga por parte de Take Two cifrada en 12.000 millones de dólares, la segunda de la lista. Fue una compra tan masiva como polémica y entorpecida, ya que las peleas con las organizaciones reguladoras fueron gigantes y mediáticas, fue abrir la caja de Pandora.

La caja de Pandora podemos decir que fue metafórica y literal, metafórica en el sentido de que se empezaron a revisar y poner en duda practicas realizadas en el mundo de los videojuegos, pero también fue literal porque se filtraron mil y un planes de futuro. El causante de esto fue la FTC, ya que el regulador norteamericano llevó a juicio este “mergeo” empresarial y causó esta filtración en su medida. La filtración, aunque no fue tal cual, fue a través de documentos que el equipo legal de Xbox no supo censurar de manera correcta, filtrándose cosas de todo tipo. Planes de futuro, próximos lanzamientos, hardware y comunicaciones internas que rezaban todo tipo de mantras, incluso el de “si tenemos que mandar a la ruina a Sony a base de compras lo haremos” (eran conversaciones privadas dentro de un ámbito de confianza que no deben de salir de este contexto). Fue la caja de Pandora de los videojuegos y uno de los procesos de compra más tortuosos de la historia, pero Microsoft lo sacó adelante, convirtiendo a Xbox Game Studios en la distribuidora/desarrolladora de videojuegos más grande del globo, cambiando el panorama de los videojuegos para siempre.


Con la adquisición cerrada y convirtiéndose en ello en uno de los distribuidores más grandes de videojuegos si no el que más, Xbox seguía con sus planes cortoplacistas y no tan cortoplacistas en camino. El problema es que soñaron con el cielo y, de momento, se han dado de bruces contra el suelo. Ya lo dijo Jorge Ponce, “sueña a lo grande y ya verás la ostia que te pegas”. El primero de los planes del que hablaremos es su nueva intentona de hacer crecer la marca Xbox en Japón, un plan que se intentó llevar al éxito en la generación de la 360 y que fracasó de manera muy dura (hablaré de ello en un futuro post),una faena porque hubo muy buenos juegos como Lost Odyssey que se pegaron un piñazo mayor del que merecían. Jugar en casa de Sony y Nintendo es tarea ardua y la gente de Microsoft lo sabía, así que en vez de apostar por exclusivos a mansalva quiso hacer que muchos de los grandes juegos japoneses llegasen a su plataforma de gran manera. El ejemplo es la saga Persona, ya que consiguió que los ports del Persona 3 al Persona 5 llegasen a Xbox (además de Switch y PS5) y consiguió que estos y el remake de Persona 3 fueran juegos de día uno en GamePass. Además de eso, la promoción de todos estos juegos fue basada en Xbox, teniendo los trailers nipones e internacionales su logo y siendo todas las demos y videos de gameplay basados en la Series X/S. Además de esto no decidieron deshacerse de los exclusivos, sacando también juegos como Hi-Fi Rush. A pesar de todo el esfuerzo y de contratar personal tanto directivo como de desarrollo para enfocarse en Japón, se han vuelto a dar de bruces con la realidad, Xbox no puede competir en Japón. Ya no es que jueguen de visitante, es que ese mercado está lejísimos de su alcance, si Xbox Series X vende 1.000 consolas en una semana, PS5 vende 20.000, y si venden 2.000 su competidora alcanza las 50.000, no hay por donde cogerlo. Sencillamente, Xbox no puede conquistar Japón, es territorio de Sony y Nintendo por mucho que lo intenten.

Otro plan que han querido poner en marcha es construir una alineación de exclusivos tan potente como para que las IPs propias de Sony y Nintendo vean en Xbox un rival a superar. Querían volver a la época de la Xbox 360, donde la consola de Microsoft vendía unidades como churros gracias en gran parte a titanes como Halo o Gears Of War. El problema es que el 2023 fue duro, y cuando digo que fue duro no es que signifique catastrófico pero no se vio lo que se esperaba. Redfall fue un desastre, Forza estaba bien pero no tan bien como se esperaba y Starfield en cierta manera se cayó por la propia expectativa, no es broma que el mejor juego del año de la compañía fue Hi-Fi Rush, lanzado sin previo aviso y de manera digital solamente. Starfield es el caso a destacar y el ejemplo perfecto de los últimos años de Xbox, un juego publicitado como la gran obra de Bethesda y uno de los pilares fundamentales de la marca que terminó siendo un buen juego pero que sufría de los típicos contras que los juegos de la desarrolladora presentan y que, al final, no fue la gran obra de exploración espacial que todos deseábamos que fuera. Jarro de agua fría, este era el gran vendeconsolas y vendeservicios de Xbox que sí que cosechó buenas cifras pero que se quedó lejos de las expectativas de mucha gente.

Por último, de esos planes de futuro que mencionamos queda el más importante: GamePass. Sin duda alguna, este es el punto central de Xbox, en lo que han dedicado la mayor cantidad de recursos y esfuerzos, el modelo de negocio y fuente de ingresos principal. El plan de Phill y su equipo era y es obvio, si metemos todo lo que la gente quiera jugar a un módico precio mensual y encontrándose este en todos los lados, seguro que arrasamos en cifras. Iban con todo, un “all in”, incluso en detrimento del hardware como demostraron monetariamente documentos del juicio contra la FTC. La cosa es que no se está dando así, parece ser que la gente no quiere pagar 15€ mensuales para tener “todo” sino que prefiere soltar 70€ por un solo juego y que este sea suyo para siempre. Parece ser que si a la gente le das a elegir entre gastarse 70€ en el Spider-Man 2 o 15€ mensuales para jugar a Starfield pues la gente prefiere al superhéroe de Marvel. Incluso dentro de Xbox la comparación pierde, parece que la gente prefiere comprar Starfield a tocateja que suscribirse al GamePass. Esto ha llevado a el que parece un estancamiento en cuanto a crecimiento de la plataforma como indican múltiples análisis, siendo la cifra de usuarios actual unos 25-30 millones mundialmente, una cifra que no varía de las ultimas aportadas por Microsoft (dejaron de hacerlo). Posiblemente los motivos sean temas de propiedad o que, simplemente, el tener “todo” al alcance abruma al jugador en vez de atraerlo.


¿Convertirse en distribuidora es el mejor futuro para Xbox? Hablando en tema monetario pues parece ser que sí, todo esto fruto de una mezcla entre un plan a futuro poco seguro en el presente y la propia naturaleza del mercado. El tema consolas era obvio, Microsoft lleva sin competir de tú a tú con Sony desde la era de la 360, echando todo a perder en la época de Xbox One. Aun con buenos esfuerzos y buen hardware, las ventas han acabado en 2023 de manera favorable para Sony, vendiendo PS5 poco menos del doble de unidades que el ecosistema de Series X/S a día de redacción de esto (53 millones contra 27 millones según datos de VGChartz). Esa idea de vender consolas gracias a GamePass se ha ido desviando a vender GamePass a secas, ya sea en su propio ecosistema de consolas y PC o a través de otros dispositivos gaming o vía nube. El futuro pinta bien, Microsoft ha olvidado sus grandes aspiraciones de ser el número uno en hardware y se ha posicionado como el rey del juego digital asegurándose una posición en el mercado muy interesante que no estaba cubierta por sus rivales, el problema es el presente. 

El presente es el jarro de agua fría a este gran plan, ya que aunque Microsoft sea una tumba de dinero, no van a estar siempre contentos con acabar a perdidas o con poco beneficio en su sección de gaming. El mencionado hardware es uno de esos puntos donde sale perdiendo, no solo porque pierde contra Sony sino porque la propia Microsoft ha sacrificado y, en parte, infravalorado sus consolas. ¿Para que comprarte una Xbox si puedes jugar a GamePass donde sea?. El otro punto es el mencionado GamePass y el estancamiento comentado previamente. Pero, sobre todo, la puntilla a esta situación ha sido el que es su gran movimiento, la compra de Activision-Blizzard-King. El que todos consideramos como el movimiento revolucionario de Xbox posiblemente sea una soga al cuello, ya que esos 70.000 millones gastados tienen que volver de una forma u otra a las arcas, y esperar a que el Call Of Duty o el Candy Crush generen dinero pues a lo mejor no es lo que quiere Satya Nadella. Y ya no es solo eso, es que a lo mejor gente como Todd Howard acude a Phil Spencer y le dice “¿quieres que The Elder Scrolls 6 sea una autentica obra maestra? Pues necesitamos recursos”. Posiblemente esperar al futuro solo digital o principalmente digital que desea Xbox no sea lo correcto, posiblemente tengan que abrir las puertas y dar el salto a otras plataformas de una manera más masiva.


La cosa pinta en una sola dirección para Xbox, y ese es el camino de la distribución. En cuanto a la faceta empresarial es el movimiento lógico, no tienen el ritmo vendeconsolas de los otros dos titanes de la industria y el objetivo de 100 millones de usuarios en GamePass que puso Phil Spencer para 2030 está lejos de cumplirse. La solución a todos esos problemas sea dar el salto a otras plataformas, posiblemente no consigan colocar el servicio de suscripción en otras consolas pero las cifras de ventas en otros entornos pueden dar un flujo de clientes y dinero que en Microsoft guste. La lógica empresarial dicta eso, pero el corazón fan sabe que esto es malo. Incluso yo, pipero hasta la medula, sabe que perder la Xbox es duro, que solo quede Sony para lanzar consolas de sobremesa va a dar seguramente a una consolidación mala para el mercado y para el consumidor, porque sin competencia no hay presión y, por ende, no hay motivos para mejorar y evolucionar. Posiblemente siga habiendo hardware de Xbox, y seguramente este solo sea un aparato que tire GamePass como si de una Serie S simplificada se tratase. Posiblemente el futuro de Xbox pase a ser Microsoft Gaming, el brazo distribuidor y desarrollador del titan tecnológico, un brazo que sigue el mantra constante de Microsoft: crear y vender servicios. Porque esa es la cosa, Sony crea hardware, Microsoft crea software, siempre ha sido así y parece que siempre será. Veremos que comenta Phil y toda la gente de Xbox esta semana, posiblemente los rumores son solo una exageración cuando todo esto es como cuando se anunció God Of War para PC, o posiblemente son unos pequeños pasos iniciales, unos pasos iniciales que llevarán a un lugar que mucha gente no deseará pero que parece ser algo casi inevitable, que tarde o temprano ocurrirá.

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