El oscuro futuro de las IAs

Hay dos palabras que es esta época de modernidades y avances tecnológicos resuenan de manera muy negativa, levantando dolores y criticas múltiples. Esas dos palabras son “Inteligencia Artificial”, un término que se ha visto asociado a muchas de las decisiones más polémicas en cuanto a término empresarial se refiere. No hay día en el que entres a redes como Twitter y veas a la multitud quejándose del enésimo caso de mala praxis ya que un concurso público para realizar un cartel ha sido ganado usando IA o vemos como el último estudio de turno está planteándose usar estas herramientas para remplazar a actores y/o traductores. Así que siendo la persona que soy, un fulano al que le gusta meterse en fregados, voy a plantear a través de distintos argumentos y opiniones personales y colectivas una pregunta concreta: ¿de verdad la IA es el enemigo tan feroz y malvado que todos hacen ver? Sin mojarme todavía ya que eso lo dejo para más adelante, entremos en materia.


Antes de ponernos a discutir sobre lo buena o mala que es esta cosa, hay que resolver una cuestión clara: ¿qué es exactamente la inteligencia artificial? Voy a aprovechar mis conocimientos como ingeniero informático con su ya caro título en casa y como una persona con cierto conocimiento en esta área (no soy experto ni nada pero algo se) para intentar aclarar esto de manera sencilla. Esto que llamamos “Inteligencia Artificial” no es más que un término que hace referencia a una disciplina de las ciencias de la computación que agrupa todos los algoritmos o programas que buscan desarrollar sistemas que imiten la inteligencia humana. No es un programita desarrollado a partir de otro cierto programa que haga cosas automatizadas (bueno en parte si pero no es solo eso), es algo bastante más tocho. También por matizar, no es algo moderno que se ha desarrollado hace nada y ha pegado el petardazo hace poco, es una disciplina que lleva en este mundo desde el siglo pasado, concretamente desde los años 40 gracias al trabajo de gente como Alan Turing y con el nacimiento de conceptos como “neurona artificial” y dando el salto a algo más práctico en las décadas posteriores con el nacimiento de cosas como los “sistemas expertos”. En resumen, lo que conocemos por IA no es más que un conjunto de distintas herramientas y algoritmos generados para imitar la inteligencia humana que llevan con nosotros desde hace más de 80 años.

La inteligencia artificial abarca muchísimos campos distintos entre todas sus subramas utilizándose para distintos ámbitos. Tenemos el aprendizaje automático o “machine learning”, el aprendizaje profundo o “deep learning”, los procesadores de lenguajes, los algoritmos generativos, la visión artificial, la robótica y mucho más. Veamos un par de ejemplos para ponernos en contexto. Primero usemos una cosa que yo mismo he hecho, mi TFG, el cual era una herramienta que servía para analizar datos futbolísticos para hacer distintos análisis de rendimiento y predicciones. Aquí es donde entraba la parte de aprendizaje automático, ya que a través de miles y miles de datos y una cosita llamada red neuronal construía un algoritmo que me permitía crear un sistema que aprendía de esos datos para generar un conocimiento. Es decir, al programita le daba unos datos y los transformaba en información palpable de interés. Esto se podía usar tanto para hacer predicciones como para valorar rendimientos, siempre y cuando estuviera bien montado y los testeos dieran una precisión aceptable. Es decir, usé IA para hacer un análisis de datos. Otro tipo de análisis que se puede realizar de una manera parecida es el de imágenes, el cual puedes crear sistemas que aprenda a detectar imágenes y patrones en esta para que aprenda a, por ejemplo, detectar distintos tipos de tumores en escáneres cerebrales. Otros ejemplos que podemos ver son los de inteligencias artificiales generativas como el de la página thispersondoesnotexist.com, que a través de una herramienta llamada “StyleGAN” consigue generar imágenes falsas a partir de elementos faciales de fotos de personas reales. Como vemos, la IA tiene muchísimos usos que van desde el análisis de datos hasta el reconocimiento de patrones pasando por elementos generativos que se usan en mil ámbitos como la mercadotecnia, ciencia y demás.


Después de estos párrafos anteriores donde hemos comentado que es exactamente la IA y unas líneas donde parecía que andaba alabándola y diciendo que no es más que una cosa maravillosa, entremos en el punto polémico que anda rondando internet en estos tiempos. El punto polémico viene dado por las herramientas GPT y generadoras. Este asunto va de como la inteligencia artificial, más concretamente la generativa, está entrando en apartados de diseño artístico, textos escritos y actuación de voz reemplazando y desprestigiando a artistas y trabajadores de todo tipo alrededor del mundo. Famosas son esas eternas discusiones porque un fulano con acceso a internet ha generado una imagen arrebatando tanto el trabajo como la propiedad de un artista que ha usado su tiempo y esfuerzo o las de traductores viendo como su trabajo está siendo destrozado por textos mediocres generados por ordenador. Mi opinión sobre esto es sencilla: es una mierda, es una puta mierda, perdón por mi lenguaje pero no hay por donde cogerlo. La polémica es obvia y la queja tiene todo el sentido del mundo por muchos motivos. Empecemos por el arte, ver como imágenes cutres generadas por ordenador no solo quita el pan de artistas que se merecían esa oportunidad o jornal sino que también les arrebata su arte previamente realizado sin compensación o vergüenza para enseñar a esta maquinita, programa, algoritmo o como quieras llamarlo es algo demoledor. Lo mismo pasa, por ejemplo, en traducción, un gremio que la vida no está siendo todo justa que debería con él y que ve como textos horribles generados automáticamente están haciendo que no solo desprestigien un trabajo poco reconocido sino que además está dejando en condiciones muy precarias a mucha gente (te pago una miseria por corregir un texto horrible que hay que descartar casi por completo en vez de darte un trabajo digno) o directamente sin curro. En esta situación también se encuentran actores de voz entre otros, vamos un montón de gente está viendo como una maquinita sin muchas luces puede destruir su forma de ganarse la vida, si no la están destruyendo ya.

¿De quién es la culpa de todo esto? Obviamente no es de toda esta gente porque poco o nada pueden hacer para defenderse ante este semejante atropello, y es que tampoco es de la inteligencia artificial en sí, es de las empresas que están haciendo estas prácticas. Yo lo reconozco, soy un amante de la IA, me encantan todas estas herramientas, me encanta cacharrear con cositas como redes neuronales (creo que soy una de las pocas personas que se lo pasó pipa haciendo su TFG) y le veo todas las maravillosas aplicaciones que tiene y puede tener, pero esta no es una. La clave de las IAs para mi es que son un conjunto de herramientas creadas para facilitar tareas, para servir de soporte, no para sustituir y destrozar. Las IAs sirven para facilitar todas esas tareas de procesamiento de datos para quitarle ese trabajo mecánico tedioso e infernal a personas para que puedan centrarse en lo importante, sirven como soporte para no darte la respuesta clave pero si para darte opciones y/o facilitarte estas (el ejemplo es el detector de tumores anteriormente mencionado), no para destruir cosas que no necesitan destruir. Las IAs están para hacer robots que aprieten tuercas en cadena de montaje para que un pobre pardillo no pierda la cabeza 8h al día por una miseria de dinero, no para que un artista no pueda volver a coger un pincel porque eso no le sirve para pagar el alquiler. Y la culpa de todo esto es de las empresas que empujan por esto sin ningún tipo de escrúpulo destruyendo empleos y robando datos de manera muy ilegal aunque aquí nadie haga nada por evitarlo, de los fulanos de marketing que empujan estas cosas sin tener ni puta idea de cómo funciona esto, porque por saber ni sabrán que significa “RMSprop” o que es “Tensorflow”. También es culpa de los políticos que no regulan este atropello, y si me apuras también es culpa del consumidor idiotizado que dice “jojojo la IA hace mejor trabajo que tú” ante cualquier basura que hace una web random.


Vamos a ir cerrando así que planteo la pregunta del millón, ¿es la IA el futuro?, y más concretamente, ¿este futuro de verdad es tan negro? La inteligencia artificial no es el futuro porque, como hemos visto y como tres búsquedas en Wikipedia demuestran, lleva con nosotros desde tiempos inmemoriales. Lo que pasa es que ahora es el término mágico que vende productos como antes eran “big data” o “blockchain”. Lo más seguro es que en el 80% de las veces que alguien pronuncie estas dos palabras no sean más que un falso reclamo para ver si algún tolai cae en esa treta para que pase por caja. La cosa es que sí que hay una parte donde no ha entrado la IA y ahí donde el futuro es negro, en toda esta parte artística mencionada. Pero aquí hay una cosa que mucha gente no tiene en cuenta, que mucha gente pasa por alto. Podrán decir que esto está creciendo de manera exponencial, que cada vez hace las cosas de manera mejor, que Skynet tiene otro nombre y que por ahí se está creando la versión real del T-800, pero nada más lejos de la realidad. La cosa es que esta inteligencia sí que imita muchísimos aspectos de la humana de manera muy buena pero es que hay una que se le escapa por mucho que lo intente: la emocional. Esa es la respuesta a muchas cosas, ¿por qué esta imagen no me genera la misma sensación que una hecha por una persona? ¿Por qué esta traducción carece de chispa? ¿Por qué esta actuación de voz resulta rara? Por un motivo muy simple, no tiene alma, no tiene emoción detrás, no tiene esa alegría que una persona le aporta a su obra mientras la hace porque simplemente no puede replicarla. Puede aprender y copiar patrones de colores, frases hechas y entonaciones distintas, pero nunca va a entender por qué todas esas cositas entran en acción. Y es así de simple, puedes ser todo lo alarmista que quieras pero no van a conseguir eso, van a conseguir analizar datos y detectar patrones de puta madre, pero no va a haber alma detrás.

Entonces, ¿por qué ahora intentan meternos la IA hasta en la sopa si no es el futuro tan brillante que comentas? Simple, dinero. Las empresas quieren dinero, y si el sacrificar un poco de calidad implica un aumento de beneficios te juro que van a vender a su abuela al por mayor si hace falta. Esa es la cosa, el producto final va a ser siempre peor pero a la empresa le da igual, le da igual que el libro que vayan a vender tenga una portada lovecraftiana en el mal sentido de la palabra y una traducción horrenda y carente de lógica, si la ligera pérdida de ventas es compensada por lo que se ahorran automatizando esto pues van a tirar para adelante. Incluso en el peor de los casos seguirán apostando por ello, porque si una empresa comete el tiro en el pie de despedir a un departamento entero para sustituirlo por IA y les sale horriblemente mal siempre podrán recontratar a esta gente pero en un puesto nuevo de correctores de estas herramientas, lo que significa mismo curro y menos sueldo. La clave está literalmente en nosotros como clientes, nosotros tenemos la oportunidad de decir que no queremos esto y exigir un trabajo competente realizado por personas reales. Pero no solo es quejarte, pasa por caja también, si quieres apoyar a un dibujante compra sus productos, si quieres apoyar a un traductor o actor de doblaje compra una obra o paga un servicio en el que trabaje o haya trabajado, y si no puedes pagar siempre te queda el maravilloso acto de alabar su trabajo y ser critico cuando toca, algo que cuesta la friolera de 0€. Pero una cosa está clara, si tragamos con esto poco podemos hacer por evitarlo. Veremos qué pasa, pero tiene pinta de que ahora más que nunca hay que exigir una cosa en todos estos trabajos artísticos: que haya alguien humano detrás.

Artículo Anterior Artículo Siguiente