Reyes de Europa

Ayer se acabó uno de los meses más esperados y celebrados por los fans del futbol en el viejo continente, ayer concluyó la Eurocopa 2024, un torneo que sin duda va a ser recordado como de una de las mejores competiciones internacionales en años tanto por lo vivido a nivel de futbol como por la victoria de España en esta edición. Hoy toca hablar de eso, de sacar mi lado futbolero y mi lado más fanático de la roja, hoy toca hablar de una copa de Europa de selecciones sublime y de una selección que se ha consagrado como el rey del viejo continente.


Arrancaba el pasado 14 de junio esta decimoséptima edición del torneo europeo de selecciones por antonomasia con un poquito de picante extra al menos para mí por lo poquito claro que pintaba este torneo. A esa clasificación algo vertiginosa no solo por la inclusión de los accesos vía Liga de Naciones sino también por las sorpresas en las repescas y en la clasificación se le sumaba una aparente ausencia de favorita. Era por una mezcla de todo que hacía que varias selecciones aparecieran en esa lista de posibles campeones, incluso variando esta según avanzaba el torneo entrando algunas selecciones, saliendo otras y algunas haciendo ambas en el transcurso de este. Mucha gente decía que la ganadora iba a ser o Francia o Inglaterra o la rejuvenecida selección alemana, dejando la gente de fuera y algunos de aquí a España cuarta en esta lista o incluso más abajo. Pasaba la Eurocopa y el combinado español entraba de lleno en ese puesto de favoritas junto a Alemania, Francia e Inglaterra generaban dudas gracias a su juego rácano y otras selecciones como Austria u Holanda encontraban sensaciones que luego desaparecían de un plumazo. Este fue uno de los factores que hicieron tan divertida la fase de grupos, una igualdad tan apabullante en muchos compases de dicha fase que nos dieron auténticas sorpresas: la eliminación de Croacia, el desempate de Dinamarca y Eslovenia por amarillas, el susto de Francia, el empate a cuatro puntos de todo el grupo E y el pase de Georgia como tercera al ganar a Portugal.

Pero sin duda los dos factores que hicieron entretenida esta fase de grupos y que de manera indirecta causaron todo lo comentado fueron dos: la geopolítica y el buen futbol. El primero sonará a absoluta coña y en verdad lo es pero en parte no, ya que los partidos de alta tensión vistos entre selecciones aparente menores que no se jugaban nada fueron sensacionales. Selecciones como Croacia, Albania, Turquía, Eslovaquia, Eslovenia, Serbia y Georgia nos dieron un festival de humor negro como de futbol entretenido a raudales. Las denuncias entre países de este de Europa vieron un pico en cuanto a cantidad estos meses, ver como se partían la cara dos países de estos o como dos selecciones que se enfrentaban entre sí se acordaban de una tercera (lo de Albania y Croacia con Serbia fue algo surrealista) fue sensacional sin duda. Estos piques regionales le dio chicha al torneo, más si toda la gente se sumaba al carro del humor negro en redes sociales, un humor negro que bailaba entre la comedia y algo denunciable que incluso avanzaba a más regiones como con ese Francia - Polonia bautizado por algunos como “el partido de la lista de la compra alemana”. Pero esto causo un efecto curioso, que la gente se tragase estos partidos considerado como tostón en teoría que acabaron no solo siendo un espectáculo fuera del campo sino también dentro. Que partidazos vimos en esos Croacia - Albania, Eslovenia - Serbia, Rumania - Ucrania o Turquía - Georgia. Fueron tan buenos en todos los sentidos que la petición a la UEFA de crear una Copa de los Balcanes fue enormemente apoyada en una mezcla de humor y realidad. Semana y media de futbol en su mayor expresión sin duda, una expresión que no nos la dieron ni Francia ni Inglaterra, nada de eso, nos la dieron los nuestros, los alemanes y los combinados aparentemente más débiles del torneo.


Pasada esta fase de grupos nos tocaba ver la fase de octavos de donde saldrían los dieciséis mejores de los veinticuatro clasificados, doce de manera directa y los cuatro mejores terceros. Todo seguía su cauce normal salvando las sorpresas de Turquía (eliminó a una Austria que había clasificado por delante de Francia y Países Bajos), Inglaterra (quien tuvo que evocar a la diosa fortuna en el descuento y la prórroga para no caer ante Eslovaquia) y Portugal (quien casi cae en penaltis ante Eslovenia). Luego pasamos a unos cuartos y semis donde España tuvo que pelearse a tumba abierta contra los cocos del torneo mientras Inglaterra sufría por pasar por el que fue sin duda el camino más fácil posible a la final. Dicho esto, ya queda claro quien se disputarían este trofeo continental: Inglaterra y España.

Aquí es donde ya entramos en harina, donde ya comentamos el torneo del combinado nacional de nuestro país, uno que sin duda ha sido el más épico y el de mejor calidad futbolística. Muchos entraban a esta Eurocopa dudando de las capacidades de esta selección española, entre los que yo me incluyo y no me escondo por ello. Muchos veían la victoria de la Liga de Naciones como el haber ganado un amistoso vanagloriado, como si hubieran ganado la Copa KONAMI, que otro gallo cantaría en la Euro. A todo esto se le sumaba un ambiente raro en torno a la selección, uno causado por prensa y afición mas todo el escándalo de la RFEF. Por ejemplo, si un día la prensa trataba a Luis de la Fuente como un mesías por puro revanchismo contra Luis Enrique al siguiente le ponían a parir porque prefería llevar a Ferran o Lamine por delante de Brahim. La afición estaba igual, había una sensación rara de que el seleccionador no tenía nivel y que solamente había llegado al cargo por ser conocido de Rubiales y su dirección deportiva (me incluyo también) cuando los éxitos cosechados en las inferiores de la selección deberían de haberle dado más bagaje, aunque en verdad cosas como esta no son de extrañar por lo ocurrido con Iñaki Sáez. Todas estas dudas quedaron desterradas en esos primeros partidos, pasando de ser una selección con ciertas posibilidades a ser una de las dos favoritas gracias al juego tan eficaz y entretenido mostrado en la fase de grupos. España pasaba como primera de grupo y llegaba a octavos invicta y sin haber encajado un gol, le esperaba una Georgia que solo pudo dar el susto al comienzo del encuentro tras no aguantar un enviste constante que hizo que perdieran 4-1. A partir de aquí llegaba lo difícil, lo jodido de verdad. En cuartos tocaba Alemania en la que era considerada la final anticipada por antonomasia, una eliminatoria igualada a más no poder donde ambas selecciones dieron motivos de mucho peso para pasar pero que al final un gol de Mikel Merino en el 119 daba la victoria a los españoles tras un encuentro sensacional de Dani Olmo. Llegaban las semis y llegaba la segunda final anticipada al ser la rival Francia, partido contra una de las favoritas teniendo ausencias tan duras como la de Carvajal o la de Pedri. Aun con esas, España remontó para ganar por 2-1 ante una Francia con un juego sumamente triste y rácano que solo consiguió brillar en el gol y poco más.

La final estaba definida, España se jugaría el trofeo contra Inglaterra, una selección que buscaba ser la reina absoluta del continente contra otra que buscaba ganar un título que tanto se le ha escapado a una de sus mejores generaciones. Y, como no, el futbol es un deporte que juegan once contra once y siempre ganan los españoles, porque a ganar finales europeas no nos supera nadie. Tras una primera parte igualada por una intención clara de ambos combinados de no perder los muebles, España se adelantaba en el 46 gracias a la genial dupla Lamine-Nico, pase del primero y gol del segundo. Tras esto, Inglaterra no quería dar por perdido el sueño de catar oro otra vez y, tras aguantar múltiples envestidas, Cole Palmer igualaba el marcador con un golazo desde fuera del área pegando el balón rasito al palo derecho de Unai quien poco pudo hacer. Pero por algo dicen que el futbol es la vida en noventa minutos, porque en la vida puede pasar de todo. Como si el dios de la redonda estuviera jugando con nosotros, el partido saltó por los aires en el 86 cuando Oyarzabal puso el 2-1 en el marcador tras un sensacional pase de Cucurella. Pero este no fue el último gol que vimos porque hubo un cuarto en el partido, uno que no subió al marcador pero que sin duda fue como si de un tanto se tratase, un tanto anotado por Unai Simón y por Dani Olmo. Córner en el 89, la colgaba Cole Palmer, remataba solo Declan Rice, paraba sensacionalmente el vasco pero con la mala fortuna de que Guéhi cazaba el rechace, un segundo remate que salvaba de manera magistral el oriundo de Tarrasa en la línea, Bart Simpson para los amigos. Tras esto y un añadido de infarto, la selección española vencía a los ingleses para ganar su cuarta Eurocopa y convertirse en los reyes del futbol europeo a nivel de selecciones.


Sin duda alguna, esta Eurocopa ha sido redonda para muchísima gente. Ha sido redonda para los fans del futbol, ya que la dosis de balompié en su máximo esplendor ha sido constante. Todos los días podías enchufar la tele de 15:00 a 21:00 sabiendo que, como mínimo, un partido iba a salir muy bueno. Si a esto le sumas la tensión que da una fase de grupos que ha necesitado de calculadora siempre incluso para contar las amarillas pues te queda una Eurocopa genial, posiblemente el mejor torneo internacional en muchos años. Pero es que también ha sido redonda para nosotros, los españoles, los fans de la roja, porque no solo hemos visto a nuestro país salir campeón sino que hemos visto mucho más. Hemos visto un futbol inteligente y divertido de principio a fin a manos de un Luis de la Fuente que ha despejado todas las dudas y ha silenciado todas las críticas de manera clara. Hemos visto nacer a una dupla formada por Nico Williams y Lamine Yamal que puede dominar el futbol internacional por muchos años. Hemos visto a un veterano amado por todos como Jesús Navas dar su último baile. Hemos visto a un chaval como Marc Cucurella pasar de ser cuestionado por todos a bordarlo en el torneo a base de currar. Nos hemos enamorado de un jugador al que tanto hemos odiado los no madridistas como Dani Carvajal gracias a ser el más listo de la clase y un tío con un esfuerzo y una confianza en sí mismo inigualables. Hemos visto nacer a la próxima gran estrella mundial en ese chavalín catalán de 17 años. Hemos visto como dos españoles llamados Dani y Rodri se convierten en candidatos serios a ser el segundo balón de oro del futbol español. Hemos visto a grandes rivales unirse por una felicidad superior a ellos, y no hablo solo de futbolistas. Hemos visto ganar a España en convertirse en la selección con más títulos europeos. Hemos visto sin duda la coronación del rey de Europa.

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