Review AEW All In 2024: las leyendas merecen estos momentos mágicos

Si enero es la época grande de NJPW y abril la de WWE entre otras, sin duda estos días finales de agosto son las fechas marcadas en el calendario de cualquier fan de AEW. Si para la primera es por Wrestle Kingdom y para la segunda por WrestleMania, para la compañía de Tony Khan es por All In, evento que sin ningún tipo de duda se ha convertido en el gran show de la compañía. El año pasado fue por recinto, cartelera y aforo entre otras cosas y AEW busca repetir ese mismo efecto en el mismo recinto, con algo menos de público pero una cartelera que puede mejorar gratamente la de la edición anterior. Wembley, algo más de 50.000 personas y un Swerve Strickland contra Bryan Danielson en un combate de título contra carrera en el evento principal entre las grandes luchas que tiene la cartelera, que empiece la velada.


AEW WORLD TRIOS CHAMPIONSHIP: THE PATRIARCHY © VS BANG BANG GANG VS HOUSE OF BLACK VS BLACKPOOL COMBAT CLUB

Que mejor para arrancar el megashow por excelencia de All Elite Wrestling que con una de las especialidades más típicas y que mejores resultados ha dado en la compañía: un combate de escaleras. Un combate que surge debido al puro caos: los miembros de Bang Bang Gang pierden los campeonatos al lesionarse Jay White y no poder usar a Juice Robinson como sustituto por reglas del campeonato, luego estos pierden una lucha por los campeonatos vacantes contra Christian Cage y la familia del patriarca, entre todo este lio se ve involucrado la casa de Malakai Black y a mayores PAC junto al Blackpool Combat Club ganaron el cuarto puesto del combate la misma semana del evento. Vale, pifostio explicado, de bastante mala manera pero explicado, así que pasemos a lo importante, el combate.

Si este baile de títulos y rivalidades ha sido caótico a mas no poder, el campeonato también lo fue en su medida. Como combate de escaleras de AEW tuvo lo que suele hacer interesante los combates de escaleras de la compañía: caos. Pasó de todo, hubo de todo, simple y sencillo, tener a doce tíos dándose de piñas de todas las formas posibles te da esto. Por haber hubo la tan amada parafernalia de Christian Cage y su familia donde vimos al propio Cage esconderse para evitar el castigo y descolgar las correas cuando el camino estuviera libre. Tanto protagonismo quería Christian que incluso evitó que Killswitch descolgase los campeonatos porque quien debería de darle la victoria a su equipo era él. Curioso cuanto menos, porque ese afán de protagonismo le costó la victoria a su equipo, siendo los afortunados la nueva iteración del Blackpool Combat Club con el nuevo miembro teniendo el protagonismo. PAC descuelga los campeonatos, tenemos nuevos campeones. Unos veinte minutos de lucha con momentos muy top pero al que le pesó sin duda la duración, no porque se sintiera eterno o nada sino porque se apreció que con menos tiempo hubiera quedado mejor. Esto lo digo por cositas vistas como puede ser la repetición de un mismo spot varias veces, muchos ratos pequeños donde no ocurría casi nada transcendente y un final donde no quedaban ases bajo la manga porque ya habíamos visto todo lo bueno. Dicho esto, opener perfecto para la velada, combate movidito con momentos y spots de calidad y para el recuerdo (Juice perdió a toda su descendencia de manera brutal por ejemplo).


AEW WOMEN'S WORLD CHAMPIONSHIP: "TIMELESS" TONI STORM © VS MARIAH MAY

Es turno de posiblemente una de las mejores historias, si no es la mejor, en los cinco años de existencia de AEW. Una historia cocinada a fuego lento, con calma y cariño basándose en el cine clásico de Hollywood. Estamos hablando de este duelo lleno de rabia y odio entre “The Glamour” Mariah May y “Timeless” Tony Storm. Todo arranca en agosto del año pasado cuando Tony Storm empieza a adoptar un personaje al estilo del Hollywood en blanco y negro tras perder el campeonato mundial femenino de AEW. Esta nueva personalidad fue evolucionando poco a poco hasta recuperar el campeonato y llegar al máximo apogeo del personaje. A esta historia se le suma por las fechas de noviembre un nuevo personaje, Mariah May debutaba en AEW bajo la enseñanza y tutelaje Toni, aunque la historia tomaba tintes claros del clásico “Eva al desnudo”. Cumpliendo dicha profecía, Mariah May traicionaba a su maestra con miras a convertirse en campeona. El plan funcionaba, la joven luchadora seguía el plan de Eve en esa película y conseguía ese puesto estelar a través de ganarse la confianza de la gran estrella para arrebatarle el foco cuando menos se lo esperaba. Tras un año desde el comienzo de la historia, el capítulo final de esta historia llegaba. ¿Fallará Mariah May en la consecución de su plan? ¿Caerá Toni Storm al igual que lo hizo Margo en el film de 1950?

La rivalidad mejor construida en el último año de AEW, y posiblemente la mejor construida en toda la historia de la compañía, tenía en All In un escaparate perfecto y una posición en la cartelera horrenda. Si una cosa es conocida en el wrestling es que, quitando el evento principal, el primer y el penúltimo combate son las mejores posiciones de la cartelera, siendo la peor sin duda ser el segundo duelo de la noche. Justamente, esta rivalidad encontraba final en esa posición de la morralla, algo completamente inmerecido. Aun con esas, ambas luchadoras consiguieron sin duda alguna dar un combate casi a la altura de lo esperado porque no fue perfecto como la historia pero si muy bueno. Era un duelo de héroe contra villano perfecto, tan perfecto que Mariah May fue la mala de la película en su país natal con su familia en primera fila. Abucheo para la local, incluso con un momento con dicha familia. No me jodas, es de perfecto “heel” abofetear a tu propia madre y darle ese amor familiar a Nigel McGuinness. En ese momento el combate podría ir a mejor, ya que la balanza se movió tras un brutal Storm Zero de Storm sobre la escalera metálica que hizo sangrar profundamente a May. A partir de aquí, y con un ritmo estable, todo fue a mejor de manera sensacional, llegando a esa marca de unos quince minutos con un spot final sencillamente brillante. Toni Storm tuvo la victoria en sus manos, pudo golpear a su antigua amiga con el mismo zapato que le hizo sangrar, pero la sensación de hacer lo correcto y unas lágrimas de cocodrilo enormes hicieron que May ganara la ventaja suficiente para convertirse en la nueva campeona mundial femenina. Victoria con el Storm Zero de su oponente para poner fin a un reinado sensacional y a una historia aún más sensacional.


FTW CHAMPIONSHIP: CHRIS JERICHO © VS HOOK

“No puedes decepcionarme si no espero nada” es una muy buena frase de utilidad amplia en la vida, y tan útil es que la he podido usar en este combate y rivalidad. En esta rivalidad pasó lo que siempre pasa cuando Jericho hace algo en los últimos años: dura más de lo que toca. Una historia que surge porque el joven Hook reniega de los consejos del veterano Jericho y este, en venganza, no solo le roba su campeonato FTW sino que se convierte en el “Learning Tree”, una persona que acoge bajo su sombra a luchadores los cuales buscan mejorar y llegar a la cima entregándoles su conocimiento del negocio. Putísima mierda de historia oiga, más cuando Chris se ha pasado todo este tiempo diciendo que “sigue siendo una mente brillante” y que “no necesita retirarse porque sigue estando en un estado de forma sensacional” (ojalá esto lo hubiera dicho dentro del kayfabe pero os aseguro que ese no es el caso). Le he dado cera a lo ocurrido todos estos meses pero, ¿y el combate qué tal? Pues igual de malo. La cosa es así, lo que lleva salvando estos últimos años a Chris Jericho es o tener un personaje interesante o rodearse de gente talentosa la cual le da ciertas alas. La cosa es la siguiente: su personaje actual es horrible y la gente con la que se rodea debería de esta en historias lejos de él (así lo demuestra que el más vitoreado del encuentro fuera Big Bill). Ahora solo le queda un ego gigante y un cuerpo de 54 años con una capacidad física lejos de lo ideal. Spots estúpidos como lo del cricket y un final absurdamente predecible con Hook haciendo rendir a su rival pusieron fin a un combate y rivalidad que nunca deberían de haber llegado a All In y que, por pedir, tampoco debería de haber existido. Ah, por cierto, ¿broche de oro a esta bazofia? Miniconcierto de Fozzy antes del combate, madre del amor hermoso.


AEW WORLD TAG TEAM CHAMPIONSHIP: THE YOUNG BUCKS © VS FTR VS THE ACCLAIMED

Visto para sentencia el primer combate titular por equipos de la noche, quedaba este posterior enfrentamiento por el campeonato de parejas de AEW, el cual nos daba a los tres equipos top de la división viéndose las caras en Wembley. Esto suena bien, pero si has seguido de manera regular la programación de la compañía no te sorprenderá si digo que este combate es uno de los menos esperados/deseados de la noche. Una rivalidad construida de manera floja con unos campeones que han decaído bastante justo a partir de la noche en la que ganaron los campeonatos. Quitando los detallazos de FTR y los Young Bucks a Bret Hart y los Beatles respectivamente, Anthony Bowens teniendo a 50.000 personas en la palma de su mano y el horrible rap de Max Caster (como de costumbre últimamente), el combate fue normalito tirando a bueno. Al igual que con el duelo inmediatamente anterior, mis expectativas eran bajas a pesar de quienes estaban en el ring. La construcción de esta historia me pareció tan floja que un aparente combate entre los tres equipos más grandes de la historia de AEW no despertó mucho en mí. Tuvo sus cositas obviamente, por ejemplo ese spot en el que Max Caster hacía junto a sus oponente los movimientos más icónicos de cada pareja fue top, pero que este ferviente publico ingles se pasase gran rato del combate en un silencio sepulcral denota que todo esto no fue para tanto. Al final, al igual que el combate, resultado que deja tibio, victoria no muy limpia de los campeones para retener sus preciados cinturones. ¿Y para cerrar un combate tibio? Pues un segmento tibio, ya que la aparición de Grizzled Young Veterans no levantó muchas emociones. Veremos los planes de la división en lo que queda de año pero de momento la actualidad es bastante meh.


CASINO GAUNTLET MATCH

Sin duda alguna este Casino Gauntlet es todo lo divertido del wrestling en una sola estipulación. Media horita del Royal Rumble de AEW donde tuvimos regresos emocionantes, sorpresas gratas, debuts, interacciones inimaginables en el ring y mucha diversión.  Esta fantasía de lo absurdo arrancaba con un Orange Cassidy que tuvo un video introductorio al puro estilo Mr. Bean y una unidad de pirotecnia junto al siempre icónico Kazuchika Okada. A partir fue el festival de la locura: el regreso de Nigel McGuinness a un cuadrilátero, la aparición de “Mr. G1” Zack Sabre Jr., el debut de Ricochet, Jeff Jarrett estampándole una guitarra a Adam Page y muchas otras cosas. Fue literalmente como viajar en una montaña rusa donde todo eran bajadas y no había casi ninguna zona aburrida de subida, una constante sensación de alegría y euforia que pocas veces he vivido. Era como ver un familiar cercano de la mencionada batalla real de WWE, un familiar con las misma forma de ser pero lleno de esteroides y encocado hasta las cejas que vive su vida rápido y con una sensación de adrenalina estúpidamente grande (gente no toméis estas cosas por favor). Dejando la metáfora de la politoxicomanía, fue un encuentro soberbio con un final tanto redondo como inesperado, porque quien mejor para ganar este combate y la consecuente oportunidad titular por el campeonato mundial que Christian Cage, quien encima se robó la victoria al más puro estilo Christian Cage. En resumen, maravillosa experiencia esta la del Casino Gauntlet sin duda alguna.


AEW AMERICAN CHAMPIONSHIP: MJF © VS WILL OSPREAY

“Señoras y señores, es turno del combate por el campeonato americano, ¡pónganse en pie por la llegada del héroe nacional! … ¡Maxwell Jacob Friedmann! ¡M-J-F!” Esta ha sido la tónica del último mes, una en la que MJF traicionó a todos sus fans solo para conseguir oro y una victoria moral. Tras un regreso lleno de cariño por parte de los fans, este decidió volver a su faceta más reconocible lesionando a Daniel Garcia y marcando a Will Ospreay como su objetivo. No solo venció al británico y le arrebató su preciado campeonato internacional, también tiró a la basura este título para poner en el mapa su propia versión: el campeonato americano de AEW. Consagrado como el héroe patrio estadounidense, MJF encaraba esta recta a All In con una revancha en el horizonte, una que podría parecer un simple duelo titular de patria contra patria (o de patria contra resto de patrias), también era uno por el orgullo. Will quería venganza, MJF quería hundir aún más en la miseria al hombre que le arrebató el cariño de los fans cuando no estaba. Construcción simple, ganas por las nubes.

Empezar con mejor pie es imposible, ya que Will Ospreay cumplió su sueño tras ver como 50.000 personas coreaban su nombre mientras este entraba al ring con una colaboración junto a Assassin’s Creed, mientras MJF se consagraba como el verdadero sueño americano portando los colores de su bandera al estilo combinado de Apollo Creed y Lex Luger mientras todo Wembley coreaba su tema. Con un público encendido, estos dos tenían como objetivo superar su buen y largo combate visto en Dynamite 250, algo que sin duda consiguieron en un tiempo de 25 minutos. Primero fue porque Will Ospreay es un gran “face” y MJF un aún mejor “heel”. La personalidad y habilidad de Ospreay hacen que sea un ser entrañable y querido, mientras que MJF es un maestro en esto de ser el villano clásico del wrestling, un villano tramposo y chulesco que consigue que todos le odien en los shows pero que esas mismas personas le reconozcan como un fuera de serie. También lo fue por lo obvio, porque fue un combate jodidamente bueno, juntar a dos tíos que luchan bien contra cualquiera y que además tienen una química única en el ring es imposible que salgan mal. También lo fue por los spots que vimos cómo el momento en el que MJF casi le parte el cuello a Ospreay con un Piledriver o cuando Billy asesinó por accidente a un cámara con su Hidden Blade. Y por qué no decirlo también, fue un gran combate por su gran final, uno en el que Danny Garcia se cobraba venganza contra MJF distrayendo al campeón cuando buscaba ponerle punto final a la lucha, una que cerró la victoria de Ospreay y el regreso del título internacional gracias a su devastador Tiger Driver. Espléndido trabajo de ambos que nos ha dado, como es lógico, un espléndido combate.


TBS CHAMPIONSHIP: MERCEDES MONÉ © VS BRITT BAKER

Viendo cual era el siguiente combate me hice una pregunta bastante interesante a mí mismo: ¿de verdad Britt Baker es tan mala luchadora como la pintan? La respuesta a esta dura reflexión fue clara: si rotundo. Es una luchadora que nunca me ha despertado un interés grande, y a pesar de que tuvo esos grandes combates como esa sangría contra Thunder Rosa, nunca la vi como un talento top de verdad, le faltaba algo. Primero pensé que era cosa mía, luego cuando la discusión cambió pensé que esas charlas de sobrevalorada eran mentira. Ahora no lo pienso, lo creo. Es más, no la llamaría sobrevalorada porque queda claro que no es tan buena en el ring. La cosa quedó clarísima en este combate de All In, uno en el que Mercedes Moné demostró de manera obvia está a una distancia insalvable en cuanto a calidad. Era estúpido, Mone hacia mejor todo, se vio incluso como una misma secuencia realizada por ambos en un caso se veía rápida y fluida mientras que en la otra era lenta y torpe. Se apreciaba de manera clara, Mercedes Moné hizo todo lo posible para rascar algo de Britt mientras que Baker no consiguió rascar algo decente de la que es de manera obvia una de las mejores luchadoras del panorama norteamericano actual. La lucha fue dura de digerir porque era obvio que solo funcionaba uno de los dos engranajes de esta maquinaria. El resultado fue un combate insulso y flojo, y aunque duela decirlo porque no soy de poner etiquetas ni de apuntar el dedo a alguien, la culpa fue claramente de una de las dos participantes. Viendo esto y, por qué no decirlo, ciertas cositas del backstage que han salido a la luz, ¿de verdad merece la pena poner en esta posición a Britt antes que a gente increíblemente talentosa y como Hikaru Shida o Athena? No lo sé, el tiempo dirá, lo único que puedo decir es que esto fue una lucha no muy buena.


TNT CHAMPIONSHIP: JACK PERRY © VS DARBY ALLIN

Ante una velada de wrestling de todos los tipos y todos los colores nos quedaba nuestra dosis de violencia y barbarie, y que mejor para ello que un combate de ataúdes entre el chivo expiatorio y emo suicida de la compañía. Esto pintaba cojonudo desde el minuto menos uno incluso viendo como Jack Perry entraba con una bolsa para cadáveres y Darby Allin tenía toda la cara llena de chinchetas pegadas. Incluso desde que empezó la acción se vio que había ganas de fiesta, ni tres minutos y ya habíamos visto tanto una estampada contra el ataúd como la aparición del legendario cristal. No era una luna de cristal pero sirvió para rememorar ese “Cry me a river!” (y también para que los fans cantasen “Fuck CM Punk!” a bastante buen volumen). Todo seguía un buen curso, el uso de esos cientos de cristales rotos, Darby haciendo skate sobre su oponente y demás. La cosa seguía mejorando, ya que Jack Perry lanzaba a un Darby con pies y manos atadas a una mesa desde lo alto de la rampa, una imagen brutal. Después de esto lo metía en esa bolsa comentada al principio, luego en el ataúd, cerro la tapa, fin. Espera, ¿cómo qué fin? ¿se ha acabado ya? Pues sí, de manera sorprendente esto solo duró unos miseros diez minutos, unos diez minutos que estaban siendo geniales pero que se acabaron de repente y de manera muy anticlimática. Como guiño a los fans al menos tuvimos una aparición increíblemente celebrada de Sting yendo al rescate de su buen amigo y antiguo compañero para evitar que este fuera quemado a lo bonzo. Buen resultado, gran aparición sorpresa pero un combate decepcionante, estuvo bien pero pudo ser bastante mejor.


AEW WORLD CHAMPIONSHIP: SWERVE STRICKLAND © VS BRYAN DANIELSON

Con todo esto llegábamos al evento principal, al último combate de la noche o, mejor dicho, al combate. Esta era la lucha, no de toda la velada sino de posiblemente toda la historia de la compañía, era una noche o donde veríamos gloria absoluta o un adiós doloroso de reconocer. Era el encuentro entre un campeón sensacional como Swerve Strickland que defendía su corona ante el que es el mejor luchador de todos los tiempos, Bryan Danielson. Era una lucha vital, no solo por quienes formaban parte sino porque podría suponer el fin de una carrera de leyenda, ya que Bryan Danielson asimiló que si en esta oportunidad no conseguía ganar el campeonato nunca lo haría, no solo por lo cercano de dejar el wrestling a tiempo completo sino por directamente su retiro. Efectivamente, este combate era uno de título contra carrera, en Wembley vería su fin o un reinado icónica o una carrera icónica. 

Sinceramente, con la historia, los participantes y el escenario disponibles era la oportunidad perfecta para crear algo mágico porque es una de las pocas veces en la que puedes crear algo en este espectáculo circense lleno de humos y espejos: realidad. La cosa de la lucha libre es que todos, tanto fans como gente que la ignora, sabemos que es preestablecida (que no falsa per se porque muchas cosas son reales), que los resultados están fijados desde antes que suene la campana inicial. Cuando vemos un combate sabemos que hay un plan, una historia, un guion, y aunque a veces este puede ser increíblemente impredecible esto no cambia el hecho de que ya se ha decidido quien gana y quien pierde. Aunque hay veces que ocurre algo rarísimo, hay noches donde brota la magia, hay veces donde se te olvida todo esto y sientes que es real. Esta noche era una de esas veces, era una de esas ocasiones donde ese rato hora largo de wrestling se vive como nunca porque ese factor de lo impredecible es real, porque la emoción es real y porque las consecuencias son reales. La pasión de un estadio de Wembley con más de 50.000 personas cantando “Final Countdown” o coreando cada acción de Danielson era real, la sensación de ser la última bala de Bryan en esto de lograr otro campeonato mundial era real, el miedo de que Swerve fuera un muro insuperable era real, el amor por el deporte y por su familia del dragón era real, las consecuencias de ganar o perder eran reales, el wrestling en esta ocasión era real.

Esa realidad hacía que todas las emociones sentidas fueran hasta el máximo: la euforia en los momentos donde Bryan Danielson se sobreponía a su rival, el respeto absoluto a Swerve como campeón por la amenaza que representaba, la sensación de tristeza cuando Bryan estaba cerca de la derrota o la de alegría máxima cuando tenía la victoria a su alcance, el agobio y ansiedad de saber que podría darse el retiro y, al final, la alegría. Al final, All In me dio a mí y a muchísimos aficionados, por no decir a todos, una sensación de alegría tan grande que no pude evitar que algunas lágrimas saltasen. Porque si, Bryan Danielson hizo rendir a Swerve Strickland en el medio del ring al igual que hizo con Batista diez años antes en Nueva Orleans en el que es considerado uno de los momentos más icónicos de este deporte. Estallaba la alegría, Bryan Danielson era campeón mundial de AEW, Bryan Danielson seguiría un poquito más en el ring. Una alegría real para los fans por el resultado y la gran celebración para la hemeroteca que surgía, para Bryan porque pudo compartir el que es el mejor momento de su carrera con su mujer y sus dos hijos, para su mujer e hijos porque vieron como papá ganaba entre el clamor y el cariño popular, para sus compañeros del Blackpool Combat Club e incluso para Swerve porque sabe que ha tenido un reinado simplemente perfecto con un final aún más perfecto, joder es una alegría para todo el mundo porque todos amamos a Bryan Danielson. Por cosas como esta, por momentos tan especiales y mágicos es que amamos el wrestling. Viva la lucha libre profesional.


Si por mi fuera yo catalogaría esta segunda edición de AEW All In como sobresaliente con solamente el cierre del evento, dándome igual si todo lo demás fue una basura de proporciones bíblicas, porque ese momento es simplemente mágico. Dejando ese cierre de lado, AEW ha tenido en 2024 una segunda edición de su evento magno aún mejor que la del año pasado. No solo ha tenido un “main event” mejor, es que ha tenido para mí una cartelera mucho mejor construida. Si, ha tenido fallos como esos combates por el campeonato TBS y FTW o el de parejas, pero es que el resto ha cumplido como mínimo, incluso hemos visto una gran dosis de wrestling e historia genial. Un buen arranque al show, una historia inigualable con un cierre muy acorde, el combate “gimmick” de la compañía cumpliendo con creces y sorprendiendo, una gran rivalidad entre dos talentazos, algo de violencia y un momento para la historia. No solo es la mejora en la cartelera, también se ha apreciado que AEW ha aprendido de los errores (y que tendrá buena cantidad de dinero por un posible nuevo acuerdo televisivo) y ha mejorado una absoluta barbaridad en el apartado de producción. ¿Merece la pena haber sacrificado 20.000-30.000 asientos para darnos esta producción y escenografía? Pues si la verdad, para que mentir, porque incluso un show de 50.000 personas en Wembley va a lucir espectacular. Nos despedimos de este estadio por una buena temporada en la que es una buena idea no solo para descansar sino para expandirse a otros horizontes. Ya está escrito en piedra que All In visitará Texas en el primer show de la compañía en un estado estadounidense, también viajarán a Australia y Japón para hacer shows de gran calibre en búsqueda de seguir expandiéndose, y tampoco se olvidan de Inglaterra porque volverán a Londres el año que viene junto a NJPW. Resumiendo, opinión cortita y al pie: show de época.

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