Bendito futbol, deporte que levanta pasiones y genera emociones como ningún otro. Bendito futbol, la vida en noventa minutos como dice alguno, una vida que puede ser una montaña rusa de emociones que te lleva desde lo peor a la cima o que simplemente no hace más que decepcionarte y hacerte daño a niveles que nunca deseas. Sin duda alguna, “la cosa más importante de las cosas sin importancia” puede hacerte sentir algo miserable. Alguno se pregunta que puede estar pasándome para hablar así, y la respuesta que tengo es “ay amigo mío, esto se llama ser del Real Valladolid”. Hoy hablemos del porqué de todo esto, de los meses de mercado veraniego más lamentables que recuerdo en mucho tiempo, hoy hablemos de como el Real Valladolid de la 24-25 se planta en la guerra de la permanencia con casi todo en contra o para conseguir una gran gesta o volver al abismo de segunda otra vez más.
No es mercado “Made In Pucela” si no hay un drama que eclipse el tema deportivo, ¿no? Pues efectivamente, ya que toda esta felicidad e ilusión por lo que viene que te da un ascenso se fue al garete por las dudas sobre el futuro del club despertadas por la posible venta de Ronaldo. Mientras se debatía sobre el futuro tanto en público como de puertas para adentro, el Pucela parecía dejar el tema mercado en stand by esperando a resolver esto, y si en verdad las cosas seguían funcionando de la misma manera a pesar de este asunto (seria lo lógico la verdad) tampoco se hizo mucho esfuerzo por tranquilizar a las masas y disipar las dudas. Mientras esto avanzaba hacia un punto definitivo, el Real Valladolid oficializaba solamente los fichajes y las ampliaciones supeditadas al ascenso como pueden ser las de Iván Sánchez, Sylla, Meseguer, Amath, Juric o Ferreira. Sin duda, y a pesar de que al final Ronaldo no vendió su parte del pastel, el comienzo de este mercado fue movidito por motivos ajenos a lo que es el mercado. A mayores de las ya mencionadas opciones de compra obligatorias y renovaciones por ascenso se suman la cesión de Cömert desde el Valencia y los fichajes en propiedad de Raúl Moro (uno en el que se apuraron las fechas a mas no poder) y de Stipe Biuk por las cifras de 2.500.000€ y 4.000.000€ respectivamente, elevando el montante total gastado a una cifra entorno a los 13.000.000€. Una cifra para nada pequeña que despertaba tanto algo de optimismo por ver la capacidad económica del club como preocupación al haber sido este casi todo el desembolso del Pucela, ganando la segunda opción como comentaremos en un momento. Todos estos nombres, más los jugadores que regresaban, eran los únicos movimientos del Pucela en no solo buena parte de estos meses sino en el mercado en toda su totalidad
A partir de aquí empezaron sucesos extraños e incomprensibles que nos han dado tanto el mes de agosto más raro como el más lamentable aquí en la capital castellanoleonesa en bastante tiempo. Primero otro caso Miguel de la Fuente, ya que al igual que el delantero actual del Lega tuvimos un caso de que un chaval del filial apellidado Aceves andaba a piñas con el club por temas contractuales, llevando a que este desapareciese del panorama por casi la completitud del mercado, En segundo lugar está la venta de Monchu al Aris Salónica griego por 3.600.000€, una venta que no creó decepción ni tristeza por el precio pero que sorprendió en su medida al ser tan repentina y por ser el balear uno de los pilares del mediocampo la temporada pasada. Lo siguiente fue la historia de nunca acabar en el José Zorrilla, otro fichaje que no acaba fichando por el club. A esas historias ya míticas de Sissoko u Ortuño se le suma la de Tiago Araujo, lateral portugués que llegó a estar diez días hospedado en un hotel con las fotos hechas y que acabó no firmando por el Pucela por motivos que no están claros, siendo la teoría más sonada la de problemas en el reconocimiento médico pero yo no descartaría unas posibles discrepancias económicas. Para quitarnos este sabor de boca (en teoría) el Real Valladolid decidió cerrar el fichaje de Juanmi Latasa para cerrar su delantera, una cifra de 2.500.000€ en una operación que incluye el famoso “50%” que incluye el Real Madrid, un fichaje que nos dejó tibios por sus pobres cifras goleadoras en estas dos últimas temporadas que el canterano merengue disputó en el Getafe. Pero el culebrón gordo tenía que llegar todavía, uno protagonizado de manera clara y lamentable por dos actores: Boyomo y el FPF. A falta de días para el cierre del mercado, el Real Valladolid anuncia la marcha de Enzo Boyomo al Osasuna por 5.000.000€ más variables y porcentajes de futura venta. La afición estallaba por muchísimos motivos relacionados a la venta, primero por unos aparentes problemas con el mencionado “Fair Play” financiero, segundo por la cantidad irrisoria de la venta y, por último, por debilitar la defensa de manera absolutamente brutal malvendiendo a tu mejor defensa para traer a cambio otro descarte del Valencia. ¿Y para que esta venta? Para nada, por cumplir con los criterios económicos de la liga en teoría, ya que aparentemente esta venta no fue parte de la inscripción de Latasa ni tampoco sirvió para reforzar otras posiciones. Con este cambio de cromos a tres bandas se cerró el mercado ya que, como acabo de mencionar, el Real Valladolid ni usó ni pudo usar nada de lo que tenía para reforzar otras posiciones como la banda derecha o el famoso lateral izquierdo. ¿Resultado? Una plantilla con peor defensa que la temporada pasada, sin un nueve goleador y con la ausencia de un lateral zurdo profesional.
Que semana final de mercado más dura para el aficionado blanquivioleta, ya que este pudo visualizar de pleno el páramo de plantilla, los aparentes problemas económicos del club y un 7-0 del Barça para completar este puñetero desastre a múltiples niveles. El aficionado del Real Valladolid empezaba el mercado con ilusión por ver como seria la vuelta a primera y lo acaba asumiendo que si hay permanencia es por demérito de otros tres o porque el villano de la 23-24 en Zorrilla se convierte en un héroe por obrar un milagro. La 24-25 para el Real Valladolid pinta feo, al menos hasta enero, ya que el Pucela se planta, como ya hemos mencionado, con peor defensa que en segunda y sin laterales izquierdos. No puedo hacer mayor hincapié en lo vergonzoso que es esto último, que un equipo profesional tenga que tirar de dos laterales diestros y canteranos porque ha sido incapaz de fichar tan solo un jugador profesional en esa posición es algo que no puede quedar sin repercusiones. El centro de la zaga es preocupante, el ataque también, pero no tener efectivos en una posición tan vital es una vergüenza. ¿De quién es la culpa de todo esto? ¿De las deudas del pasado que regresan en formas de contratos millonarios para dos muertos futbolísticamente hablando como Kenedy y Machis? ¿De que la dirección deportiva ha malgastado dinero en futbolistas que no se querían? ¿De que no hay un duro? Pues de todo un poco la verdad, posiblemente el único que no solo no sea culpable sino que sea una víctima más sea Pezzolano, quien imploraba por la llegada de un lateral izquierdo el mismo día para que luego Catoira diera por cerrado el mercado a falta de horas para el cierre (se marchó porque tendría que cenar o algo porque ni hacer el paripé para aparentar quiso). Todo esto deja un panorama desolador, no solo por la inutilidad comentada sino por la inoperancia mostrada, una que hace que esa rabia por un mal trabajo en el mercado se convierta en autentico miedo por temas económicos. ¿Tan jodido está el Real Valladolid para no poder ni siquiera fichar una unidad de lateral izquierdo? Absoluto pavor, más aún cuando piensas en un muy posible descenso.
Ese es el auténtico pavor, pensar en todo lo que puede pasar en una hipotética temporada 25-26 en la Hypermotion, un miedo real de que una planificación a medio gas sea la tumba de manera definitiva. Si ahora estás en muy mal lugar por esos contratos como el de Kenedy no quiero saber cómo sería esa situación en segunda sabiendo que a estos jugadores de alto gasto y nulo rendimiento todavía les quedaría un año como mínimo de vinculación. Es imposible no pensar en el panorama a medio plazo, yo por ejemplo creo que como no logremos la permanencia estaremos en un escenario Depor (descenso a tercera y a pelear por volver rápido en el mejor de los casos) o en un escenario Pucela (seguir siendo un equipo ascensor y seguir aumentando el récord de descensos en este siglo), y eso que no quiero pensar en una desaparición/refundación como he llegado a leer en redes. ¿La solución? La siempre comentada, que Ronaldo venda y se pire cuanto antes, que gaste las poquitas energías que usa en ser el presidente del Real Valladolid en seguir viendo tenis o en mamonear algo más en el Bernabéu. Es la única que parece viable a estas alturas para dar un volantazo corrector de rumbo sumamente necesario. Pero en estas vuelve a salir la eterna pregunta: ¿de verdad esta va a ser la solución? Pues no lo sé, no puedo predecir el futuro, pero sí que puedo sacar la hemeroteca para decir que estábamos en esta misma situación con Carlos Suarez. Mismos deseos, mismas esperanzas de limpieza y reorganización, ilusión absoluta por la llegada del brasileño que mira cómo ha terminado, igual o peor que el estado de ánimo creado por su predecesor. Al final es lo de siempre con este club, es intentar llegar a ese punto de abstracción donde todo esto no te llegue a hacer daño, es simplemente disfrutar de estar en primera como dicen algunos, pero es que cualquier mínimo pensamiento desmonta todo eso. No puedo disfrutar de estar en primera porque es donde debería de estar este club según la historia aunque a lo mejor debemos de dejar ese pasado, un pasado que dice que somos habituales y regulares en primera ya que el siglo XXI dictamina lo contrario. No sé qué más decir, esto es un sinvivir que me tiene hundido, sobre todo por ver como otros disfrutan con sus equipos mientras que a mi parece causarme más daño que otra cosa. Lo dicho, a rezar porque Paulo y sus muchachos obren un milagro aunque no tiene buena pinta, es lo que tiene ir a la guerra con dos palos y tres piedras.