Jonu Media se ha estado luciendo estas últimas semanas sin duda alguna, un festival y no precisamente una edición de su Jonu Fest la verdad. La vuelta de viejos fantasmas más la curiosa gestión de todo esto ha sido sin duda la tónica de este festival comentado, uno al que llego alguna que otra semana tarde con este post pero, como dicta el refranero nacional, más vale tarde que nunca. Hablemos de Jonu Media, de los impagos y retrasos, de cómo esto ha dejado una imagen pública no muy buena peor aún y cómo puede afectarle a la distribuidora en un futuro. Hablemos, en definitiva, de las #CosasDeJonu, que hay mucha tela que cortar.
La bomba estallaba a finales del mes pasado cuando la traductora conocida en Twitter como Hana (@DearMissHater) sacaba a la luz vía hilo aquí enlazado los graves problemas de impagos por parte de Jonu Media que sufría. De manera resumida, aunque recomiendo leer el hilo, la queja se generaba por la constante tardanza en la remuneración por su trabajo de traducción para la distribuidora de anime, habiendo pendiente por varios meses un pago superior a 750€ (que no era su primer caso de impagos con esta persona en concreto como cuenta en el hilo) a lo que se suma la deficiente comunicación entre ella y la empresa. Una polémica que volvió a reavivar el recuerdo de otras malas praxis anteriormente vistas que incluso se escapaban de Jonu y llegaban hasta Yowu, una que sin duda generó dudas de cara al consumidor de cómo de bien anda la empresa en este momento, aunque eso es secundario ante el lamentable hecho de que alguien no cobrase como tocase y cuando tocase por un trabajo dignamente realizado. Las dudas comentadas hacían que la atención se centrara de manera posterior en un solo punto aparte de la polémica en sí, uno que incluso Hana mencionó en su hilo: los posibles problemas de liquidez de la empresa. Dejando de lado la negativa y denunciable práctica de no poder o querer pagar a alguien porque patata, las miradas apuntaban en esa dirección: ¿está Jonu Media teniendo problemas económicos? Pues puede ser el caso o puede no serlo, nadie había confirmado nada, aunque lo que ocurrió poco después no sirvió para despejar las dudas.
El mismo viernes de esa semana Jonu tenía el que era en teoría el definitivo comienzo de los lanzamientos del año, ahora si que si todo arrancaba como indicaron en el mail con esas fechas finales titulado “FECHAS DEFINITIVAS PREVENTAS OTAKU EDITION JONU MEDIA” (con las mayúsculas y todo eh). El día 4 era el del primer lanzamiento, siendo este la OVA de Pájaro que trina no vuela, había ciertas ganas de verlo, en especial de los que la reservaron. Después de más de un año de espera desde el anuncio de la licencia tenemos queeee… no llega nada… ¿y el día siguiente?... pues tampoco. Primer retraso, uno que no sorprendió a nadie ya que, al igual que todas las veces anteriores, esas fechas escritas en lo que en teoría parecía piedra resultaron ser escritas en cartón-piedra. Con el siguiente lanzamiento si que llegó algo y no fue la película de Konosuba como tocaba sino el correo con las “fechas megadefinitivas ahora si que si creednos por favor™”. Con un correo lleno de guasa y vacío de vergüenza, anunciaron que casi toda su línea editorial en formato físico se iría hasta diciembre y comienzos del año que viene. Ninguna mención sobre el motivo, ninguna mención sobre si de verdad cumplirán con lo prometido, nada, solamente las nuevas fechas junto a un regalo y un descuento a modo de compensación estando todo esto rodeado de juegos de palabras cutres y de hashtags absurdos que en su conjunto sienta como si se estuvieran riendo de los destinatarios de dicho anuncio. Así se lo tomaron muchísimas personas, como que Jonu se estaba riendo de ellos, los clientes, un clamor que encendió este pequeño nicho de las redes y donde no solo vimos quejas sino también cancelaciones de estas reservas que nunca parecen llegar.
Viendo todo este percal salta la pregunta obvia: ¿qué está pasando aquí? Pues no se sabe, en verdad nunca se sabe con Jonu ya que, por ejemplo, te intentan vender que un retraso se da porque necesitan la aprobación de un regalo sorpresa sin anunciar que curiosamente ya había sido anunciado, eso si dan entrevistas o responden a las preguntas claro. Dentro de este desconocimiento porque aquí nadie dice lo que ocurre, huele fuerte a que sí que hay un problema ya comentado: falta de liquidez. Simple y sencillo, si Jonu no puede pagar a traductores ni lanzar ediciones será porque no hay parné para ello. Entonces, ¿qué puede hacer Jonu Media para solucionar este aparente pero no confirmado problema? Pues una de las soluciones que suelen usarse en estos asuntos ya lleva mucho en marcha, que es que los clientes paguen lo más pronto posible. Así llevan a cabo su negocio de distribución física, uno en el que pagas antes del lanzamiento cual crowdfunding pero sin ser tal según la propia empresa. Con esta opción descartada habrá que ver cual es la decisión tomada para solucionar este problema, un problema que no está para nada confirmado ni yo quiero darlo como 100% real y/o confirmado pero que sin duda resulta ser la opción menos mala de las posibles en estos casos ya que las otras son o una horrenda y poco profesional gestión de los tiempos o una tomadura de pelo fuerte que puede ser considerada estafa como la de Global Freaks dependiendo del devenir de la empresa y sus productos.
Con todas las cartas puestas sobre la mesa, ¿qué va a pasar? En el mejor de los casos tenemos que Jonu simplemente está gestionando muy mal algo que otras empresas medianamente serias del sector no tratan de manera tan mala. Están sufriendo de males como anunciar licencias cuando no tocan, dar plazos nada realistas o tener problemas de producción por motivos ajenos al económico más toda la mala comunicación con el cliente en torno a esto. Lo lógico es cambiar y dar con la tecla, cambios que podrían tener que ver entre otras cosas con su forma de publicitar y vender, no necesariamente cambiando el formato de las reservas sino acotando como toca esas fases antes de las salidas y sabiendo los plazos desde el comienzo de la preventa. Esto sin duda es imperativo ya que no solo la gente está dejando de comprar sus animes sino que incluso están cancelando reservas ya realizadas por esta práctica de anunciar algo que nunca parece llegar. Todo esto es en el mejor de los casos, uno en el que no hay un problema de pasta o similar pero, ¿y si ese es el caso? Pues, hablando en plata, están bien jodidos, porque si no tienen liquidez y están perdiendo futuros ingresos por culpa de esto cual círculo vicioso... A lo mejor no hay que cambiar solamente la forma de gestionar dichos plazos, a lo mejor pasa por cambiar cómo funciona de base este crowdfunding medio oculto indicando cifras objetivo y plazos como hace Tanuko por ejemplo. A lo mejor lo que toca no es toquetear esta forma de venta sino cambiarla por completo para pasar a un formato de producción y venta según demanda. A lo mejor simplemente no hace falta hacer ediciones coleccionistas sino sacar amarays simples como hacen Arvi y otras empresas. Posiblemente tocando cositas como las comentadas previamente puedan dejar atrás todas estas situaciones comprometidas o posiblemente ya estén tan hundidos en el fango que solo les queda tirar para adelante. La prueba de fuego es sin duda diciembre, más concretamente el 30 Manga Barcelona, ya no solo por su presencia en dicho evento (o ausencia de esta ya que no sabemos de momento si van a acudir) sino porque la megatanda de lanzamientos arranca por esas fechas. Posiblemente este era el plan tras este enésimo retraso o posiblemente no sea el caso viendo que Monster no se lanza a la par de la visita de Naoki Urasawa a nuestro país. Sea por lo que sea, el puente de la Constitución es clave para Jonu, ya sea empresarialmente hablando o al menos en cuanto a buena imagen pública se refiere (la poca que les queda vamos) y, siendo honestos, no confío mucho en que salga bien. Pero que sabré yo, al final estas #SemanasDeLocura entran dentro de las #CosasDeJonu, seguro que no hace falta montar un #DramaIntergaláctico porque #LasPreventasLlegarán tarde o temprano, ¿no?