El pasado domingo AEW llegaba a California, más concretamente al siempre icónico Staples Center, para traernos la última edición de Revolution. Con más de diez mil personas en vivo, los de Tony Khan buscaban transformar una cartelera absurdamente llamativa e interesante de principio a fin en un show para el recuerdo. En parte lo consiguió, y digo en parte porque este historial casi perfecto de nueve combates tuvo una mancha negra difícil de ignorar. Así que aquí os dejo mi análisis y opinión honesta de la edición de 2025 de AEW Revolution.
MJF VS "HANGMAN" ADAM PAGE
Para arrancar en este Staples Center (ni de coña lo voy a llamar Crypto.com Arena), AEW nos daba el combate entre “Hangman” Adam Page y MJF. Una rivalidad surgida de la nada gracias al choque de dos espirales: una donde Adam Page empezaba a cambiar de ser gracias a Christopher Daniels y otra donde MJF caía más bajo a pesar de salir victorioso sobre Adam Cole porque era el villano de una historia mal contada. Un choque que creció aún más tras el brutal ataque de MJF sobre Daniels, el hombre que consiguió cambiar el corazón de vaquero gracias a verter su propia sangre sobre la lona en el que fue su retiro. Se enfrentan dos pilares de AEW, uno que vino con el beneplácito inicial de los jefes y otro que tuvo que subir a la cima con medios no muy éticos, uno que es el villano favorito de los fans y otro que es odiado por ser el malo de una historia mal contada.
La lucha en sí fue de calidad aunque no todo lo buena que pensaba que pudo ser. Una rivalidad ciertamente llena de odio entre ambos luchadores y con un punto de inflexión en la historia personal de Hangman creo que mereció un poquito más que esto. Aunque, teniendo en cuenta que mis quejas son por pensar que podía haber sido otra cosa, lo que vimos estuvo bastante bien. No fue un despliegue de violencia causada por el odio entre ambos pero vimos a un Hanger haciendo las cosas como tocan (en cuanto a personaje babyface se refiere) frente a una versión “chickenshit heel” de MJF que siempre mola aunque todos sepamos que su cambio a villano fue repentino hace meses atrás. Esas ganas de querer partirle la jeta de Page junto a la chulería de MJF que muchas veces hace que le salga el tiro por la culata casan bien, quizás porque Page es un “babyface” natural perfecto mientras que MJF como malo nunca falla. Lo mejor de la lucha fue el final, uno donde Hangman se sobrepuso a Maxwell gracias a avasallarle con su “Deadeye”, un brutal “Angel’s Wings” y un broche de oro con su siempre confiable “Buckshot Lariat”. Un final que, en mi opinión, abre la puerta a una segunda lucha y a quizás algo más solamente por las palabras pronunciadas por el de New Jersey llenas de significado: “¡¿POR QUÉ TU Y NO YO?! ¡¿QUE TE HACE TAN ESPECIAL?! ¡¿POR QUÉ TU Y NO YO?!”
TBS CHAMPIONSHIP: MERCEDES MONÉ © VS MOMO WATANABE
Era turno de la primera lucha femenina de la noche, otra defensa titular de la triple campeona Mercedes Moné donde pondría en juego su correa TBS contra Momo Watanabe, quien gastará su oportunidad titular obtenida en Wrestle Dynasty en este combate. La lucha fue correcta en su base con un poquito de picante extra que siempre mola tener gracias a un par de spots bastante buenos que encajan perfecto en un “highlight reel”. Mercedes Moné demostró otra vez más que es una luchadora que, teniendo combates mejores y peores, siempre cumple dando combates buenos como mínimo, mientras que Momo Watanabe cautivó a extraños de su carrera y estilo como yo gracias a unas cuantas acciones visualmente atractivas y a tener dos piernas que deberían de ser catalogadas como arma blanca (joder que patadas mete manin). Un combate que me dejó con ganas de más, quizás por descubrir a una luchadora que me llama la atención una barbaridad como porque sentía que a esta lucha le podían haber sacado algo más. Quizás esta sensación de final adelantado tuvo que ver con que Momo se hizo daño en un spot cerca del final, no lo sé, lo único que conozco es que Moné sigue reinando tras llevarse la victoria en este encuentro para tener un reinado como campeona TBS que supera a todos los días que fue campeona mundial en WWE (que dato más duro si te paras a pensarlo). Siguiente gran parada: ¿Athena en All In?
SWERVE STRICKLAND VS RICOCHET
Si una rivalidad debería de ser estudiada por los novatos de la industria es sin duda esta, una donde Ricochet se ha revalorizado de manera absurdamente alta. De ser un midcard sin carisma y con poco talento al micro en WWE a ser uno de los mayores y más odiados heels de AEW. Todo esto no ha llegado por magia de la propia All Elite Wrestling, este no es el caso porque la andadura del susodicho no arrancó muy allá, es todo culpa del propio Ricochet, de como se ha construido a sí mismo. Estas semanas frente a Swerve han servido para encontrar su mejor versión como luchador, un malo con tintes de pringado y un ego subidísimo que puede permitirse esa chulería debido a que ha conseguido lograr cosas gracias a golpes de suerte que él mismo ha forjado gracias a trampas y otras pillerías. Si a esto le sumas que cuando coge el micro siempre está sensacional pues apaga y vámonos. Quien ha ayudado a todo esto son Swerve y Prince Nana dando a Ricochet un rival y un motivo para ser ese personaje a la altura.
El combate siguió la tónica de la rivalidad, una de alta tensión donde Nana jugó un papel importante debido a lo que estaba en juego. El manager bailongo se lo dejó claro a Swerve: quería su bata de vuelta, una con tanto significado para Nana que dejó claro que si no la conseguía sería el fin de su relación. Este papel se vio al principio cuando cambió la dinámica del combate al abandonar el ringside, un error honesto de Swerve fue suficiente para hartar del todo a un hombre ya bastante harto por motivos obvios. A partir de aquí fue un 1v1 emocionante donde Swerve perdió la delantera por lo mencionado pero que poco a poco pudo ir recomponiéndose para igualar una balanza que al completo estaba siendo sensacional y así lo estaba reflejando el público del Staples Center. Aun con estas, quedaba el final, uno donde otra vez Nana jugó un papel fundamental. El príncipe volvió para intentar recuperar lo que era suyo, causando la suficiente distracción para que Swerve ganará el combate con su “Big Pressure”. El resultado devolvió todo a su lugar, volvió a dar a Nana su posesión más preciada, volvió a unificar a un tándem ya icónico para la compañía, volvió a poner a Swerve Strickland en la senda del campeonato mundial.
AEW CONTINENTAL CHAMPIONSHIP: KAZUCHIKA OKADA © VS BRODY KING
El wrestling puede ser muy sencillo, a veces no necesitas grandes historias o partirte el coco para crear un combate, a veces con lanzar al ring a dos luchadores cojonudos basta y sobra. Este es el caso de la última defensa del campeonato continental porque, yo me pregunto: ¿de verdad necesitamos un motivo o justificación para tener un Kazuchika Okada contra Brody King? Sinceramente, da igual todo mientras pueda ver la bola de demolición humana llevarse por delante a todo un Rainmaker. Hubiera estado mejor verle enfrentarse al “big match” Okada, pero ver a Brody contra este “chickenshit heel” mola una barbaridad también porque a quien no le va a gustar ver a un mostrenco que ladra cual perro aniquilar a un villano cobarde y tramposo. Si, es verdad, el final fue tibio y se sintió apresurado pero todo lo demás estuvo lo suficientemente bien como para contentarme. Pudo ser mejor, si, pero no me quejo tampoco.
AEW WORLD TAG TEAM CHAMPIONSHIP: THE HURT SYNDICATE © VS THE OUTRUNNERS
Era turno del combate por el campeonato de parejas de AEW, de un combate que parecía claramente para todos un squash de cinco minutos menos para los aspirantes. The Outrunners afrontaron esta lucha con esa juventud e ímpetu que les caracteriza aunque esto no impidió que los ochenteros acabarán arrollados por los campeones. Si, los aspirantes tuvieron momentos donde parecía que el resultado podría ser una sorpresa, donde podrían dar la campanada y acabar como campeones, pero esa fantasía se desvaneció hacia la nada. The Hurt Business hizo lo que mejor se le da y acabó con el combate rápido. Ya lo dicen los campeones, “we hurt people”.
AEW WOMEN'S WORLD CHAMPIONSHIP: TONY STORM © VS MARIAH MAY
El Staples Center de Los Ángeles sería cita del final de una de las mejores y más grandes historias de AEW. Tras meses y meses, el duelo entre Mariah May y Toni Storm vería su fin en este show de Revolution. Un combate final para desempatar ese 1-1 donde May se llevó la delantera para reinar como campeona que luego Storm empató en su Australia natal. Una admiración que acabó en amistad, que luego mutó en traición con el objetivo de alcanzar la cima, una derrota que trastocó duramente a la que fue protagonista a niveles de renacer su antiguo “yo”, una derrota de la campeona que no quiso que ese fuera el cierre y, tras todo esto, un final que prometieron que sería espectacular. Qué mejor escenario para un final que Los Ángeles, que mejor lugar para dar un tan esperado “final de Hollywood”. Así que, como diría Sting, “it’s showtime!”.
Nos prometieron un final digno de Hollywood y joder que si nos lo dieron. Una escabechina brutal de poco menos de quince minutos que no nos dejó respirar ni un solo momento de principio a fin. Es que joder, ni dos minutos de encuentro y ya ambas luchadoras habían saltado desde el escenario contra una mesa, y lo mejor de todo es que todavía quedaba. Poco después , Mariah May impactaba contra las escaleras la cabeza de la campeona vía “Storm Zero” de manera tan brutal que Toni empezó a sangrar a niveles de que no solo su cara estaba cubierta enteramente de rojo sino que básicamente medio cuerpo tenía ese tinte. “But wait, there’s more!”. Ya que poco después de tal brutalidad ambas decidieron emular la mítica escena de Kickboxer con los puños cubiertos de cristales. “But wait, there’s more! Again!” Porque todavía queda cristal que usar de manera violenta, cristal que usaron en cosas como el botellazo a la entrepierna o los movimientos contra el cristal roto del ring. “But wait, there’s even more in a way I cannot comprehend!”. El broche de oro lo dieron dos ensangrentadas guerreras en el escenario principal, usando la campeona el famoso zapato blanco de la traición contra May seguido de un “Storm Zero” sobre una mesa para cerrar semejante obra maestra. Que rivalidad, que final, que dos gladiadoras, que combate, esto es wrestling en su máximo esplendor. Larga vida a la lucha libre.
AEW INTERNATIONAL CHAMPIONSHIP: KONOSUKE TAKESHITA © VS KENNY OMEGA
Kenny Omega es, por detrás de Bryan Danielson, el segundo mejor luchador de todos los tiempos. Se nota que no es el Kenny Omega de años anteriores, no es esa versión demoníaca de NJPW ni la máquina de wrestling vista intermitentemente en AEW pero sigue siendo un top cinco mundial incluso a medio gas. Es entendible, pasar primero por una recuperación casi de cuerpo entero para luego estar cerca de palmar por diverticulitis causa estragos a cualquiera y, aun con esas, sigue deslumbrando. La lucha fue sensacional, esas leves carencias del actual Omega fueron compensadas por un Konosuke Takeshita que ha crecido brutalmente como luchador desde su anterior encuentro en All Out 2023, cuando ya era también un wrestler brutal. Ambos luchadores, portando ropa y colores en referencia a cierto anime de boxeo, nos dieron media hora bastante más light en cuanto a ritmo se refiere de su anterior lucha aunque los momentos impactantes no decrecieron. Por cada ataque con violencia de Takeshita a la zona abdominal de su oponente Kenny respondía con sus brutales rodillazos marca de la casa. Entre medias de esto nos dieron spots de calibre y finales falsos emocionantes aunque, en verdad, el resultado era ciertamente predecible. Lo que no fue predecible fue la forma en la que este se dio, no siendo el final del reinado de Takeshita causado por un “One Winged Angel” sino por un paquetito sorpresivo. ¿Quizás haya una tercera entrega en breve? Tiene pinta la verdad, y si ocurre no descartaría que ese fuera el momento donde ambos luchadores dan ese plus que le ha faltado al combate para pasar de ser muy bueno a sensacional. No se cuales son las siguientes paradas, en el horizonte se ve All In y entre medias quedan dos PPVs. ¿Una revancha de Takeshita? Pueda ser. Lo que queda claro es que queda menos para ese Okada VS Omega y la fantasía de una unificación de títulos es cada vez más real.
WILL OSPREAY VS KYLE FLETCHER
Ante nosotros estaba el final de una de las rivalidades más importantes de AEW, una historia de traición y venganza desarrollada a lo largo de múltiples meses. Este era el capítulo final, uno de los dos “rubber match” más importantes de los últimos meses. Hoy, Kyle Fletcher o Will Ospreay yacerían inmóviles en el suelo mientras su oponente festejaba la victoria. Esto arrancaba y se notaba la importancia incluso antes de la campana. Ambos luchadores en lo alto de la celda situados en esquinas opuestas, mirada fija directamente a los ojos de su oponente, Fletcher llevando las botas manchadas con la sangre de su rival en aquel combate del pasado diciembre, tensión máxima camuflada por un Staples Center cantando el nombre de Ospreay de una manera absurdamente sonora. Señores, si esto no es una imagen que cause piel de gallina no sé lo que es. Y si este no es el caso, es indudable que la imagen transmite y respira todo lo que la lucha libre debe de ser.
El combate prometía ser violento, sangriento, sin tregua. Esta entrega final merecía eso no solo por la estipulación sino por el balance, un 1-1 que se hace insuficiente para ambos porque Kyle sufrió una derrota inmerecida a sus ojos y porque el sabor de esa victoria era insuficiente para Ospreay. La prueba era la sangre que brotaba de ambos luchadores, primero de Billy a tales puntos que se veían planos de gotas gordas cayendo sobre la lona, luego de Fletcher tras comerse el esquinero desprotegido. Este escenario con ambos luciendo ese color rojo que debería ir por dentro es la explicación perfecta a esta lucha: un encuentro alejado por kilómetros de las coreografías circenses, un combate mucho más lento y crudo, una guerra donde el objetivo no eran las cinco estrellas sino demostrar quien es el mejor solamente por ser el último hombre en pie consciente. No fue una copia de ese Hangman contra Swerve pero digamos que entendieron la tarea. Sabíamos lo que iba a ser, nos olíamos por donde irían los tiros y por eso estaba en el ambiente esa sensación de que faltaba algo, de que se necesitaba una pizca más en todos los sentidos. Esa pizquina la dio Mark Davis tanto en la lucha como en la historia. En la lucha trayendo armas absolutamente brutales como un bate con alambre de espino o chinchetas, en la historia reuniendo a la versión original de United Empire en la peor de las versiones imaginables para el británico.
La recta final estaba llegando y la victoria definitiva de uno de los dos estaba en el aire. Fletcher lo intentó de muchas formas imaginables, entre ellas usando la ayuda de su antiguo compañero de armas o de su siempre fiable destornillador pero no fue suficiente. Ospreay quería ante todo la victoria y no se lo puso para nada fácil haciendo absolutas barbaridades para intentar lograrlo como es el caso de ese “Styles Clash” sobre unas chinchetas. Fletcher lo sabía, intentó huir pero eso lo único que consiguió es que recibiera un espectacular y memorable “Spanish Fly” desde lo alto de la celda. Esto, junto a un brutal “Tiger Driver 91” cerró a favor de Will Ospreay uno de los mejores combates dentro de una jaula que mis ojos han visto, cerró de manera favorable para Billy una de las mejores rivalidades de AEW, una que ha construido a Kyle Fletcher como un futuro campeón mundial y a certificado a Will Ospreay como uno de los tres indispensables de AEW.
AEW WORLD CHAMPIONSHIP: JON MOXLEY © VS COPE
Es turno del evento principal, es turno del campeonato mundial de All Elite Wrestling. Jon Moxley como campeón y Cope como aspirante, más los que se quieran unir a la fiesta, tenían entre manos poner broche de oro a un show que en sus ocho combates previos se estaba ganando a pulso la catalogación de “uno de los mejores PPVs jamás hechos por AEW”. Las expectativas no estaban de su lado y con razón, este reinado de Mox está siendo avasallado por críticas sumamente justas y el deseo de que perdiera el título rondaba de manera constante en cada defensa titular. Tampoco aportaba mucho al éxito de este Cope, ya que estas semanas de alianza extraña junto a Jay White despachando a los Deathriders no han aterrizado tan bien como pensábamos. Aun con estas, ambos luchadores jugaban con una carta para cerrar Revolution a la altura de las circunstancias: la sorpresa. Creo que esta lucha es la primera donde de manera ciertamente realista podrían salir campeones hasta cuatro luchadores: Mox, Cope, Christian Cage con su contrato o incluso Jay White traicionando a su nuevo amigo y usando dicho contrato para proclamarse campeón. La cosa es que, tristemente, ese no fue el caso.
Es imposible maquillarlo así que voy a ir directo y sin miramientos: es el peor main event de la historia de un show de pago a cargo de AEW. No hay por donde cogerlo, es malo como él solo de principio a fin. El comienzo intercambiando golpes de antebrazo de mutuo acuerdo es ciertamente estúpido viendo el supuesto gran odio que hay entre ambos, el resto de la lucha es ciertamente dura de digerir y el final es tan indigno que convierte una lucha como mínimo mediocre en algo dantesco. Mox como campeón está lejos de darnos ese reinado de tiranía que todo el mundo en la faceta creativa pensaba que iba a ser, se ha rodeado de gente aparentemente peligrosa para acabar siendo la versión americana de House Of Torture, y cuando no le acompaña su séquito siempre consigue ganar por el factor de la suerte o de la estupidez ajena. Cope, por otro lado, es un luchador que ha tenido un antes y un después clarísimo con las roturas de su pierna, pasando de ser un veterano aguerrido capaz de dar combates divertidos a verse claramente fuera de ritmo y lastrado en el ring. Esa combinación dio unos primeros veinte minutos de lucha ciertamente tibios que causó un silencio en el Staples Center roto tímidamente a ratos. Y aun con esas queda lo peor, lo absoluto peor, el final.
No recuerdo un cierre a un main event tan malo, posiblemente ese Omega VS Mox también visto en Revolution hace años donde cerraron un Deathmatch con una pirotecnia cutre y aun con esas lo pongo un escalón por encima en la escala de calidad porque el resto de ese encuentro fue bastante bueno, este está a otro nivel. Todo comienza con Yuta llegando al ring, testeando un falso ataque sobre Mox que nadie creyó para añadir un dramatismo estúpidamente innecesario. Al rescate llegó Jay White quien, intentando ayudar a Cope acabó golpeando de manera estúpidamente predecible a Cope con el famoso maletín para casi costarle la victoria. La guinda del pastel la pone Christian Cage en el canjeo más estupido que he visto en mi vida, canjeando el contrato convirtiendo la lucha en un encuentro a tres esquinas para, solamente un minuto después, caer noqueado a manos de Mox vía “Bulldog Choke”. Había tantas formas de acabar la lucha con tantos ganadores distintos, incluso una siendo con Mox saliéndose con la suya, y resulta que eligen realizar la peor. Ni Swerve atacando al campeón para cerrar el show consiguió levantarme los ánimos, este reinado es tétrico, que acabe mismamente esta semana en Dynamite con Swerve como campeón. Que asco.
Revolution 2025 es la perfecta definición del estado actual de AEW: historias y luchadores absurdamente sensacionales en todos los niveles de la compañía que se ven opacados por una escena titular mundial sumamente triste y decepcionante. Estaba siendo un show redondo, un arranque genial, combates titulares interesantes y una racha de tres combates seguidos que pocas veces se ha visto. Y aun con esas me voy con un sabor de boca amargo, todo por culpa de un main event lamentable y un reinado que no agrada a absolutamente a nadie. Visto esto y un poco a toro pasado, ¿de verdad no era mejor idea poner al campeonato mundial femenino en el evento principal? Ese cierre con ambas luchadoras empapadas de su propia sangre y con “The End” en el titantron hubiera sentado muchísimo mejor que ver a Cope no comiéndose un pin en una decisión al más puro estilo Hulk Hogan y a Christian ser el mayor tolai de este deporte a día de hoy. Que desgracia, no hay por donde cogerlo. Quedémonos con lo bueno al menos, hemos visto wrestling de calidad supina y el camino a All In pinta francamente interesante.