Un año después volví a donde con anterioridad dije que “cumplí un sueño”. La tontería de pisar un cacho verde de 105m de largo por 68m de ancho con asientos alrededor a lo mejor a algunos no les parece para tanto pero para otros puede suponer una fantasía. Ese era yo el año pasado, caminando por el césped del Estadio José Zorrilla después de que la tercera edición de la Twitter Pucela Cup acabase, viendo por donde corren los que portan de mejor o peor forma la blanquivioleta y viendo cómo de cerca está mi asiento desde una perspectiva que desde fuera parece masiva. Vivir como de pequeño es en verdad un césped que desde la grada se hace masivo. Este año volvía, se celebraba la cuarta edición de este torneo ahora llamado AfterTuit Cup, una edición más grande y mejor que la anterior, aunque la primera edición en el estadio del equipo de mi vida siempre será especial.
Este año volvía a enfundarme los guantes y la camiseta roja de los SpiderKrakens de Simón Asensio, esta vez con el 13 a la espalda (hiciste mal en ponerme el 1 el año pasado Saimon porque te lo voy a recordar muchas veces jaja). Esta vez la fortuna nos acompañó más que en la pasada edición aunque en la fase de grupos se nos dio peor por muy paradójico que suene. Si en la TwitterPucela de 2024 conseguimos cuatro puntitos en esta AfterTuit 2025 solo tres, aunque la novedad del torneo llamada Rematch, un torneito entre los equipos que no consiguiesen pasar a la fase final, nos permitía jugar más partidos, de ahí lo de la fortuna. No entrábamos dentro del cupo de mejores terceros de grupo para pasar pero al menos pasamos al torneo que nos daba la oportunidad de ser los mejores peores, algo que se nos dio mejor viendo la balanza de resultados. Victoria en cuartos y semis para llegar a la final y perder por 2-1 a manos de Blanquivioleters. Balance de tres victorias y tres derrotas, a nada de conseguir metal y con la sensación de que este portero llamado Javi que juega regulero casi siempre hizo unas cuantas paradas buenas y de las que se dicen que son “para la foto”.
Dejando ya el tema "futbolístico", la sensación agridulce de no conseguir un trofeo fue un 1% que no pudo con el 99% de felicidad restante. Volver a jugar a este estadio fue algo sensacional, un cúmulo de cosas que hizo que viera como otros levantaban una copa con una sonrisa cuando lo normal tras perder una final es no estar contento, pero es que el contexto aquí es clave. Lo importante de esta cita no es ganar (aunque es un plus que todos queremos por la competitividad innata que llevamos dentro), lo importante es echar el día con colegas jugando pachanguitas en todo un estadio de primera división, lo importante es pasarlo bien jugando al fútbol y esto es lo que la AfterTuit Cup consiguió de manera sobrada. Más concretamente, el nuevo formato, la mejorada organización fruto de aprender respecto a la edición pasada, compartir equipo con catorce cracks y estar echando partidos de balompié con otros fanáticos de la redonda fueron los culpables de esa sensación. Por último, dar las gracias a muchas personas: a la organización de la AfterTuit por conseguir que cientas de personas jueguen fútbol en el estadio de su equipo, a Simón por ser un gran capitán y por ser una aún mejor persona conmigo y con el resto del equipo, a todos mis compañeros de SpiderKrakens (tanto los viejos amigos como las caras nuevas) por hacerme formar parte de un equipo donde la diversión reinaba junto a una chispita de competitividad surgida de las ganas por ganar y, sobre todo, gracias a las más de trescientas personas que acudimos a la cita para que este proyecto tan bonito siga siendo lo que es. Que ganas de volver a participar el año que viene.