¿Qué es Xbox?

Xbox se ha lucido, se ha llenado de gloria, se ha coronado. Posiblemente esté escribiendo esto fruto de la rabia por todo lo visto año tras año, decisión tras decisión digna de darse cabezazos contra un muro, y si yo estoy cabreado siendo alguien que puede caer en el molde de lo que viene a ser un “pipero” imaginad quien sea seguidor de la marca (y tampoco hace falta porque con echar dos vistazos en redes se averigua el consenso de este grupo). Xbox lleva unos años curiosos cuanto menos por no decir otra cosa, unos años dignos de análisis. Desde esa famosa compra de Activision-Blizzard-King, la sección gaming de Microsoft no ha hecho más que caer en polémicas y en distintos tipos de focos negativos por motivos poco agraciados: objetivos a largo plazo fantasiosos, despidos a mansalva, cierres de estudios, cancelación de proyectos, subidas de precios y unas cuantas cosas más. Unos años con tantas decisiones que han causado cabreos y preguntas sobre cuál es el plan de Xbox y cuál es el plan de Microsoft con su filial dedicada al mundo de los videojuegos.

La guinda a este pastel raruno o el broche de oro a un aparente caos controlado lo ponía Microsoft la pasada semana, anunciando la compañía tecnológica de Redmond un montante de 9.000 despidos aproximadamente, un 4% del total de la plantilla, una suma que consolida entre 15.000 y 20.000 la cantidad de despidos totales de la compañía en el último año y medio. Xbox no se fue de rositas de esta carnicería ya que múltiples empleados y estudios en su totalidad se vieron afectados: despidos en el 10% de King, bajas en Zenimax Europa y Turn 10, cancelación de proyectos en Rare con sus despidos vinculados e incluso el cierre total del superestudio de Xbox fundado hace pocos años llamado The Initiative. Estos dos son los que más han causado malestar en los aficionados (todo ha causado malestar la verdad) debido a la cancelación de Everwild y del reboot de Perfect Dark, el primero habiendo recibido muy buenas palabras del propio Phil Spencer y el segundo por un tráiler el pasado E3’nt que enamoró a los fans. Pero esto no es todo, la sangría también recaería sobre proyectos externos, ya que Romero Games ha visto como Xbox cerraba el grifo de la financiación de su próximo proyecto, poniendo en riesgo así el desarrollo y el empleo de todos sus trabajadores, algo que sienta aun peor cuando la propia división gaming del gigante tecnológico se reunió con John Romero un día antes de toda esta tromba de malas noticias y no se mencionó en ningún momento que tendrían que decir adiós a dicho apoyo económico.

Sin duda todo esto es tétrico pero dentro del sótano de lo deplorable siempre se pueden cavar más plantas. La guinda de la guinda ya mencionada la pone el propio Phil Spencer con una carta a sus empleados, una carta que ha cabreado a múltiples personas por motivos obvios. Una carta donde el mandamás de Xbox explicó que los despidos se daban por “posicionar la marca en un lugar de éxito duradero y enfocarnos en oportunidades de crecimiento estratégico” a la vez que se lee que “no estaríamos donde estamos hoy sin el tiempo, la energía y la creatividad de quienes se han visto afectados”. Ya no es la jerga empresarial digna de los trajeados más trajeados imaginables, ya no es el cinismo y la hipocresía que nacen de decir que “el éxito que estamos viendo actualmente se basa en decisiones difíciles que hemos tomado previamente”, nada de eso, lo que de verdad hace hervir la sangre es admitir abiertamente que el premio a esforzarse por llevar a Xbox a cuotas más altas es ser puesto de patitas en la calle sin ningún tipo de rubor.


¿Por qué estos despidos y cancelaciones? Pues hay mil y un motivos posibles la verdad: que la compra de Activision-Blizzard-King tiene que rentabilizarse más pronto que tarde, que Xbox está palmando pasta gracias a su modelo de negocio, que los mandamases prefieren seguir teniendo bonos espectacularmente millonarios a dar empleo a miles de personas, que buscan reemplazar estos trabajadores con mano de obra más barata… Podría ser todo eso, algo que no me cuadra al 100% con el hecho de que hayan tenido beneficios récord, pero creo que el culpable tiene nombre y un apellido: Inteligencia Artificial. Según salió meses atrás (y cobra más sentido ahora), la megacorporación de Redmond planea invertir unos 80.000 millones de dólares en inteligencia artificial y en infraestructuras relacionadas con dicha tecnología. Unos recortes que pueden darse por esto comentado o por una combinación de todas las posibles opciones encontradas, un despido masivo de empleados para financiar el mayor castillo de naipes que han visto mis azules ojos. La máquina no vence al hombre parece ser, lo hace el empresario megalómano incapaz de abandonar la fe hacia el dios dinero.

Viendo todo esto, formulo la que es ya la pregunta sempiterna en este tema: ¿cuál es el plan, Xbox? Podrían dar una respuesta, no me la creería viendo como las tres cabezas pensantes han mentido abiertamente unas cuantas veces, pero la cosa no es que me la crea yo o no, es que posiblemente ni ellos se la crean o ni ellos la sepan. La famosa frase de “Xbox es la nueva SEGA” se topa con respuestas dignas de negar la mayor ya que siguen siendo desarrolladores de hardware y su objetivo principal no es sacar juegos en consolas rivales, ¿no? Pues es mentira en parte, ya que Xbox ha tenido que recurrir a sus compañeros de mercado para ganar más ventas gracias a sus juegos incluso en día uno y, aunque digan que el hardware se encuentra entre sus prioridades, no hacen más que relanzar productos de otras empresas como las Meta Quest o la ROG Ally con una capa de pintura por encima y el logo de la X verde y blanca en algunos lados. No son la nueva SEGA porque tienen hardware y exclusivos para esto a la vez que no sacan hardware propio y sus franquicias más grandes llegan tanto a PC como a consolas rivales… ¿no es un poco contradictorio esto? Viendo la estampa reformulo la pregunta a una más precisa: ¿qué es Xbox? En tiempos pasados la respuesta era clara, ahora no tanto a niveles de que tampoco creo que lo tengan muy claro en la propia Microsoft. La sensación es de tiros al aire en todo, incluso en su joya más preciada llamada Game Pass, una que ha empezado a verse cuestionada desde todos los flancos incluido el financiero. 


A toro pasado es muy fácil tener razón y el “yo ya lo dije” es frase de visionarios cutres pero es que, literalmente, yo ya lo dije. Me refiero a muchas de las cosas de la Xbox moderna, al Game Pass, al ser la nueva SEGA y, sobre todo, a que Phil Spencer es lo mejor y lo peor que le ha podido pasar a Xbox. Las cosas como son, el bueno de Phil sacó casi del subsuelo a una marca que cavó su propia tumba de manera brutal con la Xbox One y todas las decisiones pésimas alrededor. Lo que Don Mattrick destruyó fue ciertamente reconstruido gracias a Phil Spencer, aunque aquí entra esa parte de “lo peor”, ya que tuvo que hipotecar el futuro de la marca a una apuesta estúpidamente arriesgada: Game Pass. Era el gran as bajo la manga sabiendo que el fracaso de Xbox One le había costado una gran cuota de mercado de consolas ganada merecidamente con la Xbox 360, un as bajo la manga que tuvo asociado hipotecar todo lo demás para lograr un éxito imposible. Cien millones es el objetivo de suscriptores para 2030, algo que se torna difícil de conseguir viendo como se ha atascado la cifra en unos 35 millones tras la compra de ABK y la fusión de todas las suscripciones online bajo ese sello. Una apuesta que parece que va a ser fallida y que aparentemente por ello se ha llevado o se va a llevar por delante el hardware de la marca aunque nos intenten colar la matraca de "This is an Xbox", la exclusividad de sus juegos y el trabajo en todos los sentidos de miles de personas.  

El futuro es difícil de averiguar, muchos pueden vaticinar conclusiones variopintas pero a saber quién acierta. Puede ser el futuro que yo tengo tan claro de que Xbox se convierta en una distribuidora/servicio centrándose en lanzar en otras plataformas y en nutrir Game Pass, puede ser el de un resurgir en hardware o puede ser otro como que Satya Nadella se canse de esto y junto a otros mandamases decida vender a trocitos Xbox como mucha gente dice que puede pasar y que yo no tengo todas conmigo de que ocurra. Lo único que sé es que nadie sabe nada, ni siquiera la propia Microsoft con qué hacer con su marca de videojuegos, y eso junto a la avaricia y a apostar por el futuro más incierto de la tecnología hace que paguen quienes de verdad han construido Xbox: los fans y los trabajadores.