¿Está de vuelta Battlefield?

“¿Está Battlefield de vuelta?” no es solo el título de este post sino la pregunta que muchos fans de la saga nos hemos estado haciendo estas semanas. Tras rumores y múltiples filtraciones, la nueva entrega de DICE y compañía ha realizado su reveal oficial ante el asombro y el cariño de los fanáticos de estas entregas. Es el regreso de la mejor versión de la franquicia, o al menos eso parece intentar tras muchos años de batacazos y fracasos gordos, años dignos de montaña rusa que repasaremos para valorar no solo como de vital es Battlefield 6 para EA sino para todos los aficionados al género de los “First Person Shooters”.


Esta historia comienza en el año 2002, un año en el que el Medal Of Honor de Steven Spielberg era el rey de los conflictos históricos mientras que Halo ponía a Xbox en el mapa de manera espectacular. En este año aparece Battlefield 1942, otro juego más de la Segunda Guerra Mundial porque en la época casi no había que salió adelante de muy buena manera y con críticas halagadoras gracias al que se convertiría en su característico uso de vehículos y conflictos a gran escala, más de lo mismo pero sin ser más de lo mismo. Le siguieron títulos ambientados en el pasado (Battlefield Vietnam), en el presente (Battlefield 2) y el futuro (Battlefield 2142), siendo el punto en el que la saga empezaba a gustarse y a mostrar maneras la duología de Bad Company. Los elementos como la destrucción del entorno, el motor Frostbite y demás arrancaron con estas dos entregas y llegaron a su punto álgido un 25 de octubre de 2011.

La franquicia de EA tocó el cielo con Battlefield 3 tras seguir el momentum de Bad Company 2 de manera brillante. Este es, para muchas personas fans de los videojuegos, uno de los mejores FPS al menos en su faceta multijugador jamás hecho. Una campaña genial, un modo cooperativo entretenido de pelotas y un multijugador icónico e inigualable. Podría decir todos los motivos por los que este juego rozó la perfección pero acabo antes diciendo los fallos, siendo quizás lo chetada que estaba la USAS 12 y el uso sin paliativos de lanzacohetes y explosivos, algo subsanado en los servers personalizados. El uso de vehículos era sensacional, la recompensa que te daba usar todas las armas fueran más o menos difíciles de usar, la movilidad, los gráficos para la época, la destrucción, la comunidad tan buena… todo era perfecto y no hablo solamente de la nostalgia, aunque el recordar las escaleras de Operación Metro como médico armado con una M416 me alegra el corazón. A este juego tan estúpidamente redondo le sigue Battlefield 4, que tuvo un lanzamiento duro de narices gracias a una gran cantidad de bugs y a un desbalance brutal en las armas (todavía sigo teniendo pesadillas con la puñetera ACE 23) pero que con el paso del tiempo enganchó a muchos gracias a seguir la estela de su predecesor de muy buena manera, sin alcanzarlo pero sin pretender ser una copia sino una evolución/variación. El suflé se desinfló en cierta medida gracias a Battlefield Hardline, un cambio de perspectiva cambiando los conflictos bélicos por un juego de policías y ladrones ciertamente molón pero que para nada parecía ser un juego de esta saga, un hiato raro de un año que se llevó por delante a Visceral Games (yo te maldigo Electronic Arts) y que mandó de vuelta a la fanaticada a las dos entregas anteriores hasta la salida de Battlefield 1. Qué cambio más raro, que ambientación tan poco visitada y qué acierto por parte de DICE, todo esto gracias a una campaña brutal y a un multijugador que bailaba entre el realismo de la Gran Guerra y un dinamismo algo ficticio catapultado hasta la cima gracias al genial modo Operaciones que se convirtió en una de las cosas más divertidas que DICE ha creado para la saga.


Aunque, como titulan algunos videos de Merluso, después del auge siempre suele venir una caída y la de Battlefield fue estratosférica. Si en DICE y compañía realizaron una apuesta arriesgada pero efectiva con llevar su juego a la primera guerra mundial ocurrió todo lo contrario años después llevando el sucesor del juego a la sucesora de la gran guerra. Battlefield 5 fue un varapalo enorme antes, durante y después de su lanzamiento por mil y un motivos, distintas razones que lejos de deberse a temas de mala suerte o trivialidad fueron realidad por grandes errores de EA y sus desarrolladoras. El “antes” fue catastrófico no solo por un trailer demoledor para la fanbase sino por la propia reacción de la gente de EA, ya que estos solo se pronunciaron por la polémica centrándose solo en los cromañones que se quejaban de las “jeje moheres" y haciendo un doble o nada en la poca fidelidad con la que representaban este conflicto. Ese era uno de los grandes problemas de Battlefield 5, que no se veía para nada como una representación fidedigna o ni siquiera medio correcta del conflicto armado más grande de nuestra historia, incluso faltando a la realidad de manera insultante en la labor que hicieron las miles y miles de mujeres que participaron en ella. Si el realismo (o la ausencia de este) fue una buena patada en la entrepierna, el gameplay fue otra dosis de lo mismo gracias a una campaña floja y un multijugador insulso. El “durante” también fue duro ya que el juego, uno que tenía sus cositas ya de por sí y necesitaba cierto mimo, se quedó huérfano de contenido gracias a un intento de EA por salvar el desarrollo de la siguiente entrega de la saga, siendo este el “después”, uno muy duro de digerir.

EA quería ir en serio e intentar remontar la distancia amplia que Call Of Duty le sacó durante estos años gracias al regreso de Modern Warfare y el estreno de Warzone así que quiso poner toda la carne en el asador con Battlefield 2042. ¿El problema? Que el cocinero habitual se había largado del restaurante, que el sustituto no había tocado un fogón en su santa vida, que la carne era de muy baja calidad y que el producto final acabó quemándose. Si antes hablábamos de que el producto sale rana por factores que no son suerte, para 2042 esta definición se queda estúpidamente corta. Un desarrollo caótico, un lanzamiento lleno de problemas, una base jugable a reventar de malas decisiones y muchas otras cosas. El primer punto es clave ya que básicamente decidieron asesinar a un desangrado Battlefield 5 para salvar un juego insalvable. Explicandome mejor, tras una espantada enorme de talento que había ayudado a construir la saga hasta las cuotas más altas, el resto de talento fue recolocado al desarrollo de Battlefield 2042 de manera fallida como vimos en un lanzamiento lleno de bugs y problemas, lo que fue la tónica habitual en un desarrollo caótico. No solo el juego tuvo fallos de este estilo, el diseño base del juego fue tétrico por múltiples motivos: no había campaña, pocos modos de juego, desaparición de la destrucción típica de la saga, sustitución de las legendarias clases por un sistemas de héroes… Resumiendo, que si no fueron fallos de desarrollo graves fueron decisiones que parecían buscar coger lo que funcionaba en Call Of Duty y Apex Legends para meterlo con calzador en Battlefield, llevándose por delante lo que hizo tan especial a esta saga.


Después de una década caminando por el desierto con un pequeño hiatus gracias a llevar la saga a la gran guerra, parece ser que EA ha puesto todo de su parte para volver a traer Battlefield al punto de calidad y relevancia que merece. Solo hemos visto unas horitas de gameplay más unos trailers pero Battlefield 6 al menos pinta a ser lo que tanto llevamos pidiendo los fans de la saga. Recordándonos a aquel glorioso comienzo de la década de 2010, Battlefield Studios (el nuevo nombre de DICE y todas las desarrolladoras que les apoyan) parece buscar recuperar todos esos elementos que tanto apreciamos y saboreamos en entregas como Battlefield 3 o Battlefield 4. ¿Saldrá bien? Pues no sabemos, hay tantos factores que pueden arruinar tanto un lanzamiento como la vida útil de este producto que es imposible predecir, aunque al menos podemos decir que EA y Battlefield Studios parecen que están intentando que de verdad la saga vuelva a ese punto que se quedó atrás hace ya más de 10 años. Ojalá que esta sea la buena.