Chainsaw Man es una obra única e increíblemente distinta a todo lo que puede tener cercano en el género. Una obra que nunca sabes por donde va a seguir, las decisiones de Fujimoto son tan imprevisibles que incluso momentos que parecen abocados obviamente en una dirección u otra acaba terminando por marchar en una tercera nunca prevista. Chainsaw Man como obra es, simplemente, brillante por mil y un motivos distintos, incluso cuando tras semanas de bandazos inexplicables Fujimoto capitaliza todas esas cosas aleatorias, algo que digo como lector del manga que no se salta ni una semana de capítulo de estreno. Esto es el manga pero, ¿y el anime? Quizás la adaptación de MAPPA no haya conseguido llegar a esa parte o transmitir esa sensación de múltiples emociones dispares como felicidad, amargura, tristeza o alivio tras todo ese espectáculo caótico que siempre copa la primera plana. Quizás sea porque el anime no llega con su primera temporada a cuando todo despega, a cuando Chainsaw Man deja de parecer un shonen de peleas un tanto edgy a ser algo mucho más. Quizás todo ocurra en la película que se acaba de estrenar.
Como le define a un mutual por redes el cual tenía hype y no sabía qué esperar de este arco como “anime only”: Chainsaw Man Reze (nombraré a la película así por abreviar) es cuando de verdad arranca la obra, y no lo digo por crear un falso hype, es porque siento genuinamente que esta es la verdad al ser lo que yo viví. Capitulos y capitulos de peleas con cierta gracia pero al que le faltaba algo que cambió por completo con el capítulo 44, más concretamente con un solo beso. El arco de Reze es cuando de verdad arranca todo como acabo de decir, cuando de verdad Fujimoto saca a relucir lo que le hizo brillar con Fire Punch o lo que hace que otras obras suyas sean tan alabadas, cuando te empiezas a dar cuenta de que esta historia no es una historia feliz. El arco de Reze, a pesar de ser tan corto y haberse visto hace tanto, es tan amado por los lectores del manga por darnos por debajo de esa capa de acción tan loca y desternillante una historia ciertamente trágica a pesar de su coherencia. Sin entrar en territorio de spoilers, es la primera dosis auténtica de tantas y tantas cosas que son lo que hacen tan buena la obra, la primera dosis de los momentos inesperados y de los giros impredecibles, de las puñaladas al corazón y de momentos donde pensemos que Denji, dentro de lo malo, todavía tiene algo por lo que seguir y ser alegre a pesar de que la vida no hace más que arrebatarle dicha alegría.
La cosa es que todas estas líneas hacen referencia a la historia que podemos disfrutar en el manga, así que lanzo la pregunta del millón: ¿y que tal la peli? Sabía que iba a ser buena pero no me imaginaba que tanto. Tenía un listón alto que sabía que iba a cumplirse por solo puro guión e historia vista en el manga, lo demás solo tenía que cumplir e hizo más que simplemente cumplir. Las dudas llegaban sobre todo por un punto importante, por el cambio de dirección. Tras las críticas vistas en Japón y que quizás no funcionó todo lo bien que se esperaba en el país nipón, MAPPA cambió el rumbo de una primera temporada algo más “realista” y no tan despampanante en pos de buscar contentar a aquellos que quizás buscaban que la adaptación fuera más fidedigna. Esta es una decisión que en su momento no entendí quizás porque me gustó mucho la primera temporada y quizás también porque que el anime buscase diferenciarse del manga en su cierta medida le daba un toque especial, siendo esta forma de adaptar una de alta calidad viendo la animación y dirección. Entonces, veredicto, ¿el cambio fue una buena idea? Si, joder que si. Lo fue no porque la primera temporada fuera mala y la peli fuera buena, lo fue porque por mucho que el estilo de dicha temporada fuera bueno el trabajo en todos los aspectos de esta película, sobre todo la dirección, ha sido sensacional.
Chainsaw Man Reze es una peli visualmente brutal, y no solo por unas secuencias de acción que te hacen saltar del asiento por estar llenas de movimiento y color, sino también por todo el minutaje más calmado de esta cinta, sobre todo por esta parte. Quizás ciertas escenas se vieron peor de lo que pensaba gracias a un visible cambio de diseño de personajes, uno ciertamente más plano y sin mucho detalle, pero esto solo son momentos puntuales de la obra. Los personajes se verán planos, si, pero todo eso pasa a un punto secundario cuando todo lo que los rodea es despampanante y cuando la dirección de todas las escenas de no-acción hace que poco o nada importe si los ojos no son tan detallados o la cara no tiene sombras. Y quizás incluso esa “simpleza” esté realizada a posta ahora que lo pienso, ya no por como lo que brilla en escenas como la de la piscina o el festival es lo que rodea a los personajes, sino que gracias a eso escenas donde lo importante son simples expresiones faciales como en la escena del tejado del colegio pesan y calan muchísimo más. Pero esto no es lo mejor, es como de cinematográfica es la película por muy paradójico que suene. Si, la primera temporada tiene ese aire de cine “live action” occidental, ¿por qué la peli entonces brilla por ese aspecto? Porque el propio Tatsuya Yoshihara, director de la cinta, admite buscar ser más cercano al manga con esta película, y si Fujimoto se ha basado de muchas maneras tanto para la historia como para el dibujo en el cine americano pues lo normal es que esto ocurra. Y si además añades tu propio toque en ciertas escenas y otras como el famoso beso comentado las reimaginas teniendo en cuenta este pretexto lo normal es no fallar.
En resumen, Chainsaw Man Reze es una muy buena película. Es muy buena no solo porque la historia de Fujimoto para este arco es una que te atrapa y te reconcome en su cierta medida sino también porque los añadidos necesarios y no tan necesarios son de la misma calidad, sublime. El equipo de MAPPA capitaneado por Tatsuya Yoshihara acierta con ese cambio de enfoque para ser más cercanos a la obra original no solo por respetar todo lo que hizo tan brillante ese arco en el manga sino por aportar su granito de arena a mayores para elevar aún más algo difícil de seguir elevando. La historia es top, la animación es top, los fondos son top, la elección cromática es top, cientos de planos son top, la música es top y la ausencia de esta en tantos momentos es megatop, hasta el doblaje castellano es top (incluido un Nano Castro que con solo diez minutos de presencia la parte). Una peli que, a pesar de ser agridulce y no darnos un final ciertamente feliz, quedará en la memoria y en el corazón del colectivo de manera estúpidamente meritoria como una de las mejores películas de anime hechas en los últimos años. Como dijo el propio Fujimoto, “me gusta cuando una pareja romántica sigue existiendo como una especie de maldición así que me alegraría que la presencia de Reze permaneciera en sus mentes como una maldición persistente”. Con ganas de que el resto de la adaptación siga manteniendo este estándar porque nos lo vamos a pasar muy bien, os lo prometo.
