¿Es el formato físico una cosa del pasado en el anime?

Hace unos meses escribí un post hablando sobre el formato físico de los videojuegos (aquí lo tenéis enlazado) comentando su estado actual y su futuro. Un estado que sigue siendo medianamente saludable pero que está lejos de lo que fue una vez, un estado que puede ir a peor debido a ciertas tendencias de la industrias más otros factores como pueden ser algunas actuaciones y por el gran avance del formato digital. En ese texto también comentaba que la idea de escribir eso era por no solo una preocupación nacida por mi gran afición por ese medio, también tenía en mente una gran preocupación por otro tema: el formato físico en el anime. Tras un par de años donde la industria parece haber tanto cambiado radicalmente en unos ámbitos y haberse mantenido más o menos igual en otros, ciertas situaciones dadas por declaraciones y licencias concretas han hecho que vuelva a abordar un tema que ya abordé en el pasado con un claro menor acierto y conocimiento por cosas como puede ser la falta de finura a la hora de redactar o por el simple hecho de que el paso del tiempo te va dando más conocimientos. Volvamos a rescatar ese tema, esta vez intentaré estar acertado y explicar un mundillo que brilla por la ausencia de transparencia y que destaca por ser complejo y enrevesado. Dicho esto, ¿es el formato físico de anime una cosa del pasado?


Al igual que en el post sobre videojuegos, para comprender ver la industria tenemos que echarle un vistazo al tema de cifras y datos para valorar correctamente la situación. El problema es que, a diferencia de la industria de los videojuegos, no he sido capaz de encontrar cifras de la industria del anime a nivel global lo suficientemente explicativas como para valorar el peso del formato físico. Podemos valorar temas como cifras referentes a la plataforma de Crunchyroll, por ejemplo, gracias a los informes de la propia Sony pero el formato físico en sí es algo más misterioso. Aun así tenemos algo con el que podemos hacer cierta extrapolación gracias a los datos recogidos por la AJA en su informe del 2022. Según sus datos, tenemos que la industria del anime recaudó 2’724 billones de yenes en 2021, unos poco menos de 18 mil millones de euros. De esta parte tenemos que la mayor parte la dio la distribución internacional en todos los medios posibles, siendo también gran parte de esto el merchandising y los pachinko. De todo ese montante, unos 66.200 millones de yenes (unos 425 millones de euros) fueron generados por el formato físico. Es decir, que de los beneficios de la industria del anime el formato físico generó aproximadamente un 2’4% del total, un porcentaje que subiría al 4’7% si eliminásemos esa parte de recaudación internacional. Un dato minúsculo que juega en la misma liga que otros elementos como la TV, el cine o los eventos en vivo, de donde se sale el streaming que poco a poco empieza a despuntar en Japón. Un dato que, aunque sea bajo, crece respecto a 2020 (1,9% sobre el total) y 2019 (2,2%) pero que sigue sin estar por encima de ningún valor previo a 2018 (2,7%), aunque ha derrotado una tendencia de decrecimiento constante. En resumen, tenemos que la venta de DVDs y Blu-Rays de anime en Japón, al menos según estos datos hasta 2021, sigue una constante que se ha dado no solo fuera de este país sino también en otras industrias, una constante que viene a ser la de que el formato físico se está reduciendo a algo que es muy de nicho. El motivo de todo esto puede ser el mismo que en los videojuegos y que en cualquier otra industria: el fácil acceso a contenido gracias al formato digital y a las plataformas de streaming. Aun con eso, hemos visto que el mercado, aunque sea muy pequeño, sigue teniendo una especie de hueco. Pero eso es en Japón, poco podemos juzgar otros mercados, y la diferencia clara respecto al anime y otras industrias reside en un factor de complejidad a la hora de exportar contenido, un factor que es una autentica jungla y que puede ayudar a poner un poco en peligro este formato. Así que entremos ahora en un tema que tiene mucha miga: las licencias de anime.


Si os ha gustado esta parrafada llena de datos os prometo que esta parte os va a encantar, porque que hay más bonito y complejo que el mundo de las licencias de anime. Si pudiera comparar esto a otra cosa sería a cualquier deporte como puede ser el futbol, un deporte que si lo explicamos simplemente no es más que dar patadas a una pelota para meterlo en una portería, pero si quieres meterte en harina te encuentras con mil y un planteamientos distintos con muchas variables y una alta complejidad, todo ello para meter la puñetera pelotita en la puñetera portería. El tema de licencias es bastante parecido, de manera simplista podemos decir que una empresa paga cierta cantidad por un anime para hacer ciertas cosas con él y funcionando, pero como te dé por indagar te da un chungo de los fuertes. Hay mil y un licencias para mil y un formatos, pudiendo editar esa licencia en cientos de países bajo cientos de condiciones. De un anime puedes comprar los derechos de emisión en plataformas, los del doblaje, los del home video, los de TV y alguna cosa más que se me escape. Todo esto puede ser a nivel mundial, para ciertas regiones en concreto o para solamente un país. Y ojo, que estas licencias pueden tener exclusividad o no según se contrate, además de que cada temporada puede negociarse de manera independiente. Perfectamente te puedes topar con el caso de que ciertos animes sean negociados con el comité de producción en Japón, con un licenciatario internacional o con ambos porque unos tienen unas cosas y otros otras. Vamos, que es un lio. ¿Y si tras pasar este percal consigues abrir una vía camino a licenciar lo que quieres licenciar? Si has conseguido esquivar problemas comentados y otros que nos dejamos por el camino todavía te quedan dos grandes escollos: la burocracia japonesa, una burocracia capaz de alargar un proceso de escasos meses a un par de años, y la competencia feroz contra grandes empresas.

Javi, ¿por qué comentas eso de las grandes empresas y el tema de las licencias? Porque ahí está el punto clave, ya que la industria por dentro no ha cambiado mucho (cero sorpresa viniendo de Japón también te digo) pero el mapa internacional sí que lo ha hecho. Digamos que el juego sigue teniendo las mismas reglas de siempre pero la forma de jugarlas ha evolucionado. Este sistema de licencias sigue siendo en gran medida el mismo y los pasos y procesos a seguir no varían mucho, la cosa es que hemos pasado de “TV y DVD" (o VHS si eres más añejo) a “streaming”. Y ya no solo eso, hemos pasado de una época donde todo llegaba tarde y con cuentagotas a una donde tenemos que tenerlo todo para ayer. Si tu anime favorito no sale con menos de una hora de diferencia respecto a su emisión nipona se monta una gorda, y si el doblaje simultaneo no se estrena ya de ya pues tres cuartas de lo mismo. Vamos, que si hace unos años ver ciertos títulos era una auténtica odisea debido a lo que tardaban en llegar y las opciones de disponibilidad, ahora tenemos que todo (o casi todo si ignoras la piratería) está al alcance de tan solo cuatro clics, y ahí es donde se ha encontrado la nueva gran oportunidad de mercado. Grandes empresas como Disney o Sony compiten con otras como Netflix para conseguir los mejores bombazos del anime o por producir sus propios títulos, haciendo que estas busquen acuerdos con esos comités de producción o con esos intermediarios globales como VIZ Media. Ahí tenemos el punto importante de todo esto, para que comerte el tarro intentando licenciar el formato físico si el beneficio lo obtienes muy sobradamente gracias al streaming, para que comprar un disco caro que tarda en llegar un buen rato después de la emisión debido a la complejidad que supone licenciarlo si puedo ver ese anime en una plataforma online por básicamente menos del 10% de su precio. Así que, por lo mencionado, el panorama de anime a nivel global está como está, ahora pesa el streaming y el físico se reduce a coleccionismo, incluso habiendo empresas que se olvidan de él.

La situación, así resumida, es la siguiente: las grandes empresas tienen el streaming y el guante del home video es recogido por las distribuidoras locales. Vamos que el físico de manera general es publicado por las pequeñas empresas, editando estas por lo general series que no son fichadas por los peces gordos mientras que grandes plataformas solo sacan los animes en digital en su gran mayoría. Aunque cabe mencionar que también existen ciertas excepciones como son los casos de los animes de VIZ Media (por ejemplo Bleach está en Disney+ y el físico es editado en Alemania e Inglaterra por distribuidoras locales), Crunchyroll (editan en físico en países como USA o Francia) o distintos tipos de colaboraciones y sublicencias (el caso de Dynit en Italia con Jujutsu Kaisen). Pero lo dicho, son excepciones de mayor o menor magnitud, generalmente los grandes bombazos van a plataformas y se quedan ahí sin salir mientras que las distribuidoras que sacan formato físico apuestan o por clásicos o por animes de perfil más bajo que puedan comercializar de otras maneras que no sean solo vendiendo blu-rays. Eso es lo sencillo, porque también tenemos tinglados espectaculares como son los casos en España de My Hero Academia, un anime cuya situación licenciataria es un absoluto caos, o el reciente ejemplo de Psycho Pass, anime clásicamente asociado a Selecta Visión cuyas ultimas partes han caído primero en Prime y luego en Crunchyroll.


El panorama internacional está ya más o menos comentado, pero quiero entrar en cosas más concretas aún, quiero entrar en por qué me planteé escribir este post, quiero hablar sobre la situación del home video de anime en España, una que no es que parezca estar igual que en otros países, parece incluso estar peor en cierta medida. Por explicar un poco para quien se acabe de adentrar en este mundillo, en España tenemos las típicas grandes plataformas que tienen anime como son las mencionadas anteriormente además de distribuidoras locales: Selecta Visión, Jonu Media y demás. Para concretar más y que se vea más claro, el anime en España está brindado en gran medida por dos grandes jugadores en esta partida: Crunchyroll y Selecta (sin desmerecer a Jonu pero en 2023 ha habido más retrasos que lanzamientos). La primera es la gran empresa de streaming internacional por antonomasia que ahora está creciendo en España sacando doblajes y llevando películas a los cines. La otra es la compañía local, la de casa, la que ha traído muchos animes con su doblaje y edición física, además de ponerlos en TV y distintas plataformas y de llevar películas a cines. La cosa es que esta pelea (no es una pelea en sí pero claramente compiten por tu tiempo y tu dinero), además de ser otro caso de lo anteriormente mencionado de “empresa local que edita en físico y empresa internacional que tiene plataforma” es un David contra Goliath de manual, no solo por recursos sino por el asunto de accesibilidad comentado antes. Siempre va a ser más cómodo y barato pagar una plataforma que comprar discos. Vale Javi, la cosa es que uno es streaming y el otro es en gran medida home video, ¿no es posible que coexistan? Si, pero por algún motivo eso no ocurre. Si en otros países tenemos que animes de plataformas acaban en físico o licencias con doblaje de Crunchyroll son editados por terceros o por ellos mismos en formato home video, ¿por qué en España no ocurre? Sinceramente, no lo sé, posiblemente no lo sepan ni los actores involucrados por mil y un motivos distintos como, por ejemplo, ya ha indicado Diego Martínez (coordinador nacional de Crunchyroll) alguna que otra vez, porque "esas decisiones deben tomarse desde San Francisco". Mas absurdo parece cuando vemos que, por ejemplo, Selecta ha editado y está editando licencias que vienen desde la propia Crunchy como son los casos de Darling In The Franxx o Black Clover, incluso Crunchy tiene en su plataforma doblajes hechos por Selecta como el de Demon Slayer. Una duda que se alimenta mucho más cuando nadie resuelve dudas. Un pasarse el marrón de manual, porque Crunchy dice que “ellos no editan en físico pero no cierran a que otras pueden sacar en home video animes de su catálogo” y Selecta responde “no son nuestras licencias así que no es nuestro trabajo sacarlas en formato doméstico”. Curioso cuando ya hemos mencionado los casos de que Crunchy si edita en físico en otros países y que Selecta sí que ha sacado cosas que son de la plataforma naranja.

Entonces, la pregunta del millón, ¿cuál es el futuro de este formato? Pues no sabría decir, ya que a diferencia del post anterior de videojuegos, el mercado de anime no está tan unificado a nivel global, es un mercado que varía mucho de un país a otro. No es lo mismo el componente coleccionista nipón que el de otros lugares, además de que, por ejemplo, en países como Francia el mundillo del coleccionismo del manganime en general es mucho más grande y amplio que el de España, incluso habiendo casos en donde parecen estar peor como el de Latinoamérica, donde el formato físico de anime parece ser una criatura mitológica. Me es imposible sacar conclusiones 100% claras y concisas, tanto por esta situación tan cambiante según la zona como por la opacidad que tiene esta industria, no sabiendo nada durante las negociaciones (como es normal también te digo) y solo sabiendo un pelín más cuando estas se acaban, si acaban en buen lugar claro. Aquí en España tenemos múltiples opciones posibles, podemos llegar a ver un acuerdo Crunchy-Selecta como hemos visto en otras ocasiones pero con un mayor grado para que todos esos animes top con doblaje en la plataforma llegue en físico. Podemos ver también otro tipo de acuerdo más ocasional, donde una distribuidora local licencie cosas concretas en momentos puntuales. Podemos ver incluso una entrada de Crunchyroll en la distribución de home video, algo que es posible de que ocurra como han ocurrido los estrenos en cines o los doblajes. Pero esa es la palabra, porque puede ser “posible” pero es difícil que sea “probable”. El acuerdo de plataforma y distribuidora es poco probable hoy en día vistas ciertas declaraciones, el acuerdo puntual parece más probable pero aún así es difícil porque parece que da alergia licenciar animes para solo formato físico, y lo del sello físico de Crunchy olvídate porque la decisión se tiene que tomar desde unas oficinas en la costa de California y dudo mucho que allí vean sacar ediciones físicas en un país lejano con tiradas no muy amplias como una de sus principales preocupaciones, por no decir que ni se lo habrán planteado. ¿Pinta chungo? Pues sí, pinta chungo. ¿Y de quien es la culpa? De todos y de ninguno, porque puedes criticar a las empresas por no hacer el esfuerzo suficiente para saciar esta necesidad coleccionista del fan a la vez que puedes entender que a lo mejor no es rentable sacar adelante alguna de las posibles opciones por mucho que lo pidamos. Oye, por qué no, incluso podemos mirarnos a nosotros mismos, a lo mejor el apoyo dado no es el suficiente, quien sabe.


Para cerrar, pregunto lo siguiente: ¿existe cabida para el optimismo? Pues no sabría decirte, si con otros formatos puedo ser más o menos optimista con este las dudas me inundan. Si en los videojuegos puedo decir que el formato físico tiene todavía mucha fanbase pero que las empresas quieren calzárselo o que en la música parece que a los vinilos les queda mucha guerra que dar, con el anime no sé qué decir. Sinceramente veo el lado bueno y el lado malo en este tema. Por un lado veo que es que, obviando coleccionismo y conservación del medio, no hay ningún beneficio real en comprar blu-rays antes que pagar streaming como ya he comentado, pero es que por otro lado veo que todavía sigue funcionando bien el formato aquí en España. A pesar de que Selecta acceda con cuentagotas a los grandes títulos y que le toque tirar constantemente de clásicos y reediciones, parece que siguen vendiendo ediciones tanto sencillas como coleccionistas a buen ritmo, la cantidad de series que cuentan con edición para home video aumenta y tenemos a otras como Jonu que están haciendo crecer tanto su catálogo más caro como el de amarays sencillos. Es la típica situación de los dos filos de una navaja, veo que va a peor pero a la vez va a mejor.

Entonces, vuelvo a preguntar, ¿cuál es el futuro de este formato? No voy a mentir diciéndote otra vez que no lo sé porque, en cierta medida, nos podemos hacer alguna idea. Este formato no va a convertirse en algo de nicho porque ya lo es, la cosa es que puede seguir un camino catastrófico o uno más alegre. De momento estamos camino a la peor opción ya que el home video de anime en este país parece estar en una especie de “tierra de nadie”. Lo nuevo, lo que quiere la gente, parece quedarse fuera ya que o unos no quieren apostar por el formato o los otros pasan de arriesgarse a licenciar algo que no pueden explotar en plataformas, ambas ocurren ya sean por falta de recursos, posibilidades, beneficios o directamente ganas. Un punto que parece una retroalimentación negativa, porque si no se apuesta por lo top nuevo habrá que hacerlo por lo "perfil B" o por lo clásico, pero a saber cuánto durará esto. Básicamente es imposible vivir siempre así, llegará un punto donde las series grandes del catálogo de cada empresa no podrán reeditarse por pura saturación al haberlo hecho varias veces, las series más recientes que licenciaste en el pasado no tendrán tanto calibre como para reeditarlas por todo lo grande y lo demás ya será como haber llegado unos cuantos años tarde. Así que, la respuesta a la pregunta sobre el futuro es simple: si seguimos así personalmente no creo que el físico siga aguantando, pero si se abre ese melón de traer cosas como Jujutsu Kaisen o SPYxFAMILY posiblemente haya una oportunidad de futuro donde el fan tendrá la última palabra, porque si no se apoya con la cartera nos vamos al hoyo. Veremos, posiblemente este periodo que comprende lo que queda de 2023 y el 2024 al completo sea bastante determinante, a Selecta se le están acabando las grandes series de su catálogo y está perdiendo demasiadas licencias en comparación a las que está ganando, mientras que a Crunchyroll se le está quedando un catálogo en castellano tan sensacional que podría aprovecharlo (todos sabemos que Dragon Ball Super: Super Hero vendería una burrada). Esperemos que la cosa cambie y que nosotros, los coleccionistas, podamos disfrutar de tener en nuestras estanterías animes que hace no mucho no nos imaginábamos tener o, al menos, este no vaya decayendo en lo que sería una muerte lenta. Veremos que deparará el futuro, el tiempo siempre dicta sentencia.

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