¿Y ahora qué, Xbox?

Pocas veces tengo tales escasas ganas de escribir como esta, si lo estoy haciendo es fruto de la frustración, de una necesidad imperiosa de sacar de dentro una rabia enorme, una rabia causada por como una industria que tanto ha dado está siendo destruida lentamente por empresarios voraces con ganas de más y más dinero. Puedo estar así cientos y cientos de líneas, y posiblemente lo haga más adelante, pero ahora quiero hablar del detonante de todo esto, del que es posiblemente el mayor tiro en el pie en cuanto a imagen pública se refiere en los últimos años dentro de los videojuegos. Efectivamente, hoy voy a sacar todo este malestar para hablar de Xbox, de cómo la línea de videojuegos de Microsoft ha tirado tanto por tierra en un solo día, de cómo esta marca se ha puesto a toda la comunidad en contra y de cómo ha hipotecado sus planes de futuro, unos planes que todavía no sabemos cuáles van a ser porque posiblemente ni ellos lo sepan. Así que, al lio.


El arranque de todo esto es varios años atrás y que se ha desarrollado hasta hace escasos meses, un punto de inflexión donde Xbox se consolidó en uno de los mayores titanes de la industria gracias a una sola palabra: adquisición. La línea de videojuegos de Microsoft se convirtió en este titán gracias a gastarse unos 80 millones de dólares en dos distribuidoras como Zenimax y Activision-Blizzard-King, adquiriendo en el proceso una cantidad absurda de IPs y desarrolladoras y convirtiéndose en una de las empresas de videojuegos con mayor cantidad de ingresos y en la distribuidora con más estudios solamente por detrás de gente como Embracer. Dos compras que sacudieron la industria, sobre todo la segunda al hacer tambalear por completo varios pilares fundamentales de la competencia leal de este sector. Unas compras que se sustentaban claramente en expandir la marca a varios mercados y crecer en múltiples áreas (aquí comento todo sobre esta gran ultima compra). Xbox con esto pretendía asaltar y conquistar múltiples frentes: potenciar su línea de exclusivos para mejorar las ventas de cosas como el hardware, querer ganarse un buen pedazo del mercado móvil, mejorar su situación en mercados difíciles como el japonés, potenciar el juego en la nube y el gran caso obvio de potenciar hasta el absoluto su querido Game Pass. La cosa es que entre toda esta alegría por parte de los fans de la marca verde y por la gente que pensaba en la gran limpia que ABK necesitaba asomaba una posible verdad muy oscura, una que en cierta parte la FTC quiso detener (en realidad no porque parecían querer defender el dominio de Sony en Estados Unidos más que otra cosa), y esto la destrucción de la industria por decisiones capitalistas.

¿Cómo que destrucción de la industria? ¿Cómo que decisiones capitalistas? Simple, al final si una empresa toma control sobre otra pues esto puede dar a varias situaciones poco agradables como puede ser “acabar con la redundancia”. Esta frase es la que usó la propia Microsoft para despedir a 1.900 empleados a principios de este año. Aquí me falla algo, ¿no dijo Microsoft que no habría consolidación de mercado porque Xbox y Activision iban a actuar como entes diferentes? Pues si ese es el caso bastante estúpido que haya despidos por redundancia salvo que hayas mentido flagrantemente a la FTC, pero que sabré yo sobre gestión empresarial. Noticia durísima el cargarse a un 8% de la que era tu plantilla simple y llanamente porque casi dos mil personas y las correspondientes familias dependientes de sus sueldos se han quedado sin sustento, y viendo cómo funciona el país de la libertad por antonomasia pues se han quedado sin absolutamente nada porque allí el despido no funciona como aquí. Esta noticia quedó en un segundo plano, no porque no nos importe que la gente pierda su trabajo sino porque el resto de la industria también estaba apretando el cinturón por unos motivos u otros, haciendo que esta mierda de situación no fuera más que otro caso en una especie de pozo de mala muerte. A estos despidos se sumaban EA con 700 personas o Sony con 900 entre otras, la industria estaba siendo sacudida en un caso claro de fin de bonanza post pandemia, pero es que aun con esas Microsoft quiso demostrar que este no era el caso como si de darle la razón a todos los detractores de la compra se tratase.

La gota que colmaba el vaso ocurría hace poquitos días, literal que todavía el muerto sigue caliente. Tras esos despidos parece ser que Xbox quería seguir cabreando a todos los fans de la industria y decidió pegarse un tiro en el pie de la manera más estúpida posible. Señores, este pasado martes Xbox anunciaba que chapaban cuatro estudios de Zenimax, siendo los damnificados Roundhouse Studios (que sería absorbido por Zenimax Online Studios), Alpha Dog Games, Arkane Austin y Tango Gameworks. Los casos curiosos y que generan la mayor cantidad de furia son los dos últimos, sin menospreciar la tragedia que supone los cierres y consecuentes despidos de los otros dos estudios. Arkane Austin es una de las dos mitades que compone la desarrolladora Arkane junto a su contraparte en Lyon, una que ha sido la responsable del absoluto desastre que es Redfall, un fracaso no gracias a los talentosos desarrolladores de la empresa sino a una dirección horrenda que llevó todo este desarrollo al conocido “development hell” como ya han contado varios trabajadores. Digo lo de talentosos porque este estudio ha sido responsable de dar vida a Prey, posiblemente uno de los mejores simuladores inmersivos sino el mejor de los últimos años. Un cierre que duele también por varios motivos a mayores de este, ya que desde las altas esferas de Xbox se recalcó que seguían confiando en este estudio a pesar del piñazo de Redfall, un juego que también es meter el dedo en la llaga porque se puede ver de manera literal como estos trabajadores seguían desarrollando contenido futuro a día de la noticia para esa gente que pagó 100€ por una edición especial con DLCs que nunca van a ver completa. Pero si Arkane Austin duele no os imagináis como destroza por dentro Tango Gameworks, duele no solo por la noticia sino por lo jodidamente estúpida a tantos niveles que es esta decisión. Xbox ha matado a sangre fría a su único estudio japones tras remarcar lo importante que era crecer en el mercado nipón para ellos, Xbox ha matado a una desarrolladora que era capaz de darle esa cosita que quería tener la marca llamada “juegos más pequeños pero claramente exitosos y diferenciales”, Xbox ha matado a la creadora de Hi-Fi Rush. Es estúpido como Xbox ha matado a la desarrolladora de su mejor exclusivo en años, a un juego múltiplemente premiado y que había dejado contento a la gente de Microsoft según palabras de los propios directivos. ¿Y sabéis cual es el motivo de todos estos cierres? Pues, según Jason Schreier, es porque necesitaban cargarse estudios y decidieron calzarse a aquellos que estaban en proceso de presentar nuevos proyectos en vez de los que ya estaban trabajando en algo (fíjate como daban por muerto a Redfall desde la propia Xbox). Nadie al volante.


Todo esto hace que salgan a flote muchos problemas que tiene la compañía, no problemas de solvencia o del estilo porque el valor de Microsoft le permitiría ser país top 10 mundial por PIB, problemas que van por otros lares. El primero es obvio, Xbox acaba de destruir la poca credibilidad que le quedaba, la imagen pública de la compañía acaba de ser enterrada bajo tierra. Tan ha sido el destrozo en cuanto a imagen se refiere que ni su propia fanbase ya les sigue el juego, gente que defendió a ultranza la compra de ABK ahora están en su contra, divulgadores especializados de Xbox ahora están siendo absurdamente críticos cuando algunos de ellos eran sesgados de narices. Lo han metido todo en una fosa que ellos mismos han cavado, años de declaraciones pro industria y pro jugador que han sido destruidas en unos pocos gestos. Se llenaron la boca diciendo que los empleados de estas empresas estarían bien amparados bajo su techo, que querían formar un portfolio de exclusivos con personalidad, que querían hacer tantas cosas y que estaban contentos con tantas otras, todo a la basura. ¿Cómo me voy a creer que quieres crecer en Japón si te cargas a tu único estudio con sede allí? ¿Cómo me voy a creer que quieres hacer crecer tu alineación de exclusivos si estas chapando estudios todo el rato? Y lo peor de todo, ¿cómo me voy a creer que desarrolladoras como Ninja Theory están a salvo si ni Tango Gameworks tras hacer el jodido Hi-Fi Rush lo ha estado? El segundo gran problema no es un problema en sí, es o un añadido mayúsculo a la desfachatez anterior o es una incompetencia supina, estoy hablando del plan que de verdad tiene Xbox. Si todas estas cosas han acabado siendo mentira esto implica una de dos, que no tienen ni idea de qué hacer con lo que han comprado o que siempre ha sido este el plan y los comentarios de los últimos años han sido pronunciados sabiendo que eran mentira.

¿Y quiénes son los culpables? Pues claramente la cúpula directiva de Xbox, tanto si ellos han tomado las decisiones como por si las han tomado otros por encima de su criterio. Los nombres son claros: Sarah Bond como presidenta, Matt Booty como dirigente de Xbox Game Studios y, sobre todo, Phil Spencer. Sin duda este es el mayor damnificado del show que estamos viendo ante nosotros, un show que pudo haber sido evitado perfectamente por este señor. El “bueno” de tito Phil ha pasado en cuestión de meses de ser considerado por muchos como el gran salvador de la marca y uno de los adalides del gaming para todos a no ser nada más que un payaso sin gracia en este circo creado bajo sus pies, un trilero más en una industria donde esta clase de señoros están presentes cual plaga. El señor Spencer ha perdido todo grado de credibilidad y toda la confianza que la comunidad había depositado en su visión de esta nueva Xbox. Todo su mandato ha acabado en fracaso, no solo por todo este esperpento ya comentado sino porque tampoco los números parecen acompañar. El hardware decrece en ventas a un ritmo mayor al esperado en estas etapas de una generación, el software parece no hacer la caja que los señores trajeados de arriba esperaban y el Game Pass parece haber tocado un techo irrompible. Es un desastre absoluto digno del mejor tipo de bufonería posible en todas las casuísticas que han podido llevar a esta situación: si el plan de Phil fue siempre este pues queda tachado de ególatra mentiroso que buscaba darse un baño de masas fácil, si no era el plan queda de líder poco cuerdo que no sabe qué hacer para cumplir los estándares empresariales puestos desde la gran M, y si en realidad todo esto está siendo orquestado por Satya Nadella pues queda pintado como una simple herramienta de PR más que sale a la palestra cuando se le necesita cual mono circense. Veremos cual de todas es, seguramente sea la última ya que tendrán la grandísima cara de sacarle en el showcase del próximo mes portando su típico look de camiseta friki con una chaquetilla por encima como si no hubiese pasado nada en vez de hacer lo que tiene que hacer alguien en esta tesitura: dimitir de manera inmediata. Podrán llevar hasta el infinito las mentiras que quieran pero si al final lo que buscan es darlo todo por el Call Of Duty pues que lo digan abiertamente, es una basura igualmente pero al menos no tendríamos que zamparnos una malgama de mentiras.


Dicho todo esto, rescato la pregunta que titula este texto escrito a base de pura rabia y desesperación: ¿y ahora que, Xbox? Nadie lo sabe pero es que en verdad poco importa porque tomen la decisión que tomen va a ser tomadura de pelo para sus fans solamente por todo el contexto que tenemos. Si en este E3’nt anuncian que rompen exclusividades entonces poco sentido tienen que no comuniquen un salto a la distribución a terceros, si anuncian que compran a base de talonario una exclusividad tocha como pueda ser Persona 6 (es una exageración para que entendáis la casuística) entonces por qué se han gastado tanta pasta en comprar estudios, si anuncian juegos que ilusión vamos a tener si puede pasar todo lo que ha pasado hasta ahora, y si no anuncian gran cosa pues eso mismo. Xbox ahora mismo está en una situación dura de digerir, ninguno de sus planes parece funcionar y ahora buscan invertirlo todo en las grandes IPs de Zenimax, en licencias de terceros con renombre o en el Call Of Duty más mediocre de la última década. Y no es cuestión de que no puedan abarcar con todo esto, si no puede Microsoft no puede absolutamente nadie, es cuestión de que los numeritos de beneficios superan a la lógica y a la emotividad de un arte como son los videojuegos. Por eso Tango Gameworks muere y por eso siguen apostando por la anualidad del Call Of Duty, porque la pasta manda. Y si resulta que en un futuro cortoplacista vemos como Xbox acaba con su línea hardware y se abre a otras plataformas va a ser por el mismo motivo, punto. Veremos donde lleva todo esto y cuál es el plan, pero la marca gaming de Microsoft acaba de destruir una imagen pública casi perfecta para mostrar al mundo lo que de verdad es, una empresa capitalista feroz que ha actuado como siempre ha actuado su empresa matriz: crecer a base de destruir.

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