Inmediatamente después de un Wrestle Kingdom 19 con sus luces y sombras (aquí os dejo mi review del evento) llega Wrestle Dynasty, el equivalente a Forbidden Door celebrado en Japón que tanto tiempo llevábamos esperando. Con una cartelera curiosa y para algunos ciertamente floja dada la ocasión, esta primera versión de la puerta prohibida en el país nipón fue un show muy correcto que no atrajo mucha gente al Tokyo Dome pero que cumplio con creces. Así que vamos a ver que tal fue, aquí dejo mi análisis.
LUCHA GAUNTLET MATCH
Esta segunda noche en el Tokyo Dome arrancaba con el denominado Lucha Gauntlet, una estipulación donde irían entrando al ring cada cierto tiempo cuatro luchadores de NJPW y cuatro de CMLL. Arrancaban el encuentro Hechicero y Kosei Fujita a los que le seguían Soberano Jr, Master Wato, Máscara Dorada, Taiji Ishimori, Titan y El Desperado en ese orden. Un choque dinámico de muchos estilos, ya que vimos a Hechicero sacando su arsenal técnico, a Soberano y Máscara Dorada volar por los aires con sus piruetas tan bellas y, en definitiva, a los ocho participantes sacar a relucir su arsenal y su estilo. Al final esto es lo que acabó siendo el gauntlet, un encuentro corto para que varios luchadores tuvieran su momentito en el Tokyo Dome y gracias a eso se hizo disfrutable con cositas como el todos contra Despy o a los dos enmascarados voladores enfrentándose entre sí. Al final, Ishimori se robó la victoria con un Gedo Clutch cuando parecía que Kosei Fujita iba a hacer rendir al campeón. Lo dicho, combate corto y entretenido para arrancar Wrestle Dynasty.
HIROSHI TANAHASHI VS KATSUYORI SHIBATA
Hiroshi Tanahashi no iba a perderse el cinco de enero en el Tokyo Dome, ¿no? Efectivamente, este hombre se apunta a un tiroteo con una navaja en el mejor de los sentidos, y su presencia en este segundo día iba a ir de la mano de nada más y nada menos que Katsuyori Shibata. No sería un gran combate, no solo por el estado físico de Tana sino porque NJPW se negaba a meter en un combate en condiciones a Shibata (por razones obvias también te digo). Ambos alumnos del dojo pertenecientes a la misma generación se verían las caras en un combate de exhibición de cinco minutos de duración.
No fue nada del otro mundo tanto por la estipulación como por el estado físico de Tanahashi aunque esto da un poco igual, este duelo de cinco minutos tenía un factor sentimental que no se puede despreciar. Volver a ver a Shibata en el Tokyo Dome, volver a ver a este enfrentarse a Tanahashi en su gira de retiro… al final los intangibles importan y estos tienen su peso. No hubo mucho, solo unos locks y unos intercambios de chops. Seamos realistas, tampoco íbamos a ver mucho más viendo la negativa de NJPW de poner a Shibata en un combate serio (por eso se largó a AEW) y viendo que Tanahashi no está para mucho más. Cinco minutos de encuentro que acabaron en empate con un abrazo muy emotivo entre ambos donde lo importante es lo ya mencionado, Shibata y Tanahashi han compartido ring en el Tokyo Dome.
UNDISPUTED BRITISH WOMEN'S CHAMPIONSHIP & NJPW STRONG WOMEN'S CHAMPIONSHIP: MINA SHIRAKAWA VS MERCEDES MONÉ
Ahora es turno de hablar de la segunda lucha femenina de la noche, la primera de la cartelera principal. Si ayer estaba en juego el campeonato de mujeres IWGP hoy están en dos: el de NJPW STRONG y el de RPW. El encuentro en la teoría tenía buena pinta, Mercedes Moné volvía al Tokyo Dome contra uno de los talentos femeninos japoneses que más popularidad ha ganado en los últimos meses, resultando en la práctica en una buena lucha. Con otro atuendo en homenaje a Sailor Moon, la doble campeona de AEW se sobrepuso de buena manera a una Mina Shirakawa que buscó obtener la victoria atacando ambas rodillas de su oponente de manera incesante no sólo para debilitar la faceta ofensiva de su oponente sino para abrirse una puerta hacia la victoria. Gracias a estas intentonas y a la supervivencia de Mone vimos un muy entretenido combate, uno que culminó con un Moné Maker sacado de la nada cuando la derrota parecía acercarse para hacer que la C.E.O. se convierta en triple campeona. Otra muestra más de que Moné es una de las mejores de la historia, puede rendir a gran nivel contra quien sea, donde sea y por el premio que sea.
DAVID FINLAY VS BRODY KING
Primero de todo hay que dejar una cosa clara: como mola Brody King. De verdad, no puedo remarcar más fuerte lo que mola este gigantón violento tatuado, el aura de pasear la rampa del Tokyo Dome vestido cual paramilitar checheno con metal de fondo mientras pega ladridos en el ring es algo insuperable. Dicho esto, este era el combate de la cartelera al que mirar y decir “for the sickos” ya que juntar a alguien como Brody con el megamalo por excelencia de NJPW tiene que molar por obligación divina como si Inoki hubiera firmado este encuentro absurdo para ocupar 12 maravillosos minutos de tu vida. Claramente el combate respiraba vieja escuela viendo como Brody King parecía y parece una versión moderna de Bruiser Brody en cierta manera no solo por su presentación sino por la forma en la que estaba aniquilando a Finlay. Por otra parte, vimos a David Finlay en un rol ciertamente inesperado, uno en el que no era el que llevaba la batuta con jugarretas de malo maloso sino que sus esfuerzos eran centrados en intentar que esta mala bestia no le aniquilase. A la larga le salió bien ya que el líder del Bullet Club acabó llevándose la victoria, pero en el proceso vimos que era tratado como un peluche a manos de un niño caprichoso. Brody lo aniquiló, si no era intentando hacerle picadillo contra la barricada exterior era arrojándole y golpeándole de maneras violentas en el ring. Finlay, en definitiva, acabó hecho mierda porque Brody le hizo mierda, de una manera muy entretenida por cierto. Habiendo dicho todo esto, ¿cómo es que Finlay acabó ganando? Pues porque tuvo que tomar ciertos riesgos que nunca antes había tomado, riesgos que a la larga le funcionaron para sobrevivir más que ganar. Solo puedo decir que vaya combate, ejemplo perfecto de que se puede hacer mucho con muy poco, un combate que hizo rugir mucho al público japonés y que seguramente ha hecho que muchos fans nipones se apunten un nombre tan bueno como el de Brody King.
SHOTA UMINO VS CLAUDIO CASTAGNOLI
La siguiente dosis de violencia llegaba de manera bastante rápida, una dosis distinta a la vista en el combate anterior pero sigue siendo violencia. Entraba al ring el gran perdedor de la noche anterior y ni pudo pisar el ring antes de ser atacado brutalmente por su rival. Claudio tomaba la delantera con este ataque furtivo aunque no llegaría muy lejos frente a un Umino que no caería tan fácil tras lo vivido la noche del cuatro. Este podría ser un combate más para algunos pero para Shota era la primera oportunidad de resarcirse, una primera oportunidad para redimirse de todo lo malo que pudo ser Wrestle Kingdom para él. Por esto y más, Umino peleó contra todo el castigo que Claudio le aplicó dentro y fuera del encordado, un castigo del suizo impecable como siempre que incluso se llevó algún que otro vitoreo con sus acciones. Al final, Shota Umino se llevó la victoria, una que no fue recibida con mucho ánimo por la fanaticada, incluso habiendo algún que otro abucheo sonoro entre las decenas de miles de personas que había en el Tokyo Dome. Una victoria ciertamente importante, ¿para resarcirse? No lo creo, para eso necesitará mucho más.
NEVER OPENWEIGHT & AEW INTERNATIONAL CHAMPIONSHIP: KONOSUKE TAKESHITA © VS TOMOHIRO ISHII
Tras estos dos combates de exhibición sin un premio tangible en juego llegaba la segunda lucha doble titular de la velada, una en la que Konosuke Takeshita pondría en juego su recién ganado campeonato NEVER y su campeonato internacional de AEW en juego frente al veterano aguerrido llamado Tomohiro Ishii. No tenía pinta de ser mejor combate que el de la noche anterior aunque malo tampoco podía ser la verdad. Algo ajeno a la lucha que me gustaría comentar es todo lo que rodea a Konosuke Takeshita, ya que en NJPW han dado con la tecla de cómo presentar al alfa de manera perfecta. La música de DDT, la escenografía, ese aura… son cosas que en AEW se aprecian pero no se muestran tan bien como se han mostrado en estos dos días. Volviendo a la acción en el ring tenemos que, efectivamente, no fue mejor lucha que la de la noche anterior. Le faltó ese ritmo y esa intensidad que Shingo Takagi imprime tan bien en los encuentros y aun con esas estuvo a un excelente nivel por una sola cosa: golpiza. Tenga la edad que tenga, Tomohiro Ishii va a ser siempre sinónimo de dar hostias como panes. Así se labró una reputación, con combates de dar y recibir sin criterio, y aunque el tiempo siempre nos alcanza a todos tenemos que la recta final del encuentro es una demostración perfecta de que lo aprendido nunca se olvida. Una tunda final de campeonato que encendió al público del Tokyo Dome de tal manera que cada golpe y cada pin era acompañado por una reacción ampliamente sonora. Que final, uno que determinó que Konosuke seguía siendo doble campeón tras su aparentemente infalible Raging Fire, aunque en verdad tuvo que sudar de lo lindo para llegar a este final victorioso. Encuentro de categoría sin duda.
IWGP TAG TEAM CHAMPIONSHIP: UNITED EMPIRE VS THE YOUNG BUCKS VS LOS INGOBERNABLES DE JAPÓN
La escena de la división por parejas no tiene buena pinta, peor pinta tenía su presencia en el fin de semana en el Tokyo Dome. Con los ganadores de la World Tag League enfrentándose entre ellos y el campeonato vacante debido a una lesión de Henare, el panorama no era el más alentador. Esto cambió hacia cierta luz y esperanza con la incorporación de los Young Bucks a la escena, quienes regresaban a NJPW cinco años exactos después. No iba todo a mejor por solo su presencia, esa mejora era porque se empezaron a definir ciertos planes más o menos atractivos. Si primero era contra Henare y Great O-Khan acabó siendo contra O-Khan y Jeff Cobb más quienes deberían de haber retado por simple tradición: Naito y Takahashi.
El combate pensaba que sería el típico de tres esquinas con dos personas en el ring, grave error, ya que fue un todos contra todos de categoría. United Empire fueron directos a por Los Ingobernables y porque los hermanos Jackson empezaron a hacer de las suyas bastante pronto. Los relevos de una lucha tradicional desaparecieron pronto y rápidamente giró hacia una dirección de todos contra todos, o al menos de quienes estuvieran en el ring. Gracias a esto, la lucha giró hacia una dirección mucho más dinámica donde brillaron los Young Bucks al demostrar que no habían perdido su toque tras cinco años fuera de New Japan junto a un Jeff Cobb que siempre consigue destacar por méritos propios. Sobre los otros tres puedo decir que o hicieron lo justo o bastante menos, Hiromu y O-Khan tuvieron sus momentos mientras Tetsuya Naito no estaba por la labor de hacer mucho (viendo cómo está físicamente no creo que aguante el trajín de dos combates exigentes en dos noches consecutivas). Tras todo este mogambo y un intento de victoria frustrado por Great O-Khan, los EVP de AEW se aseguraron su segunda corona como campeones IWGP (la novena si contamos la división junior también) tras recibir un Meltzer Driver sobre el excampeón. Un combate que sin duda ha supuesto un regreso por todo lo alto para la pareja de hermanos tras cinco años de ausencia en Japón.
IWGP GLOBAL CHAMPIONSHIP: YOTA TSUJI © VS JACK PERRY
La caída en picado de Jack Perry es digna de estudio, de ser un villano interesante surgido de circunstancias no muy halagüeñas a ser alguien insulso tanto en personalidad como a trabajo en el ring se refiere. Su estilo lento y metódico característico de un “heel” no funciona al no dar ningún tipo de sensación de peligrosidad, inteligencia y demás que sí que tienen otros “heels”. No solo eso, también transmite una sensación de que su personaje de chivo expiatorio ha tocado un techo que cada vez es más bajo, como si la llama del incidente con Punk se hubiera apagado y por ende no tenga mucho sentido usar este personaje. ¿Eres el “scapegoat” tras aliarse con The ELITE y ser campeón TNT? Pues no la verdad, y si lo que busca es tirar de cinismo digno del villano pues no llama la atención. Pongo todo esto en evidencia porque este ha sido el principal problema de esta lucha, una donde Tsuji demuestra una vez más quién es y cómo de importante es mientras Perry intenta seguirle el juego de manera fallida, una sensación de que ambos no casan y de que Yota tuvo que rebajarse para no desentonar. Un quiero y no puedo de combate, tibio en su construcción, tibio en su proceso e incluso tibio en el final, uno donde el Gene Blaster impidió la coronación de un nuevo campeón tan solo un día después.
KENNY OMEGA VS GABE KIDD
Tras más de 400 días fuera de los cuadriláteros y tras dos años sin pisar un ring de New Japan, este cinco de junio era el día en el que Kenny Omega no solo volvía a pisar un ring de New Japan sino que era el primer día en el que volvía a luchar tras una larga espera. Esa espera fue dura por múltiples motivos, primero porque era la segunda baja de larga duración en los últimos tres años desde que perdió el campeonato mundial, a lo que hay que sumar el motivo de su baja: una diverticulitis que le costó gran parte de su intestino y que si no hubiera sido detectada a tiempo podría haberle costado su carrera e incluso su vida. Era una velada muy esperada, también por quien tenía enfrente: Gabe Kidd. El joven británico es una de las grandes apuestas de futuro de NJPW,y aunque ha tenido un 2024 algo flojo sigue estando en esas posiciones de futuro gran talento. Aun con las ganas de volver a ver al “Best Bout Machine” había miedos reales de que este regreso no estuviera a la altura. ¿Estará Omega al 100%? ¿Es Kidd el mejor oponente para este regreso?
La respuesta a esas preguntas fue inmediata. Volver a ver a Kenny en el Tokyo Dome siempre es mágico, más si su tema de entrada estuvo compuesto por el gran Masayoshi Soken. Es un aura indescriptible, una sensación de que es un icono más grande que todo lo que le rodea, como si el mote de “Dios del wrestling” no fuera un mero apodo coloquial. Kenny Omega es puro aura, es wrestling en su máxima expresión. Por otra parte, Gabe Kidd se convirtió en el babyface definitivo antes, durante y después de esta lucha. Portando el león de NJPW, luchó con todo lo que su cuerpo y alma podía dar para defender su casa de quien la abandonó en su momento. Un mortal con nada que perder contra una deidad del olimpo del wrestling. Todo esto dio uno de los mejores combates que mis ojos han podido ver, esa magia de Kenny que siempre muestra en el Tokyo Dome junto a ese espíritu aguerrido de Gabe se juntaron para formar un clásico para el recuerdo. Fue un combate que se alejó bastante de lo que suele ser una lucha de gran calibre estándar para Omega, fue más una batalla sangrienta sin restricciones ni miedos, un combate que recordaba a esas sangrientas batallas de los ochenta en Japón o al estilo “King’s Road” de AJPW tan visto en los noventa. Fue violenta y sangrienta, si, pero con criterio. No hubo un gran repertorio de armas, esa sangre solo brotó fruto de las intentonas de ganar de ambos que cruzaron claramente ciertas líneas. Bajo este combate vieja escuela ambos brillaron, Kenny por ser siempre el maestro de sacar grandes combates como sea contra quien sea y Kidd por sacar un estilo aguerrido de nunca rendirse.
El final fue ciertamente trágico, un poquito triste si te pones a pensarlo. El chaval nacido en Brighton que ha crecido como luchador en el dojo de NJPW caía ante esa deidad mencionada, ese espíritu de luchar por y para la compañía que tanto ama y que tanto le ha dado no fue suficiente, consiguió hacerle mucha mella pero no consiguió derrotarlo. Aun con esas no todo fue horrible para Gabe Kidd, no solo creó junto a Kenny uno de los mejores combates que mis ojos han visto sino que consiguió dar un paso gigante para convertirse en el “ace” de toda la compañía. Entró siendo un mocoso rebelde y salió siendo el buque insignia de la empresa que se autodenomina “rey del deporte”, entró como un gaijin más y salió como el héroe definitivo para los fans. No es Shota, no es Tsuji, no es Yuya, no es nadie de esos nombres, el número uno en esta lista de futuros grandes talentos es Gabe Kidd, el hombre que hizo llorar de emoción a Hiroshi Tanahashi, y que yo recuerde muy pocos consiguen esto. Kenny Omega es el presente de la lucha libre y el pasado de NJPW, Gabe Kidd es el futuro.
IWGP WORLD HEAVYWEIGHT CHAMPIONSHIP: ZACK SABRE Jr. © VS RICOCHET
Tras un cierre de Wrestle Kingdom ciertamente decepcionante, Zack Sabre Jr. tenía ya en mente su siguiente defensa, una que sucedería solamente un día después. En frente suyo como oponente se encontraba un Ricochet que regresaba a un ring de New Japan tras reencontrar su mejor versión en AEW y tras ocho años sin pisar un ring en la tierra del sol naciente. Para mí este tuvo que ser el cierre de Wrestle Kingdom. No estoy hablando de que este era el combate de esa noche, más bien me refiero a que este era el estilo que debería de haber tenido. Ricochet y ZSJ contaron solo con la mitad de tiempo pero consiguieron hacerlo sentir más valioso ya que lo rellenaron de una forma en la que los dos luchadores se sintieron valiosos. Sin tener un ritmo extraño ni secuencias raras, Ricochet brilló a pesar de que su estilo no casa con lo tradicional de un evento principal de un show en el Tokyo Dome mientras que Zack recurrió solamente a lo que tan bien se le da. Ni melodramas, ni secuencias de supervivencia sobrehumana nada de eso, Zack utilizó su pegada y su habilidad al raso de la lona para hacer frente a un oponente que ha crecido y evolucionado desde su llegada a AEW. Si, esto sigue siendo un combate estilo New Japan, pero hicieron lo que comenté de ajustarse a sus estilos más que a las circunstancias. Gracias a esto tuvimos un combate mucho más divertido y mucho menos cargante que su contraparte del fin de semana. Como nota final, ZSJ volvió a salir triunfante sin necesidad de recurrir a un espíritu “strong style”, hizo lo que tan bien se le da: maltratar las extremidades de sus oponentes. No fue un main event de gran calibre pero fue uno que al menos no nos dejó tibios o divididos.
Wrestle Dynasty fue lo que tenía que haber sido Wrestle Kingdom: un show de principio a fin lleno de combates con un listón mínimo de calidad bastante alto, con un encuentro para el recuerdo y un main event a la altura o al menos cerca de ello. Si ha ocurrido esto es, en mi humilde opinión, porque NJPW no consigue catapultar a la siguiente generación ni poner a quien toca en las posiciones que tocan. Si, hubo mala fortuna como la lesión de DOUKI o la no presencia de Yuya Uemura, pero darle un evento principal a un Shota Umino al que le falta algo para ser top no creo que fuera la decisión correcta. Wrestle Dynasty tuvo luchas titulares interesantes, momentos emotivos, un clásico para el recuerdo y el nacimiento de una nueva megaestrella llamada Gabe Kidd. No se si 2025 será el año en el que New Japan de el paso en la dirección que toca pero tiene mimbres para ello, algo que no se si ocurrirá a pesar de que es algo casi imperativo.