Review Helldivers II: democracia y libertad a base de balazos

“Helldivers”, seguro que habéis escuchado esta palabra. Seguro que habéis escuchado este término junto a frases del palo “¡Defiende la libertad y la democracia!”, a no ser que vivas en una cueva o no dispongas de una conexión a internet claro. Todo esto es gracias a Helldivers II, juego desarrollado por Arrowhead y distribuido bajo el sello de PlayStation Studios que se ha convertido en la última gallina de los huevos de oro de la empresa nipona. Un juego que lleva en desarrollo durante muchos años debido al principal cambio de estilo de juego, pasando de un “top-down shooter” de la primera entrega a un “third person shooter” y que no ha podido salir mejor. Un juego que ha sido una sorpresa increíblemente agradable para los jugadores, para la desarrolladora e incluso para la propia Sony, quien no publicitó mucho el juego debido a que no tenían altas expectativas y se ha encontrado con un megaéxito en críticas y ventas. Pues hoy hablemos de este videojuego, de Helldivers II, un juego AA que ha arrasado de manera indiscutida y que ha sacudido el panorama y la industria sin igual en una época donde más en duda se encuentra la sostenibilidad de los desarrollos de los juegos AAA.


“Supertierra, nuestro hogar, prosperidad, libertad, democracia, nuestro modo de vida. Pero la libertad hay que ganársela. Demuéstrate que tienes la fortaleza y el valor de ser libre, únete a los Helldivers. Forma parte de la elite que mantiene la paz, descubre formas de vida exóticas y propaga la democracia gestionada por toda la galaxia. Se un héroe, se una leyenda, ¡se un Helldiver!”. Señoras y señores, esta es literalmente la transcripción de la cinemática introductoria que siempre sale al arrancar el juego. No se anda con ostias el jueguito este, metidita en contexto antes del tutorial y luego a funcionar. Pero si no te empanas, ¿de qué va Helldivers II? Básico, eres una especie de supersoldado (de esto nada como ya verás después) que es mandado a infinitud de planetas para proteger la libertad de la supertierra y llevar la democracia gestionada a aquellos que reniegan de ella y ponen en peligro el estilo de vida de dicha sociedad. Ya sean bichejos asquerosos llamados termínidos o trozos de hojalata llamados automatones, protege la supertierra. Ya con esto nos va quedando claro cuál es el contexto de esta historia, ¿no? Efectivamente, es la magnificación de la sátira contra el neofascismo y las sociedades hipermilitarizadas, una sátira que no solo se basa en cositas como Starship Troopers sino que adelanta a la peli por la derecha. Es de coña mala y que os voy a decir, funciona a la puñetera perfección por una cosa que hace que este juego sea una maravilla: el gameplay.

La joyita de la corona y, en realidad, lo que hace que esto sea algo tan tocho es el gameplay, el alma del juego. Imagina que eres un fulano que se ha comprado su copia en PS5 o en Steam, se junta con otros tres colegas, cae en un planeta aleatorio sin que sepa por donde le da el aire y se ve rodeado por veintemil bichos sin apenas munición y muriendo constantemente. Esto es Helldivers II, eres la fuerza principal de una megasociedad y literalmente unos bichos de mierda te están dando pal pelo pero esa es la gracia. Superando esta primera barrera y dándote cuenta de por qué el juego cifra la edad media de esta unidad militar en unos 19 años es cuando empieza la diversión. El juego, al igual que esta sátira fascista donde supuestamente eres superior a todos pero están a punto de vencerte constantemente, hace ver todo increíblemente fácil a pesar de que es difícil, muy difícil. Esta es la gracia de Helldivers II, te van a dar por todos los lados de maneras inhóspitas mientras intentas completar las misiones pero a la vez que palmas constantemente ves como tú y tus colegas arrasáis con todo. Esa heroicidad, esa capacidad de salvar el día en el último momento es lo que le da la magia al juego. Porque, en verdad, el juego es jodidamente simple y si te paras a pensarlo también es ciertamente repetitivo y sin mucha chicha, pero da absolutamente igual porque esta dualidad comentada y la difícil simpleza le dan ese toque que mola. Cae en un planeta y completa distintas misiones con dos armas, cuatro rachas llamadas “estratagemas” y los colgados que componen junto a ti esta unidad. Las armas tienen munición limitada, muy limitada, y ojo porque si recargas vacías todo el cargador, así que si no gestionas la munición correctamente te vas a quedar en nada sin ella y te tocara pedir un reabastecimiento, si puedes claro porque tienen “cooldown”. Ese reabastecimiento es una de las estratagemas base junto a las limitadas reanimaciones, las otras cuatro que llevas son a tu elección. Esas rachas van desde bombardeos gloriosos hasta armas de apoyo variopintas, pero conseguirlas no es fácil. Pídela, sí, pero entre el tiempo de espera y que cada vez que tienes que solicitarla tienes que meter un código KONAMI pues puede no ser tan fácil. Pedir una de estas es sencillo estando solo, no tanto cuando estés rodeado de bichos intentando matarte, tal es el nivel que un colega mío dejó de jugar con teclado porque con el mando era infinitamente mas fácil hacer este paripé con las flechas. Con todo lo mencionado, con tus armas, tus estratagemas y tus aliados, completa los objetivos y lárgate del planeta, fácil y sencillo.

Es absurdamente sencillo y clónico el gameplay pero es que funciona a la perfección. Funciona por las armas, ya que siguen una progresión horizontal donde casi todas son igual de efectivas por norma pero dependiendo de las stats harán que unas sean más optimas o mejores que otras según tu estilo de juego y contra que o quien las uses. Las estratagemas igual, mil y un opciones distintas que dan la misma sensación de efectividad y satisfacción cuando las usas. Esto es tu elección, pero es que lo demás es un caos controlado perfecto. El planeta no es una zona limitada a la misión sino un minimapa abierto, están las misiones principales pero siempre puedes ir merodeando por el mapa acabando con bichos, destruir nidos/fabricas, recolectar muestras o simplemente hacer el capullo por ahí. Todo va desde ir a fuego hasta el tomárselo con calma en un entorno con los objetivos claramente definidos pero siendo rodeado por un duelo incesante contra cientos y cientos de enemigos. El caos controlado del gameplay es perfecto, la progresión es perfecta, los enemigos son perfectos, el arsenal es perfecto pero, ¿cuál es el detalle que hace este juego único? La comunidad, pero no la comunidad per se, sino el sentimiento de que esta pertenece a algo mayor a ellos. Los jugadores de este juego clamamos los mantras de “democracia y libertad” o “acabad con los bichejos y los roboces” no porque suene guay, es porque de verdad lo estamos haciendo. Dentro de este contexto todo aporta, desde el momento en el que eliges la misión hasta que la acabas. En las misiones te sientes dentro de esta oda militar porque todo lo que rodea al gameplay invita a ello. La música épica, las explosiones gráficamente sensacionales, la sensación de reventar al bicho y al robot hiperrealista, los sonidos de la guerra te meten de lleno, hasta las frases de los personajes tipo “!¿QUIERES TE? PUES TOMA UNA LIBERTAZA!” son sensacionales, todo está perfecto. Pero ya no es solo dentro de las misiones, es fuera. Es ver cómo cambia el contador de “planeta liberado” cuando completas una misión, es ver como estos planetas caen en manos del enemigo o son pacificados, es ver las naves alrededor de la tuya lanzando capsulas a la superficie del espacio y muchas más cosas. En resumen, es esta sensación de unidad en la comunidad por un objetivo común, un objetivo bastante chorra y satirizado, pero un objetivo común.


En resumen, Helldivers II es el juego imperfecto perfecto. Las misiones muchas veces son las mismas, la profundidad en tema arsenal no es muy amplia, los enemigos acaban siendo siempre los mismos, el motor grafico tiene sus cosas pero es que da absolutamente igual porque todo eso es lo que lo hace genial. Para mi este juego me recuerda a la época donde jugar a juegos multijugador era algo más simple y bonito. Ahora todos estos videojuegos están rodeados de una dificultad añadida absurda, que si pases de batalla, que si microtransacicones, que si cambios en el meta constantemente y muchísimas más cosas. Antes era todo mejor, antes enchufabas el juego, tomabas dos decisiones y listo para todo. Por cosas como esta brillaron juegos como el Call Of Duty 4: Modern Warfare, elegias un par de armas con un accesorio y tus ventajas y funcionando. Este juego vuelve a esa época, trae esas mismas sensaciones. Da igual cual sea el arma chetada o si no llevas la armadura o las estratagemas correctas porque te van a dar pal pelo igual, pilla lo que mejor te funcione y listo porque da igual el ranking o cuanto mates, solo importa cumplir la misión. Esta simpleza y diversión con un sistema de microtransacciones increíblemente respetuoso para el fan y una comunidad tan unida que incluso está pidiendo que saquen el juego en Xbox para tener más soldados por la libertad hace que este Helldivers II sea un rayo de luz en una época de oscuridad para la industria. Ojalá siga así para siempre, ojalá no lo rompan. Juego de época sin duda.

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