Review Persona 3 Reload: una gran nueva versión de un clásico a pesar de tener ciertos problemas insalvables

Después de más de 60 horas y casi dos meses jugando, por fin me he pasado de principio a fin el Persona 3 Reload. A pesar de que me falta el platino y que en cuestión de meses saldrá el DLC de The Answer, veo bien hablar del juego habiéndomelo pasado por primera vez. Y cuando digo primera vez es literal, ya que no tuve oportunidad ni muchas ganas de pasarme una de las versiones originales debido a lo poco accesible que es jugar a una versión definitiva en sí. Teniendo poquito contexto de la versión original y habiendo viciado al Persona 5 y al Persona 4, hoy vengo a hablar sobre este Persona 3 Reload, la versión definitiva de la entrega, una que hace un gran trabajo en materia de traer al presente un clásico del género RPG aunque con sus pegas debido a la propia base del juego original.


A finales de los 2000, nuestro protagonista regresa a su ciudad natal. Siendo huérfano y no teniendo familia con quien quedarse, este se va a alojar en la residencia Iwatodai. La sorpresa es que, a su llegada, se topa con un ambiente raro y una ciudad llena de ataúdes, un ambiente que acaba torciéndose después de ser atacado por las denominadas “sombras”, siendo ayudado por sus aparentemente indefensos compañeros de residencia y despertando su “persona” gracias al Evocador, una herramienta en forma de pistola que permite convocar a estos seres para la batalla. Nada parece lo que es y después de esta extraña situación todo cobra sentido: el ambiente raro es una hora a mayores del día llamada “Dark Hour” donde la gente se convierte en ataúdes durante este tramo y las sombras aparecen, sus compañeros son miembros de la S.E.E.S. y el objetivo de esta unidad es acabar con la hora oscura derrotando a estas sombras con la ayuda de las mencionada “personas” para terminar con el denominado síndrome de la apatía. Durante esta historia irás derrotando sombras, avanzando en el Tártaro (el considerado origen de todo este entramado), conociendo nuevos aliados y enfrentándote a enemigos tanto sobrenaturales como humanos, todo esto mientras de día intentas llevar una vida normal.

Como en todos los juegos de la saga Persona, o al menos en sus tres entregas más modernas ya que no he podido catar los tres primeros juegos, las tramas siempre tienen ese punto de tener una historia superficial más básica para luego llevarte a un trasfondo con un mensaje de mucho mayor calado. En la cuarta entrega era descubrirse y aceptarse a uno mismo, en la quinta era no conformarse con el statu quo establecido y revelarse mientras que en esta es una: la muerte. Me encanta ese trasfondo, tanto que me parece el mejor de toda esta trilogía, un trasfondo basado en mirar a los ojos a la muerte tanto en tus propias carnes como viendo como otros la sufren y enfrentarse a esta tragedia, superarla y aceptarla tal y como es. Me encanta de verdad, me encanta como lo hace desde ese punto donde empieza a afrontarse hasta ese final tan icónico y perfecto pasando por las distintas formas de llevarlo que sufren los personajes principales, habiendo subtramas muy buenas en relación a esto. La cosa es que la otra parte de la historia no me llama tanto haciendo que esta sea la peor de las tres entregas modernas en mi humilde opinión. Si en Persona 4 teníamos la investigación y persecución de un asesino en serie y en Persona 5 los robos de corazón como si de ladrones se tratase, en esta entrega nos encontramos con un equipo especializado en derrotar sombras para acabar con una hora fantasma y, en consecuencia, con una enfermedad derivada de esta. Si en otras entregas teníamos ese misterio de una investigación o el glamour y el “mojo” de ser ladrones de guante blanco, pues en este nos topamos con algo que no llama tanto. Aunque esta parte más superficial de la historia es, en mi opinión, algo más floja, sin duda alguna ese trasfondo y el elenco de personajes principales compensa con creces. ¿Otro contra que le podría sacar a la historia? El ritmo sin duda, me gusta como avanza pero a partir del punto donde se descubre todo el pastel se siente a veces rara, ya sea o porque yo creo que se alarga en exceso en ciertos puntos o porque hay cosas que no finalizan como deberían o cuando le toca.

Volvamos a hablar de ese mencionado elenco. Un elenco que, por cierto, es carismático de pelotas y con historias personales la mar de interesantes al igual que las otras dos entregas anteriormente mencionadas, más aún si tenemos un perrete tan majo como Koromaru y un androide como Aigis.  La historia mola con ciertos “peros”, los miembros de SEES me encantan, ¿qué tal los demás personajes? Pues sinceramente me parecen bastante buenos con sus matices. La lista de confidentes me gusta, mucho más aun sus historias como puedan ser la de los dos ancianos libreros, hay personajes más secundarios con peso en la trama que hacen su función a la perfección y tienes un grupo de villanos que hacen su rol de antagonista que avanza la trama de una forma u otra a pesar de lo mencionado anteriormente. En resumen, Persona 3 en su versión “remake” tiene una historia de unas 60-70h increíblemente interesante con un trasfondo y una moraleja final de categoría, una historia con un elenco sensacional que, por desgracia, durante muchos momentos puede sentirse algo más dura de digerir.


Vayamos a lo importante de un videojuego, hablemos del gameplay. Primero a lo más basicote, a una de las dos partes que le da a Persona su elemento característico: el combate. Para aquellos como yo que hayan entrado a esta entrega vía el remake o que directamente solo hayan jugado a Persona 5 en su versión base o Royal, tenemos que sigue el mismo sistema de combate un poco distinto y añadiendo cositas sacadas o de dicha entrega o bastante parecidas. Enfréntate a enemigos por turnos, ataca sus debilidades y vence. Si golpeas una debilidad, obtienes otro turno, y si derribas a todos puedes realizar un poderoso ataque conjunto. Lo mismo para tus oponentes si golpean a tus debilidades. La parte distinta son los ataques. Primero viene la no existencia de los dos últimos tipos de ataque mágicos añadidos en la quinta entrega (nuclear y psíquico). El otro cambio es uno que, en mi opinión, hace mejor los combates. Pasamos de tener un arma y un ataque cuerpo a cuerpo por cada miembro (o un solo tipo de ataque como en Persona 4) a tener tres tipos: arma, golpe, corte. Cada miembro tiene un tipo de ataque cuerpo a cuerpo lo que dinamiza mucho más las batallas que un simple “uso la pistola o uso el arma”. Las otras dos grandes novedades o añadidos son el conocido sistema de relevos de Persona 5 Royal y la “teúrgia”, siendo este último un gran añadido en mi opinión. Funciona como un rediseño y mejora de los ataques “Showtime” de Persona 5 Royal, siendo este un ataque tocho por personaje entre varios a elegir. Este ataque o habilidad pasiva (bufeo o curación) se podrá hacer cuando el medidor de teúrgia esté al máximo, llenándose con ataques de distinto índole o lanzando ciertas habilidades según el personaje. Un añadido perfecto que hace que las batallas tengan una dimensión más, ya que suma a la ecuación un ataque poderoso que puede ser vital en ciertas batallas, haciendo que la sensación de guardártelo y lanzarlo o de simplemente llenar el medidor para ganar en el descuento sea genial. Un combate siempre bueno al que le sigue el “Shuffle Mode” (u “hora de barajar” en castellano), un modo en el que conseguirás todo tipo de incentivos a elegir después de participar en ciertas batallas. Sería el sustituto de la negociación de la última entrega o de las primeras, uno que sale perdiendo en la comparativa en mi opinión. 

El combate sigue siendo genial aunque tenga esas mencionadas variaciones respecto a otras entregas ya que la esencia sigue siendo la misma. ¿Y lo que le rodea? Pues ahí está mi problema principal. Lo que le rodea es la torre Tártaro, una zona de unos 300 mininiveles divididos en secciones donde tendrás que avanzar venciendo enemigos y recolectando tesoros. La cosa es simple, está genial en los primeros pisos cuando tienes la novedad frente a tí pero se vuelve un dolor según más y más subes. Se nota que ATLUS aquí ha intentado mejorar lo máximo posible el “QoL” (calidad de vida) del juego original pero la base inmutable se hace durísima de digerir. Al final no es más que una colección de tropocientos pisos generados proceduralmente cuya diferencia se basa en cambiar el diseño según cambies de bloque. Mi sensación al menos fue de llegar a esos dos últimos bloques de pisos con una cierta obligación más que tener yo ganas por subir. Lo bueno que puedo rescatar de pelearse contra sombras eran los doce jefes con sus zonas personalizadas, eran escuetas pero sin duda se sentía diferente. Entiendo la decisión de la torre viendo la temática pero doy gracias de que esto mejorara en Persona 4 en cierta medida y que evolucionara en Persona 5 para darnos tanto los palacios como “Mementos”. 

Habiendo hablado de la hora de las sombras, hablemos del otro elemento clave en la saga Persona: el simulador social. Se nota que es el primer juego dentro de la formula moderna porque esta parte es más simple pero a mí me encanta que lo sea. Funciona como siempre, tienes unos vínculos sociales que subir y unas estadísticas que mejorar gracias a actividades diarias. Es el otro pilar de la franquicia y sigue siendo igual, lo cual es bueno por un lado porque funciona pero malo por otro, no para este Persona 3 Reload sino para los otros juegos que salieron en ese margen posterior de catorce años (necesitamos más capas o un refresco en este sistema sin cambiar las bases del sistema de arcanos y estadísticas sociales la verdad). La única queja que podría tener son que ciertos personajes de peso como pueden algunos de tus panas de la SEES no tengan arcano y, por ende, un “social link” que subir. Si que es verdad que tenemos ciertos eventos puntuales en los que participar con ellos pero se sienten sosos, anda que no hubiera mejorado la historia de Junpei bajo este pretexto que planteo. Quitando eso, es un juego más pequeñito en este aspecto pero no por ello peor, incluso se puede sentir mejor ya que hay momentos en los que no te sientes tan abrumado porque tienes que hacer veintisietemil cosas distintas en un periodo de tiempo bastante limitado.


El último apartado es ese tercer pilar de la saga junto al sistema de batallas y el simulador social: la banda sonora y el apartado gráfico. Características claves de la saga Persona son sin duda sus apartados visuales y sonoros, algo que sin duda en este remake vuelven a bordarlo, un gol por toda la escuadra. En el apartado visual tenemos que es el mejor juego de la saga en cuanto a gráficos se refiere, ese salto al Unreal Engine ha sido una decisión increíblemente acertada tanto en el aspecto general del juego como en las distintas animaciones que podemos ver en los casos de lanzar la teúrgia o golpear debilidades en combate. Comparado con otras entregas se ve de locos, algo que me hace sentir una increíble confianza y tranquilidad en los gráficos y animaciones de la próxima entrega principal. Como no, los personajes y la IU siguen siendo icónicos, cambiando de esos vértices y tonos rojos del anterior lanzamiento a unos elementos más redondeados y azulados que también están espectacularmente bien. ¿Diseño de personajes y miniaturas? Muy bien también, aunque la segunda parte ha generado algo más de división debido a que los originales tenían una expresividad mayor que estos nuevos.

El otro punto, la música, brutal, no hay mucho más que decir. El regreso de Lotus Juice para trabajar en una remasterización de la antigua banda sonora ha sido un acierto completo, ya que no destrozan todo ese trabajo previo pero sí que hace que esa icónica BSO se ajuste más a las modernidades de esta década. Suena genial y hay una dosis de temazos constante tanto en el día a día estudiantil del personaje como en las distintas peleas. Lo único que puedo encontrar negativo es la música de la torre Tártaro, una que es tan repetitiva que te puede trillar bastante fuerte, algo que sumado a la ya comentada repetitividad de la propia torre pues puede hacer más daño que bien, pero esto es una pequeña quejita de algo que en líneas generales es espectacular de principio a fin. Como parte de este apartado de sonido solo queda hablar del doblaje, por que, efectivamente, he jugado el juego con voces en inglés. Aunque mi opinión sobre esta parte sea cortita quiero decirla, ya que hubo cierto revuelo cuando se anunció que habría un reparto completamente nuevo en detrimento del original de hace casi veinte años (decisión obvia e inteligente pero el gamer promedio es tarugo supongo). Y mi opinión es simple: ninguna queja. No puedo decir nada malo, me gusta muchísimo el trabajo de todo el elenco, sobre todo el de Zeno Robinson, sin duda Junpei es mi personaje favorito solamente por el trabajazo que hace poniendo voz a este tontolaba.


Persona 3 Royal es un buen remake, uno muy necesario para el que es uno de los RPGs más icónicos creados y que había envejecido de manera catastrófica. A diferencia de su hermano pequeño Persona 4, este juego no tiene una versión definitiva acorde a la época aunque sea dentro del contexto retro, tanto FES como Portable contaban con grandes contras al igual que el original. Es un grandísimo remake, consigue mejorar muchísimo la calidad de vida del juego tocando lo justo la esencia y la base del juego original, tan bueno en este contexto que muchos deberían de aprender. Es muy buen remake pero debido a eso pierde en otros tantos aspectos. La historia a veces se siente alargada, el gameplay puede verse repetitivo y puedes llegar a las ultimas horas del juego con ganas de acabar porque estás algo harto de Tártaro y porque te has quedado sin actividades o cosas que hacer fuera del combate. Es una muy buena modernización de un juego del 2006 pero, al final, es un juego con elementos de dicha época tanto para bien como para mal. Aun así, prefiero mil veces esto que el modificar el original para hacer algo acorde a la época hasta tal punto que no se sienta como lo que es, una nueva versión. Con todos sus pros y sus contras, yo recomiendo este juego tanto si eres fan de la saga que no ha podido jugar al original (este es mi caso) como si quieres rememorar esos buenos momentos de cuando lo jugaste por primera vez.



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